viernes, enero 29, 2010

Jaime Ornelas Delgado : Enseñando el cobre

Enseñando el cobre
Jaime Ornelas Delgado

En unos cuantos días, a partir del acontecimiento donde resultó herido el futbolista Salvador Cabañas dentro del baño de un elitista antro, cuyos clientes forman parte del exclusivo jetset de la ciudad de México, los cronistas de la televisión privada fueron totalmente desnudados y mostraron sus miserias.
A lo largo de estos últimos días, no sólo se puso en evidencia su estulticia, cosa que se conocía desde hace tiempo, sino también se manifestó su visión facciosa de las cosas, su filiación política y sus fobias expresadas de manera cercana a histeria. La rabia con la que se lanzaron si pudor alguno contra las autoridades del Distrito Federal, a las que responsabilizaron de lo ocurrido dentro de tan benemérito antro, terminaba con frases como la siguiente: “en la ciudad de México hay mucha inseguridad. Pero nosotros tenemos la culpa por tener esas autoridades que no garantizan la seguridad de la población”.
Tal reclamo no tiene sentido, pues el acto criminal no sucedió en las calles de la ciudad, cuya vigilancia corresponde a las autoridades citadinas, pero de lo que suceda dentro de cualquier antro, por picudo que éste sea, no se puede responsabilizar a las autoridades, que difícilmente podrían tener a un policía cuidando durante 24 horas cada uno de los baños de todos los antros de la ciudad.
Esos locutores, con su ramplonería poco contribuyen a resolver los problemas que “analizan”, y si tienen la intención de orientar contra las autoridades del Distrito Federal la irritación social causada por un acto criminal que lastima a un deportista del que no se conocen escándalos, por el contrario, su vida personal al parecer mantenía un bajo perfil.
Ante este hecho criminal, los locutores –que hablan asumiendo una actitud de expertos que sorprende e irrita–, sugieren que como el delito ocurrió cuando el “Bar–Bar” funcionaba fuera del horario reglamentado, la responsabilidad de los hechos recae en las autoridades. Eso supone que los delitos ocurren siempre después de las 2 de la mañana, cuando los antros que atienden al reglamento cierran sus puertas, como si la delincuencia trabajara en “horas de oficina”. Quienes así piensan, son como aquellos padres que exigen a sus hijas llegar a casa a más tardar a las 8 de la noche, lo que supone que, antes de esa hora, las jóvenes no pudieran hacer las cosas que los padres creen sólo se pueden hacerse de las 8 de la noche en adelante. ¡Por favor!
Por supuesto, por no haber impedido la agresión que dejó herido al futbolista del América –propiedad de Televisa—, ya se escuchan voces pidiendo la renuncia del delegado donde está ubicado el “Bar–Bar”. Pero a esos locutores, tan preocupados por la seguridad, no se les ocurre pedir la renuncia, por ejemplo del gobernador de Chihuahua, donde apenas el martes hubo 16 de las 41 ejecuciones ocurridas en el país ese día y, mucho menos, piden el despido del de Baja California, faltaba más, si es del mismo partido en el que milita el señor Calderón, quien inició una guerra que le cuesta ya al país más de 16 mil muertes y que se opone al aborto para cuidar la vida.
En fin, otro pretexto para una nueva campaña de linchamiento contra el gobierno de Marcelo Ebrard y, mientras el futbolista agoniza, las televisoras aumentan su audiencia lucrando con ese penoso acontecimiento.


Aquelarre panista en Puebla en horas de trabaj
Los sueldos de los funcionarios gubernamentales son pagados, en su totalidad, con recursos obtenidos de los ciudadanos. Por esta razón se les exige que la jornada laboral la dediquen, íntegramente, a cumplir con las funciones y tareas que les corresponde realizar. Lo que hagan mas tarde, después de las horas comprendidas en su jornada laboral, a nadie más que a ellos les incumbe. Ese tiempo es suyo y pueden dedicarlo a descansar o a militar políticamente o a lo que les venga en gana, esto es en esas horas “pueden hacer de papalote y echarlo a volar”.
Si bien lo anterior es cierto, hay excepciones. Una de ellas es la del presidente de la República, pues la Constitución Política del país establece que el Poder Ejecutivo recae en una sola persona: el presidente. Esto significa que el encargado de la presidencia no puede ni debe realizar tareas de militancia política en ningún momento, pues de hacerlo convertiría a la Presidencia de la República en una institución facciosa y al servicio de los intereses de una parte de la población. De ahí que Felipe Calderón haya incurrido en una situación anómala al venir a Puebla a una reunión de su partido y, por supuesto, no basta con descontarle el día que dedicó a tareas que no corresponden a su cargo, sino que es necesario exigir mayor respeto a las formas políticas por el bien de la salud pública del país.
Pero además, Calderón indujo a varios de sus funcionarios a faltar a sus labores cotidianas y esos merecen el correspondiente descuento al sueldo y un extrañamiento administrativo para evitar que sigan utilizando parte de las horas de oficina por las que se les paga en sus asuntos personales.


Urgencia
Urge a las izquierdas de Puebla integrar un polo de atracción política para la población que está harta del PRIAN. No todos los ciudadanos son Gabino Cué, la mayor parte es aún decente.

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