miércoles, abril 04, 2012

Formidable reto : Julio Pimentel Ramírez



Formidable reto
Julio Pimentel Ramírez

Finalmente comenzó la última etapa del proceso electoral que culminará el 1 de julio, fecha en que los ciudadanos mexicanos, los que voten y los que no lo hagan, definirán si continuamos por la misma senda que nos tiene sumidos en una profunda y compleja crisis o, venciendo inercias, dudas y, sobre todo, a la injerencia ilegal del Estado (gobiernos federal y estatales) y de los poderes fácticos, en primer lugar las grandes televisoras, se atreve a caminar y abrir brecha por el camino de la verdadera transformación social.
Los primeros eventos de los cuatro candidatos presidenciales: Josefina Vázquez Mota, Enrique Peña Nieto, Gabriel Quadri (de quien sin dudar de su nivel intelectual, en los hechos representa los intereses de Elba Esther Gordillo y sus maniobras para sacar ventajas personales en su relación dual con el PAN y el PRI) y Andrés Manuel López Obrador, nos permiten vislumbrar en líneas generales lo que pasará en los noventa días de campaña, aunque habrá que estar alerta sobre eventuales acontecimientos que influyan sobre los resultados de los comicios.
Josefina Vázquez Mota, rodeada de calderonistas y destacados yunquistas, con su congelada sonrisa y sus modos suaves que buscan sacar provecho de su calidad de ser la única mujer en la contienda presidencial, se esfuerza por enviar mensajes de continuidad con cambios secundarios, incapaz de desprenderse del cordón umbilical que la une a Calderón y su nefasto sexenio.
El camino de Vázquez Mota será largo y aunque lleve a cabo actos cuidadosamente preparados, que se trata de presentar como espontáneos –como la visita a la casa en que nació, la escuela primaria en que estudió, la taquiza en una humilde vivienda-, será perseguida por sus propios “fantasmas” (por ejemplo su escrito en el que califica a la UNAM de “monstruo”) y por el negativo legado calderonista.

En el segundo día de campaña la abanderada de la derecha panista se vio obligada a suspender un evento ante la protesta de trabajadores de Mexicana de Aviación, que han sido víctimas de una estrategia de desgaste por parte de funcionarios federales, que mantiene a la otrora empresa emblemática de la aviación nacional en condiciones de quiebra absoluta que hace prever que no podrá volar de nuevo, dejando no solamente en el desempleo a miles de personas sino que dificultará su liquidación de acuerdo a lo que marca la ley ya que lo poco que queda del patrimonio de la empresa será insuficiente para ello.
Enrique Peña Nieto continuará con su campaña electoral esencialmente mediática, mercadotécnica, cuidando su imagen de galán de telenovela que es acompañado por su “gaviota” en un viaje de “ensueño” hacia la mansión presidencial, combinada con actos políticos en los que la maquinaria priísta en muchas entidades de la República le garantice presencia de masas populares.
Peña Nieto tiene a su favor los doce años de administraciones panistas, en los que se incrementó la pobreza, se precarizó el empleo, se elevó la deuda pública, la corrupción no cedió, la impunidad permaneció y la República padece violencia extrema en amplias regiones.
Aunque el aspirante priísta critica las decenas de miles de ejecutados (de 50 mil a 70 mil según diversas fuentes, sin que haya estadísticas claras) y los miles de desaparecidos durante lo que va del gobierno de la muerte de Felipe Calderón, en materia de seguridad promete seguir por la misma ruta impuesta por los vecinos del Norte.
En lo económico Peña Nieto y Vázquez Mota coinciden en muchos aspectos pues comparten la matriz neoliberal. A manera de ejemplo, ambos proponen acelerar la privatización de PEMEX e ignoran el tema del cobro de impuestos a los grandes empresarios, que actualmente eluden y evaden cumplir con sus obligaciones fiscales.
Es justo el descontento de amplios sectores con la clase política en su conjunto, pero todavía quedan algunos honestos en esas filas. Uno de ellos es Andrés Manuel López Obrador (sus primeros mítines en Macuspana y Coatzacoalcos ponen énfasis en su contacto popular sin obviar que debe de poner atención en los medios de comunicación y en las redes sociales), que si bien encabeza una coalición que incluye a personajes cuestionables, impresentables, incongruentes y corruptos, es la única opción electoral para transitar hacia un verdadero cambio.
No es el “salvador” de México ni el caudillo al que hay que obedecer y seguir ciegamente, solamente encabeza un movimiento social creciente de gran significación en la actual coyuntura nacional. No votar en los hechos abona a favor del PRI y del PAN, hacerlo por el Movimiento Progresista, aunque no sea garantía automática de transformación social profunda, representa la generación de mejores condiciones para potenciar la organización social consciente que tome un papel activo en las decisiones fundamentales del Estado, que pase de una democracia representativa a otra de carácter participativo.



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