sábado, junio 16, 2012

Alerta Ciudadana


Ricardo Andrade Jardí
Alerta Ciudadana
www.poresto.net

Más allá de las campañas de odio del PRI, del PAN, de los privilegiados empresarios del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y de la telecracia que han arreciado contra el candidato de la “izquierda”. No deja de ser alarmante la nueva embestida para “convencer”, a los tele-enajenados, de que “no hay posibilidad alguna de que se pueda hacer fraude”.
La telecracia se empeña en convencer a la teleaudiencia de que cualquier comentario, afirmación o suposición contraria a lo que ellos afirman como verdad absoluta, es signo de descalificación a las más “probas y extraordinarias instituciones electorales” de México. A las mismas instituciones que en 2006 fueron incapaces de otorgar certeza en la elección.
Es peligroso el hecho de que pese a que ya aparecieron poco más de 1,300 boletas electorales duplicadas en Oaxaca, la telecracia, que intenta convencer al país de que no existe posibilidad alguna de hacer fraude, casi nada “informe” sobre el caso Oaxaca. Lo que es una información cualquiera. 

¿Cómo suponer que no existen más casos de duplicidad en las boletas cuando los consejeros del IFE afirman que no volveremos a saber de casos como ese?
Una cosa es que los ciudadanos no volvamos a saber de casos como ese y otra muy distinta que el IFE pueda asegurar incluso notarialmente que no existen más “errores” de duplicación u otros que puedan poner en duda la veracidad de la elección federal 2012.
Si la telecracia está tan convencida de que no hay posibilidad de fraude porqué empeñarse en repetirlo hasta el hastío.
¿Por qué la telecracia está tan empeñada en que los candidatos reconozcan, así nada más, el resultado de la elección?
El asunto es alarmante y no conviene suponer que se trata nada más de su acostumbrada forma de desinformar a la ciudadanía.
El asunto es grave. Porque los que deberían hacer todo para que el proceso electoral sea lo más transparente y certero, es decir los consejeros del IFE, no garantizan que no siga el IFE por el camino que salta a la vista.
El IFE, hasta el momento, ha resultado ser un árbitro mediocre y tibio que ha dejado actuar a la telecracia casi de manera injerencista en el actual proceso electoral y bastan de ejemplo su negativa a solicitar la cadena nacional para transmitir el primer debate (con el segundo tampoco hizo gran cosa), pese a que los concesionarios (que no dueños) se negaron a trasmitir el debate en los canales de mayor cobertura de sus empresas, por no mencionar los vínculos laborales que algunos de los “consejeros ciudadanos”, que los ciudadanos no elegimos han tenido con el dúopolio telecrático.
Conviene recordar que durante más de cuatro décadas (poco más de 45 años) el PRI se dedicó a hacer del fraude electoral todo un modelo de vida, al grado tal de imponer la idea irrenunciable al fraude en el imaginario colectivo.
Muchos años nos ha costado a los ciudadanos darnos cuenta que la inevitabilidad del fraude podía ser sustituida por la seguridad de la certeza. Y seis años le llevó al PAN terminar con la certeza que supusimos todos fue el proceso electoral del año 2000 donde pensamos que se daba una elección “limpia” y la primera “verdaderamente ciudadana” con la que, luego de 70 años, se derrotaba al PRI. Claro, lo anterior si no contamos el ilegal financiamiento de los “Amigos de Fox”, que ante la tibieza del IFE de entonces puso en entredicho la legalidad misma de la elección que parecía ser el inicio de una democracia electoral plena y la entrada de México a otro nivel de organización social donde toda cambiaría para bien. Cuán equivocados estábamos todos, pues la alternancia, no sólo no desterró lo malo del PRI, sino que lo perpetuó y terminó por ser tan asimilado por el PAN que 12 años después de la derrota del PRI, Acción Nacional se resquebraja en la inmoralidad corrupta de sus gobiernos con un país empapado en sangre y dividido por el odio y el miedo que se promueve desde este partido, en tanto la telecracia cimenta el regreso del PRI a Los Pinos (por las buenas o por las malas) construyendo a un candidato idiota que no responda a más interés que al de sus amos.
Pero la cosa no salió como se planeó durante casi una década y lo que parecía ser un mero trámite burocrático se convirtió, de la noche a la mañana, ¿será?, en un Despertar Ciudadano, sin precedentes en nuestra moderna historia.
Hay que reconocerlo, la unidad PRI-Televisa-TVAzteca han logrado en siete años, lo que 70 años de agravios no pudieron lograr. Y por eso no deja de ser ALARMANTE el que la telecracia intente convencernos de que “no hay posibilidad de hacer fraude”. Muchas son las formas que el PRI y que el PAN, que al parecer es lo único que se perfeccionó del viejo PRI, tienen para incidir, comprar, manipular y muy particularmente mal contar los votos de una ciudadanía que hasta ahora se había mantenido al margen de la defensa de los mismos; por supuesto con muy honrosas excepciones entre las que se encuentran hombres y mujeres que con su vida han contribuido a la democratización del país, pese a los intentos de la gran burguesía para que esto no suceda con plenitud.
Ahora convendría que MORENA, el movimiento #YoSoy132, el movimiento Anti Peña Nieto y todos los ciudadanos en general, nos pongamos las pilas en la defensa del voto y exijamos a la telecracia y al CCE, que se comprometan públicamente a respetar el resultado de la elección en vez de “convencernos” de que “no existe posibilidad de hacer fraude”.
El fraude se hace de muchas maneras y una de las formas es la complicidad de Televisa y TVAzteca desinformando al pueblo de México.
Hay que estar alertas, pues no está de más recordar también, porque puede suceder, que el día de la elección se les puede caer la red de telefonía celular, los servicios de internet y otras monadas como aquella elección donde justo a las 6 de la tarde, hora de cerrar las casillas y contar los votos, se fue la luz en buena parte del país o cuando en 1988 se cayó el sistema. Lo que por supuesto no nos cuenta nunca la telecracia.

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