lunes, octubre 15, 2012

Peña Nieto fue a vender Pemex : María Teresa Jardí

Peña Nieto fue a vender Pemex
María Teresa Jardí 
http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=qroo&idSeccion=22&idTitulo=198301

En el supuesto de que sea cierto que el asesino de Eduardo Moreira es un acusado de delitos contra la salud al que le reclasifica un juez la acusación lo anterior, el hecho por sì solo tendría que llevar a hacer un alto en el camino por lo que toca a lo que sucede con el organismo impartidor de Justicia en México y castigar implacablemente al juez si él es el responsable de la excarcelación de ese asesino. O al ministerio público en su caso, si no estaba bien integrada la acusación, lo que también es probable. O a ambos, porque el juez, a fin de cuentas, puede allegarse las pruebas si quiere ser realmente un impartidor de justicia.
Nada va a regresar la vida a Eduardo Moreira como nada va a regresar la vida de los otros miles de asesinados por Calderón y su cuadrilla protegida que encabeza García Luna. Nada va a restaurar la vida de los asesinados por la permisiva entrada de los Kaibiles y hoy también de los Maras y aunque Funes tenga razón y los segundos sean jóvenes sin oportunidades. 


Maras son los que asesinaron a machetazos a cuatro miembros de una familia por haber ido a visitar a otros miembros de su familia hace unos días. Y si bien está por establecerse la responsabilidad social y gubernamental y yanqui en el caso de los kaibiles y de los Zeta porque por ellos fueron entrenados como brutales asesinos irrecuperables, también existe una enorme responsabilidad, pendiente también de establecerse y de castigarse, por lo que toca a los que los envían a ser convertidos en esos monstruos y por lo que toca a los que les han abierto las puertas de un país como el nuestro, al que se le ha cancelado la esperanza de recuperación de una vida mínímamente civilizada, sin correr el riesgo de ser asesinados sus habitantes incluso sin salir a la calle, incluso en el largo plazo.
Calderón quiere meterle otro gol a Peña Nieto, de común acuerdo con Peña, porque como dice el dicho catalán, que les comparto traducido, sabios que son los dichos: “donde no hay no puede manar” y Peña no tiene y lo ha dejado en claro, también en la gira por Europa, en la que si acaso se le escuchó como a un vendedor. Desafortunadamente para los mexicanos ni siquiera un vendedor de ilusiones. Fue a vender Pemex y como vendedor se comportó. Ojalá y lo fuera de ilusiones. Pero no. Con Peña no hay que hacerse ni la menor de las ilusiones porque no tiene ni el cerebro necesario para rodearse de los mejores porque para eso también se necesita inteligencia.
En las reuniones con Calderón lo primero que tendría que haber exigido Peña es que el saliente no nombrara a los ministros de la Corte. Por elemental inteligencia. Convertido ese órgano en un poder político los nombrados van a responder al que los elige para ocupar ese cargo y con excepción de Pablo Monroy, al que mandan de relleno, de los otros ya empiezan a salir sus vínculos altamente conservadores para acabar de imponer una Corte fascista.
Esos son los detalles en los que se ponen de acuerdo, el que se va y el que le sigue, cuando lo que priva es la inteligencia. Pero aquí ya se sabe que escasea ese bien elemental, recibido por algunos humanos, que no todos, como queda claro en la tragicomedia nacional que nos ha sido impuesta como condena por las mafias políticas que controlan el poder a la mexicana, desde la llegada de los neoliberales, que se saben acabados pero dan coletazos a nombre del imperio al que sirven como si estuvieran recién llegados y no tuvieran sobre ellos la sangre derramada del pueblo mexicano con la que se ahoga a México.
Y lo peor de todo es que no cabe esperar que aquí pronto se rehaga la mafia política que ya no conserva ni la inteligencia más elemental.
El problema de la cancelación de la inteligencia es mundial. ¿No habría sido mucho mejor para los “sesudos” que otorgan el Nóbel cancelar el mismo diciendo que Europa necesita todo el dinero del mundo para rescatarse a sí misma? En lugar de hacer el ridículo, por decir lo menos, ya se sabe lo devaluada que está la entrega de esos premios, que no serían aceptados ya por los galardonados si en el mundo la vergüenza no estuviera tan ejecutada como los cien mil asesinados por Calderón y su favorito.
¿No habría sido mucho mejor cancelar esa entrega, que entregar, nada menos que el Nóbel de la Paz, a la comunidad responsable de poner fin al bienestar: mucho, poco o medio, que en Grecia tenían los griegos y en España los españoles?
Está claro que la inteligencia no va al alza y que si se la sigue golpeando de esta brutal manera, al final la humanidad caminará para atrás, de humanos a primates, hasta llegar de nuevo a nuestros antepasados lejanos que probablemente fueron los gecos. 

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