Comunicaciones y energía: todo a cambio de nada
EDITORIAL DEL DIARIO LA JORNADA
En una entrevista con The Wall Street Journal, el
coordinador del equipo de transición de Enrique Peña Nieto, Luis Videgaray,
aseguró que la posibilidad de abrir las puertas de Petróleos Mexicanos a la
inversión privada está al alcance de la mano; indicó que la administración
federal entrante presentará al Congreso la iniciativa de reforma
correspondiente y previó que con suerte, la haremos a principios del
próximo año. Por su parte, y de acuerdo con un reporte el grupo financiero
Banamex Accival, Felipe Calderón envió un proyecto de modificaciones legislativas
que permitiría una mayor participación de la inversión extranjera en las
empresas del sector telecomunicaciones, que actualmente está restringida a 49
por ciento de las acciones con derecho a voto.
Las posturas referidas revelan una continuidad entre las
administraciones federales saliente y entrante en la tendencia a alterar la
configuración económica del país, a subvertir el papel del Estado como garante
del desarrollo nacional y a colocar sectores estratégicos –como la energía y
las telecomunicaciones– en manos de capitales privados, principalmente
extranjeros.
Dicha confluencia de propósitos entre los gobiernos del tricolor y
el blaquiazulqueda de manifiesto con el hecho de que la reforma energética
ofrecida por Videgaray en el extranjero tuvo un decidido impulso durante la
actual administración, con la iniciativa presentada por Felipe Calderon al
Congreso en abril de 2008 que, en su forma original, planteaba la entrega de
los sectores más redituables de la industria petrolera nacional a manos
privadas, y que fue rechazada en su mayor parte por el Legislativo, luego de
grandes movilizaciones populares, de un debate organizado por el Senado y de
una consulta nacional que ratificó por abrumadora mayoría el respaldo de la
población al estatuto nacional de la industria petrolera.
Ahora, la afirmación de Videgaray de que la posibilidad
de una mayor participación privada en la paraestatal está al alcance de la
mano equivale a reactivar un proyecto en contra del cual existe amplio
consenso e introduce un nuevo factor de tensión y división, que agrava la
fractura política provocada por los desaseados comicios de julio pasado.
Por lo que hace a la propuesta calderonista de revertir
el principio legal que demanda un mínimo de 51 por ciento de inversión nacional
en las telecomunicaciones, es previsible que tal apertura, en caso de darse,
agrave los términos inequitativos en los que se ha venido dando la inserción
del país en la economía global y facilite la entrega de ese sector estratégico
a corporaciones foráneas antes que un incremento a la competitividad interna,
pues si bien se lograría que operen en territorio nacional sistemas de
propiedad al ciento por ciento de corporaciones extranjeras, los mercados
estadunidense y europeos seguirán cerrados a los consorcios mexicanos del ramo.
En la circunstancia, el avance de las propuestas
esbozadas por el actual gobierno federal y por los emisarios de la próxima
administración implica continuar transitando por el rumbo entreguista y
depredador que han practicado las autoridades del país durante los últimos
cinco lustros, que parte de una oposición falaz entre competitividad y
soberanía y que, en términos reales, equivale a entregar todo a cambio de nada.
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