viernes, octubre 05, 2012

Sigan engordando al monstruo : Guillermo Fabela Quiñones


Apuntes
Sigan engordando al monstruo
Por Guillermo Fabela Quiñones
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=22&idTitulo=196141

Es lamentable el homicidio del hijo mayor del ex gobernador de Coahuila, tan dramático asesinato debiera ser un motivo de seria reflexión para el grupo en el poder, y deje por un momento de ambicionar más riquezas y dominio sobre un pueblo al borde de la desesperación. Las elites no están a salvo de los problemas que ellas mismas ocasionan, aunque vivan rodeadas de sofisticada protección. Así lo demuestra este hecho, impensable antes de que ocurriera.
No se debe pisotear al pueblo todo el tiempo, porque llega un momento en que se tiene que reaccionar ante el dolor. Independientemente de que se llegara a aprehender a los presuntos autores materiales del homicidio, lo cierto es que los móviles quedarán ocultos porque a final de cuentas detrás del hecho hay muchas posibles causas, todas las cuales confluyen en una sola situación: ajuste de cuentas por los abusos de poder de un grupo cuya principal preocupación es la acumulación de bienes y riquezas.
Quien siembra vientos cosecha tempestades, dice el Evangelio, y esto es lo único que ha hecho la oligarquía mexicana desde hace ya más de tres décadas. Lo más grave del caso es que quiere seguirlo haciendo, sin que le importen las consecuencias, como lo demuestra el afán de imponer medidas abiertamente antidemocráticas, como la reforma laboral y la entrega de los recursos energéticos del país a inversionistas privados, sobre todo extranjeros.


Siguen pensando, como Felipe Calderón, que con apuntalar la capacidad represora del gobierno federal se resuelve el problema. De ahí la política de llenar el territorio nacional de centros penitenciarios, supuestamente a prueba de fugas, los que pronto demostrarían su ineficacia, no sólo porque su capacidad pronto quedaría rebasada, sino porque serían administrados con un enfoque ciento por ciento mercantilista; un buen negocio colateral más de los inversionistas privados participantes. Pronto se volverían magníficos “hoteles” para quienes pudieran pagar sus lujos, y también las fugas.


Mientras la oligarquía no entienda que no se puede seguir burlando de la sociedad como lo ha venido haciendo, la terrible descomposición social imperante irá en aumento en el país. Es no sólo una estupidez, sino un absurdo, querer explotar a los trabajadores de manera tan deshumanizada sin esperar consecuencias. Del mismo modo, mientras quienes ejercen tareas de gobierno no entiendan que su obligación es arbitrar el juego entre los factores de la producción de manera imparcial, el divorcio entre gobernantes y gobernados será cada vez más firme.
Están muy equivocados, quienes conforman la burocracia dorada, si piensan que su caduca y obsoleta demagogia cargada de mentiras, sigue siendo efectiva y muy útil para seguir engañando al pueblo. Así lo dejan ver, por ejemplo, al hablar con tal desparpajo y cinismo sobre las “bondades” de la contrarreforma laboral. Lo único que logran es disgustar más al pueblo, cosa que les tiene sin cuidado, al fin y al cabo cuentan con el voto mayoritario en las urnas, cuando lo necesitan, y si no lo obtienen pues lo arrebatan, al fin que cuentan con autoridades electorales fácilmente comprables y dispuestas a servir a la oligarquía.
Sin embargo, no todo el tiempo se puede abusar del pueblo, aunque se distinga por su docilidad y temor a los cambios. Eso mismo pensaba la camarilla porfirista y ya vimos cómo le fue. Por eso, el homicidio del joven funcionario del gabinete de su tío el gobernador, debiera ser motivo de reflexión, pero con ánimo de hacer un alto en el camino para enderezar los pasos y tomar un rumbo que convenga a toda la sociedad. Es el momento de que se tomen medidas correctivas que permitan reducir las graves tensiones sociales del momento, aquietar los ánimos con el fin de sumar en vez de dividir a la sociedad.
¿Qué sentido tienen los discursos y declaraciones pidiendo unidad, cuando en los hechos la clase gobernante al servicio de la oligarquía, actúa sólo con el fin de acentuar el rechazo del pueblo? Esta situación se habrá de ver muy pronto, en cuanto la cúpula empresarial empiece a profundizar la explotación de los asalariados, con el beneplácito de la clase política reaccionaria. Los problemas sociales se habrán de magnificar una vez que se aclaren los verdaderos propósitos de las famosas “reformas estructurales”.
En este momento, México es ya el país latinoamericano con mayor desigualdad y mayor retroceso social y político, tal como estaban Argentina, Uruguay y Brasil hace treinta años, independientemente de que el Ejército estuviera o no en el mando de las instituciones del Estado. Lo más grave del caso es que a la oligarquía le tiene sin cuidado esta triste realidad, pues sólo piensa en acumular más riquezas y poder. Por eso es necesario pedirles a sus miembros que luego no se asusten con el monstruo que han creado de manera tan infame.
(guillermo.favela@hotmail.com)

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