viernes, enero 29, 2010

VIRGINIA GONZÁLEZ MELGAREJO : Cuestión de principios

Cuestión de principios
VIRGINIA GONZÁLEZ MELGAREJO

En estos días se ha manejado la posibilidad de una alianza electoral entre el PAN y el PRD en Puebla. El argumento: hacer frente al cacicazgo marinista, que pretende prolongarse con Javier López Zavala, como si fueran distintos los cacicazgos panistas (preguntar en Guanajuato o en el Instituto Mexicano de la Juventud).
Todo partido político se fundamenta en una ideología, principios en los cuales se sustenta su oferta electoral y que son el puente entre él y los ciudadanos, que con su sufragio expresa su preferencia por alguna ideología política y los principios que sustenta. De esta manera, hay partidos de derecha o de izquierda y hemos sido testigos de alianzas entre PRD, el PT y Convergencia, partidos que se definen de izquierda, es decir, mantienen más coincidencias que diferencias. También hemos visto alianzas del PAN con el Panal, organismo político propiedad del la miss Gordillo y creado para servir al mejor postor; otras veces, han marchado juntos al PRI y el Verde Ecologista, pero lo inimaginable, hasta ahora, era una alianza entre el PAN y el PRD, ya que simple y llanamente se trataría de una unión carente de principios pues ideológicamente son totalmente opuestos los principios en los cuales basan sus plataformas políticas, en esencia expresan intereses sociales opuestos, como opuesto son sus propios votantes. Por ejemplo, la derecha panista no reconoce derechos a las minorías, los segundos los defienden ¿cuál será el discurso en ese sentido de un candidato surgido de esa alianza? ¿Qué postura adoptaría en relación con los derechos reproductivos de la mujer? ¿Cuál sería su discurso respecto al Estado laico? Los panistas en 2006, literalmente, le robaron la presidencia de la República al PRD y acusaron a su candidato de ser un peligro para México, ¿podrán los perredistas olvidar y perdonar el agravio? Cualquiera que fuera la plataforma electoral, alguno de los dos estaría abandonando traicionando sus principios y los ejemplos pueden ser muchos.
Este intento de unir el agua y el aceite resulta políticamente un engendro, atendiendo a la segunda acepción del diccionario que nos dice que engendro es una obra mal concebida o mal hecha, y si los dirigentes de ambos partidos están decididos a abandonar sus principios valdría la pena que se preguntaran si los electores también estarían dispuestos a hacerlo.

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