Zedillo y Calderón, conejillos de indias en su exilio

Alvaro Cepeda Neri

Conjeturas
Zedillo y Calderón, conejillos de indias en su exilio

El conejillo de indias es un mamífero roedor más pequeño que un conejo; de orejas cortas, sin cola y se utiliza en experimentos para encontrar la cura de los males que aquejan a la humanidad. Así se les llama también a los voluntarios que prueban esos remedios. Gracias a los dos animales, el irracional y el racional, los productos alópatas ofrecen curaciones, la mayoría carísimas, ya que los laboratorios constantemente invierten en crear respuestas. Centros de estudios públicos y privados, también buscan estos medicamentos, usando conejillos de indias.
Existen otros “conejillos de indias”, como son los casos de Zedillo, contratado en la Universidad de Yale. Y está en vías de serlo Calderón, desesperado por huir del país con solicitudes en varias universidades estadounidenses, para mantenerse ocupado en el dorado exilio, con millonaria jubilación, un batallón de soldados y un teniente-general para cuidarlo, como a Zedillo desde que puso pies en polvorosa, para estar lejos del homicidio de Colosio que, sin embargo, lo perseguirá toda su vida; y escapar de la venganza de Salinas (poder tras el trono tambaleante de Peña, quien insiste en colocar de nuevo a Pedro Aspe, en Hacienda, y a Gurría en Relaciones Exteriores); sin rendir cuentas de las privatizaciones, algunas de las cuales asesora con fabulosos sueldos.

Zedillo anda que no duerme, porque está demandado por la masacre de Acteal y con Rubén Figueroa, por la matanza de El Charco. Graduado en Yale, y ayudado por su cómplice el franchute Joseph Córdova, se le metió a CSG quien, tras el homicidio del sonorense lo impuso como candidato emergente. Después cerró las llaves del dinero al PRI, por medio del panista con capucha de priísta Diódoro Carrasco y entre los dos ayudaron al PAN-Fox para la fracasada alternancia presidencial, ratificada por Calderón. Ambos resultaron derechistas, religiosos, proestadounidenses e implantaron en definitiva el absoluto libre mercado con toda impunidad.
Zedillo y Calderón se dejan contratar como “profesores”, suponiendo que es por su experiencia y para que enseñen cómo desgobernaron a México. Zedillo muestra sus fobias antiglobalizadoras con teoría económica-matemática. Calderón dará “lecciones” de seguridad con base a una guerra que ha dejado más de 100 mil homicidios, un país empobrecido, con gran desempleo, cientos de miles de rechazados en las escuelas, porque en lugar de ellas se gastó en cárceles, armamento y en pagar una élite militar que se desgarra por el botín con varios generales encarcelados. Zedillo y Calderón son aceptados en centros de estudios superiores para que los alumnos experimenten en ellos cómo es que tan incapaces y corruptos pudieron llegar al cargo. No por haber sido estadistas ni siquiera políticos, sino porque son especímenes dignos de estudio como “conejillos de indias”, por engañar a la sociedad, favorecer a los ricos, a Televisa y a los cárteles del narcotráfico, sin rendir cuentas. Se los llevan para analizarlos. A Hitler lo querían vivo, también para eso, pero el nazi optó por suicidarse.

cepedaneri@prodigy.net.mx