Torpedos de Calderón a
la averiada nave peñista
Alvaro Cepeda Neri
Prólogo Político
No son rumores. Hay hechos, empezando por el saqueo del ex desgobernador
Moreira de Coahuila (quien heredó el cargo a su hermano que, más temprano que
tarde, también “pagará los platos rotos”), que muestran lo belicoso de Calderón
para hundir a la averiada nave priista-peñista, en un tenebroso y peligroso
afán de impedir que el asesorado por Salinas, sobrino del nefasto Montiel,
sangriento represor de Atenco, de compromisos incumplidos, encubridor del
sospechoso homicidio de Paulette y miles de feminicidios, y millonario gasto en
sobornos por debajo del micrófono a comentaristas de Televisa y periodistas
“independientes”, sea su sucesor. Calderón juró en la tumba de su padre no
entregarle el poder al PRI al que enseñaron a odiarlo hasta la muerte.
Así que “la noche de los cuchillos largos” contra los generales (esa noche
Hitler mandó matar a los militares que no estaban de acuerdo con él), es una
bomba atómica contra Peña y el PRI, pues uno de esos militares se perfilaba
como secretario de la Defensa Nacional y ha sido enviado a prisión preventiva y
arraigo, para deslindar responsabilidades sobre sus presuntos nexos con el
narcotráfico de los Beltrán Leyva e incluso del ya erigido en gobierno paralelo
al calderonista, que encabeza el Chapo Guzmán. El peñismo ha resentido el
ataque mar adentro del proceso electoral, que puede ser suspendido a última
hora (¿de qué hablaron los consejeros del IFE con el inquilino de Los Pinos, y
no fuimos informados?), dando lugar a un golpe de Estado disfrazado y que el
Congreso nombre un Presidente interino para recibir el cargo que deje Calderón.
Éste ha aprovechando los errores de Peña, como su trágica presencia en la
Iberoamericana y las metidas de pata de su vocero y de Pedro Joaquín Coldwell,
quien a pesar de su experiencia no ha sabido eludir los torpedos calderonistas.
Además cargando con el lío de los hermanos de Miguel Osorio Chong (“El Chino”
le apodaron los hidalguenses): el veterinario Luis Jaime y el abogado Eduardo,
en torno a reales o inventados 20 millones de pesos. Pero Peña y su grupo no
esperaban lo de los generales, de los que se han deslindado, pero ya quedó el
estigma y en política “el que la hace la paga y al que no también”. La nave de
Enrique siente lo duro y tupido, para impedirle que llegue a la playa con las
profecías de las encuestas que no son la realidad de las urnas.
Si el narcotráfico ya penetró a la cúpula militar, entonces las instituciones
del Estado no tienen soporte alguno. Y tenemos enfrente “una noche polar de una
dureza y una oscuridad heladas, cualesquiera que sean los grupos que ahora
triunfen”. Y si la mano negra de García Luna, es el auténtico operador de
Calderón, la Nación está en grave riesgo con la pobreza y desempleo masivo y
una corrupción endemoniada que ha invadido todo el sistema y puede ser su
final, si prospera el interinato para convocar a nuevas elecciones en un plazo
de catorce o 18 meses, si hay condiciones. El torpedo de los generales
detenidos se impactó en la abollada nave de Peña, al que le prometieron
llevarlo sano y salvo al puerto presidencial.
cepedaneri@prodigy.net.mx
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