viernes, junio 03, 2011

Convertir a un país en cementerio : María Teresa Jardí

Convertir a un país en cementerio
María Teresa Jardí


A pesar del bombardeo de la telebasura, de a poco, terca que es la realidad, va imponiendo entre los ciudadanos la verdadera cara de la historia, que el día a día se construye, incluso entre los más reacios a enterarse de que lo que ocurre en el Norte afecta al Sur y viceversa y de que lo mismo ocurre con el Oriente en relación al Poniente y a la inversa, ya empiezan las encuestas a dar cuenta de la mala percepción ciudadana con respecto al manejo de la cosa pública.
“En un solo año aumentaron —de 30 a 58 por ciento— las personas que consideran que el crimen organizado va ganando la guerra contra la inseguridad emprendida por el gobierno federal, revela una encuesta nacional sobre la percepción de seguridad ciudadana en México realizada por Consulta Mitofsky. El estudio señala que 82 por ciento de las personas entrevistadas consideran que la seguridad es peor a la que se vivía hace dos años. En 2009 una encuesta similar arrojó que el 76 por ciento de los encuestados se quejaban de la inseguridad. Otro dato de esta encuesta refiere que uno de cada seis mexicanos conoció a alguien que murió en la lucha contra el crimen organizado, mientras que, de manera específica, en el Norte del país la cifra es uno de cada cuatro. La encuesta indica, también, que el 54 por ciento de los encuestados declaró que es ‘sencillo’ conseguir una pistola en la zona que habita...”
Gobernantes traidores a la patria mexicana no dudaron ni un momento en convertir a México en un cementerio, con tal de cumplir con la orden de ser el filtro de los migrantes que aspiran a llegar a Los Estados Unidos de Norteamérica.
Y, sin embargo, la misma derecha fascista que desgobierna a México desde hace diez años, no ha atinado a convertirse en el filtro de las armas, que llegan aquí como negocio al menudeo del vecino.

Lo de las armas es como lo de las drogas. La industria armamentista, con el aval del imperio, necesita de las guerras para que no se acabe con ese negocio. Y esto es como lo del lavado de dinero, punta del iceberg del impune negocio de la droga mantenida como mercancía clandestina. Estos son parte de los negocios de las alturas que al mundo tan mal manejan.
Pero luego viene el negocito que los grandes capitales comparten, como limosna asesina, con los desgobiernos vasallos entreguistas. Y aquí se ubica, como es obvio, tanto la venta de la droga al menudeo, como la venta de armas una por una.
Qué bueno que ya se enteren algunos intelectuales del crimen que ha significado para la humanidad el mantener las drogas como mercancías clandestinas, privilegiando la violencia, a la educación preventiva, para fingir un falso combate, que en México ya va por los 41 mil muertos denunciados, porque todos los que aparecen asesinados en lugares remotos, no ameritan ni siquiera ser contados.
Lo de la salud no interesa ni a las transnacionales asesinas beneficiadas con el actuar omiso de desgobiernos entreguistas que también sacan su tajada. Desde siempre ha saltado a la vista que la única prevención, que con relación a las drogas toca, es la de educación realista respecto a los males que significan, sobre todo las drogas sintéticas.
Y lo de la prevención de entrada de las armas tampoco importa al que sí sabe ser filtro de personas, al alto precio de convertir a un país en cementerio. Lo que obviamente, más temprano que tarde, va a tener que ser investigado y juzgado en tribunales internacionales. No se para la entrada de armas al país porque México ha sido destinado a ser laboratorio de la limpia de pobres que el PAN realiza en México.

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