Antonio Gershenson
El domingo pasado vimos la posición mexicana ante la
crisis que avanza. Vamos a ver con más detalle cómo sí se ha podido tener una
mayor independencia en el comercio exterior, con tres ejemplos, de países importantes
de América Latina.
Veamos primero el caso de Brasil. En el pasado, en
general la mayor dependencia del comercio era, como lo sigue siendo en México,
con Estados Unidos. Ya vimos lo que nos costó en la crisis de 2009.
Precisamente ese año China pasó a ser el primer socio en comercio exterior de
Brasil, y ya vimos que este país resultó mucho menos afectado que México por la
crisis.
Las exportaciones de materias primas de Brasil, sobre
todo a China, han sido de frijol soya, de óxido de fierro (principal materia
prima del acero) y el petróleo. Pero también le ha exportado con ese destino
productos de la industria, incluso aviones.
Hace unos días, la presidenta Dilma Rousseff, anunció el
impulso de grandes inversiones, en buena medida en la infraestructura, para
activar el crecimiento de la economía. El renglón más importante es el de los
ferrocarriles, con 10 mil kilómetros de nuevos rieles. No sólo representa un
gran consumo de acero y de concreto para los rieles, de acero y otros
materiales para los ferrocarriles mismos, sino empleos y un ahorro de
combustibles en el transporte.
Los nuevos ferrocarriles, en especial los de alta
velocidad, fueron un elemento muy importante para reactivar la economía en
China, ante la crisis de 2008–2009. Se mantuvo el crecimiento de la economía en
China, de un antecedente de 14.2 por ciento en 2007, a 9.6 en 2008 y en 9.2 en
2009.
Pasamos a Venezuela, que como es sabido tiene como
principal producto el petróleo. Este producto ha aumentado a 3 millones y medio
de barriles diarios. Antes, todo se vendía a Estados Unidos. Hace unos días se
anunció que la exportación a China llegó a 640 mil barriles diarios. El
presidente Chávez anunció que, además de este destino, están vendiendo crudo a
India, Japón y otras naciones, incluso varias de América Latina.
Dijo que con esta diversificación no dependen como antes
de la crisis europea, la devaluación del dólar y la del euro cuando se han
producido.
Veamos ahora el caso de Argentina. También ha exportado
de manera creciente a China, después de una gran dependencia con Estados Unidos
y Europa. Es importante la exportación de soya. También carne de res, cebada y
miel. Las exportaciones de Argentina a China aumentaron 58 por ciento a 5.8 mil
millones de dólares.
Las exportaciones chinas también han aumentado. Pero este
país e India son mercados más seguros para América Latina que los
tradicionales.
Ya mencionamos que la economía de Estados Unidos va
declinando: en el último trimestre del año pasado su producto aumentó 3 por
ciento; en el primero de 2012, 2.2 por ciento, y en el segundo, 1.5 por ciento.
La situación en Europa es peor, y lo que han bajado los
productos en la mayor parte del mundo es por su influencia: el promedio anual
de 2007 a 2012 ha sido de 0.3 por ciento en Gran Bretaña (con cifras negativas
en los tres trimestres recientes), de 1.1 por ciento en Alemania, de 0.5 por
ciento en Francia y con menos 0.6 por ciento en Italia. Y eso que no contamos a
España, Portugal y Grecia, que ya de plano van en caída.
En cambio, la economía de China creció en promedio en 2007–2012 10.1 por
ciento, y la de India, 7.9 por ciento. Es un cuadro mucho más atractivo para
América Latina para las exportaciones, como vimos en los tres ejemplos.
Hay ejemplos de Pemex de voltear hacia España, que no se
les quita lo colonial, y sus resultados. Se les ocurre, con dinero de Pemex y
no propio, invertir en acciones en Repsol, una de las que más
privilegios e ingresos ha recibido en México. Pues nos acabamos de enterar en
estas páginas que las inversiones de Pemex en la española Repsol han perdido
52.8 por ciento de su valor. No escarmientan, y ahora, como si alcanzara el
dinero para la necesaria inversión petrolera en México, hacen otra en Galicia,
para distribución de combustible en esa región. Acabamos de recordar la crisis
en España y a estos no les importa, ha de haber mordida de por medio. Y como si
fuera poco, las acciones de Repsol también bajaron ante la nacionalización
argentina, como parte del 52.8 por ciento.
Que no vengan los gobernantes mexicanos que han mantenido
una economía tan dependiente, con historias, discursos y pretextos. También en
el pasado los gobernantes de esos tres países siguieron las mismas políticas de
dependencia, y cuando estos países lo decidieron, pues cambiaron.
Estamos, nosotros también, en el momento de cambiar. En
todo caso, es el momento de sacar a la derecha del poder, de un partido o del
otro.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario