jueves, junio 21, 2012

Yo sí escuché el debate : María Teresa Jardí


Yo sí escuché el debate



Frecuente, casi adicta a Radio UADY me convertí durante mi estancia en Mérida y en el DF sigo siendo adicta a Radio Educación y Radio UNAM y antes lo era a la XELA de toda la vida. A pesar de los cambios, perceptibles, mandados por los que manejan la política que tanto en la primera y no se diga en las otras me ha tocado seguir, al punto de que XELA incluso fue desaparecida. Igual pocas veces me siento del todo defraudada, como me ha sucedido siempre con la telebasura. En la que, cuando me propongo verla, no encuentro nada de nada que valga la pena. Si de series policiacas se trata, a pesar de pasarlas en televisión de paga, los cortes para pasar las promociones idiotizantes, no me permiten acabar nunca de ver ninguna. Malas en general las pelis y pocos programas de chorradas se dejan ver e igual los pasan, quizá por eso, una vez y otra vez, como sucede con el de “Aquí no hay quien viva”, de Antena 3. De análisis casi nada que valga la pena. De animales alguna vez alguno también pasado cientos de veces. Pocas ocasiones los de historia merecen la pena y como soy incapaz de ver los de deportes, que no tendrían que pagarse, porque la telebasura de paga tendría que poder elegirse a la carta, sólo puedo señalar la inmoralidad de que algunos medios tengan exclusividad en el caso de Eurocopas y olimpiadas.



Las noticias las leo sin que nadie las digiera para mí y escucho a Aristegui más por morbo que por otra cosa.


El debate organizado con los estudiantes. De hecho el único debate entre candidatos a la Presidencia de la República. De entrada la primera enseñanza que deja es que la telebasura no lo es todo, como piensan los privilegiados, con toda clase de prebendas, dueños deseducantes, del monopolio al servicio de las mafias adueñadas del poder. Los que ya casi han logrado poner a las mafias gubernamentales al servicio de la mafia televisiva. De ahí la furia que sienten al ver que Peña ya fue.


Y la segunda enseñanza es que ni siquiera la red de la Internet, siendo tan importante, lo es todo. La mal valorada Radio, por las nuevas tecnologías, ahí sigue como medio de comunicación y también a ratos en algunas de sus frecuencias como buena compañía para las personas.


Encerrado en un búnker y custodiado por ochenta “guaruras”, porque eso son, que no se haga ilusiones ese impresentable de que son otra cosa. Ochenta indecentes pagados por el erario. Muy bien pagados, está claro, incluso para evitar que lo asesinen “sus custodios” por dinero. Ochenta que se dice que lo acompañan cuando se mueve incluso para ir al baño. Quizá son muchos más. Ochenta, como los que tiene García Luna en su primera línea, a los que además les seguirán también otros, francotiradores incluidos, como séquito cuidador de su estéril vida.


Es lo mismo que le esperaría a Peña Nieto exhibido como cobarde con su ausencia al debate no notada. Peña teme a los jóvenes y su miedo es un peligro para la juventud mexicana. Peña reprimiría a los jóvenes nada más llegar como venganza.


Quadri, ya se sabe que a Hitler enrojece con su entreguismo duro como una piedra. Con la única novedad de que nombraría a la Gordillo como secretaria de Gobernación para que desde ahí ese portento de corrupción siguiera bajando la educación.


La Vázquez, ante la ausencia de ideas, se dedica a atacar a AMLO sin entender lo que significa el amor al suelo donde se nació.


Estoy de acuerdo en el regreso de Bartlett, quien se equivocó, sin duda, al tumbar el sistema para imponer a Salinas. Se equivocó demostrando una vez más que las razones de Estado son siempre las peores razones posibles. Y caro lo pagó su partido, el PRI, con el voto ciudadano por Fox en el 2000. Pero Bartlett es una de las personas que más claro tiene, y no se ha cansado de escribirlo, el daño que ha significado el entreguismo para el pueblo mexicano. Eso es lo que une a Bartlett con AMLO, su amor a México y punto. Lo mismo que nos une a la mayoría ciudadana con el Peje y por eso los ciudadanos hemos decidido, mayoritariamente, votar por AMLO. Lo mismo que llevó a los estudiantes a levantarse unidos en el # YoSoy 132.


Dos proyectos. Dos impresentables, defendiendo la postura del ausente. Y el proyecto de cambio que AMLO propone dándole a los mexicanos la esperanza de transitar a largo plazo a otro escenario donde el derramamiento de la sangre de los jóvenes no sea la nota del día.
María Teresa Jardí

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