Interpelaciones del movimiento #YoSoy132
Enrique Dussel*
www.jornada.unam.mx
En la historia, en la política, hay
acontecimientos inesperados por la complejidad casi infinita de la articulación
de agentes libres, acontecimientos cuya existencia responden a posibilidades
estadísticas mínimas, que por ello se nos presentan sin previsión alguna. El
surgimiento del movimiento #YoSoy132 es uno de esos acontecimientos inesperados
y felices. ¡Sea bienvenido!
Hace poco escribía que la juventud árabe,
israelí, española, griega, chilena, estadunidense, era parte de una “revolución
política que cubrirá todo el siglo XXI, y que ustedes, y muchos otros
(jóvenes) en otras regiones del mundo han comenzado ya” (1). El movimiento de
estudiantes universitarios mexicanos, con conocimiento científico suficiente y
conciencia crítica, es parte de ese movimiento mundial, y está desempeñando una
función política profunda en este momento tan histórico que vive México.
Pienso que el movimiento nos interpela a
todos los mexicanos, pero especialmente a las instancias representativas del
Estado, a los partidos políticos (atados por sus contradicciones) y a los
medios de comunicación monopólicos, antidemocráticos (2), con algunas
propuestas que deseo indicar en este corto artículo. Creo que, en resumen, son
tres.
La primera interpelación es que el
movimiento se define como apartidista, pero sin embargo profundamente
político. El partidismo sería la fetichización de un medio
considerado como fin. El partido es una organización en vista del ejercicio de
la representación: formando políticos, candidatos, programas de gobierno,
proyectos de nación, etc. Son necesarios para la democracia. Pero el partidismo es
la fetichización del partido. Si se lo constituye como un fin, si se lo
instrumentaliza para lograr el interés egoísta y privado de sus miembros se
niega el bien común. Su burocratización es su corrupción. Los sueldos de los
representantes (desde diputado hasta presidente municipal) son jugosos, y
corrompen desgraciadamente a muchos. Pero no optar por algún partido no es
dejar de ser profundamente político. Y el movimiento es político porque asume
la responsabilidad de limpiar una representación electoralera corrompida.
La segunda interpelación es
correlativa de la primera. Porque es profundamentepolítica y no
corrompidamente partidista, exige el ejercicio ético de la política por
medio de una democracia real, transparente; no cínica, aparente, hipócrita. La
democracia no es sólo la elección de representantes. Además, cuando el
representante se fetichiza intenta por cualquier medio (aún la guerra
sucia por la propaganda calumniosa) ganar una elección haiga sido
como haiga sido. Es la corrupción ética extrema de la democracia, porque el cómo (el
modo como) alguien es electo constituye la esencia de la legitimidad, porque
garantiza la participación simétrica de los electores. Y por ello, los
estudiantes de comunicación del movimiento #YoSoy132 fueron a la esencia del
proceso de la formación de la opinión pública (momento fundamental de la
democracia) que hoy son los medios de comunicación. Si en un país (y es el caso
de México) no hay libertad de medios de comunicación (empezando por la
televisión que entre nosotros es monopólica, y corrupta por lo tanto) se puede
“producir un candidatos” así como se produce por la propaganda
la necesidad de una mercancía. Atacando el monopolio de la media el
movimiento #YoSoy132 toca la esencia de la democracia en nuestra edad signada
por la tecnología electrónica. Oponerse a un candidato producido como
una mercancía por la televisión monopólica no es una opción partidista,
sino esencialmente política. Los jóvenes intelectuales saben muy bien
que apuntan al corazón del cinismo antidemocrático cobijado bajo la palabrería
superficial de una aparente democracia.
Hay por último una tercera interpelación.
En las asambleas estudiantiles he escuchado que ya se habla seriamente de otro
aspecto aparentemente formal, pero que es igualmente esencial. El fraude
electrónico de 2006, y lo digo con conciencia ética al leer las conclusiones de
científicos como el Dr. Víctor Romero Rochín (del Instituto de Física de la
UNAM) y del Dr. Miguel de Icaza-Herrera (del Centro de Física Aplicada de la
misma Universidad) (3), no debería repetirse en 2012. Los estudiantes discuten
que han recibido información de que de nuevo es posible una interferencia
electrónica en el mecanismo de la contabilidad final de la elección. Para dar
certeza a la recepción de los datos emanados de las mesas de votación sería
necesario que hubiera más de un organismo que recibiera simultáneamente con el
IFE toda la información. ¿Qué mejor que instituciones científicas de
estadística de la UNAM y el IPN? De esta manera habría certeza de la suma final
procedentes de las 130 mil mesas. El IFE no podría sentirse aludido, porque la
ciudadanía tiene fundadas dudas acerca de lo acontecido en 2006, ya que en esa
ocasión no se quiso contar el total de las boletas de los votantes. Para
eliminar dudas habría que obrar ahora con transparente metodología. Los
estudiantes tienen todo el derecho de presionar para que la información sea
recibida por organismos apartidistas que expresen una participación
activa de la ciudadanía por sus instituciones públicas especializadas en
matemática y estadística que superan en mucho la inexperiencia del IFE en estas
disciplinas, y que por desgracia la confían a entidades desconocidas (¿el caso
de Hildebrando?), a las que se les deja la responsabilidad final de un acto
transcendental para la vida política del país. Todas las garantías que se han
querido dar en los pasos anteriores pueden quedar borradas por el acto final
dudoso del computo electrónico, que ha sido probado presentó en 2006 defectos
nunca aclarados. Es una cuestión entonces de la que el movimiento #YoSoy132 va
tomando conciencia y que es decisivo dentro del proceso democrático cuando se
usa una tecnología electrónica.
*Filósofo, participante del
#YoSoy132-Académico.
(1) Carta a los indignados, editorial La
Jornada, México, 2011, p. 21.
(2) No es accidental que alumnos de la
carrera de Comunicación en la Ibero (algunos de los cuales estuvieron presentes
eventualmente en una conferencia que pronuncié sobre filosofía política en esa
universidad unos días antes) sean dirigentes de ese movimiento.
(3) Ellos han demostrado matemáticamente
según las técnicas estadísticas cuál fue el mecanismo electrónico del
fraude por la interferencia del sistema de cómputo del IFE (¿el
famoso Hildebrando?), debido a que el mero azar no podía dar los resultados de
la suma de la información de los cómputos que daba a conocer el indicado IFE.
La programación electrónica estaba diseñada para que el PAN triunfara al final
por el 1 por ciento. Hubo un traspaso sistemático de votos del PRI (de Madrazo)
al PAN (a Calderón), y no como pudiera pensarse del PRD (de López Obrador) al
PAN, además de un inmenso número de irregularidades en las mismas casillas (a
ras del suelo).
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