martes, enero 12, 2010

Ricardo Andrade Jardí : Ahora o nunca.


Ahora o nunca
2010-01-12



Ricardo Andrade Jardí


Pocas son las llamadas democracias que se pueden permitir más de 40 ejecutados diarios, es más, pocas, o más bien ninguna, son las que se permiten 12 ejecutados diarios como si se tratara de cualquier cosa.
Pero México dista mucho de ser en la práctica la democracia que supone el discurso demagógico de quienes hacen todo para que todo siga igual, mientras nos ofrecen que ahora sí es el tiempo de los cambios que nos llevarán al mentado progreso que nunca llega.
México supera hoy en su violencia a cualquier otro Estado del Continente y encabeza la lista de los 10 países más violentos del globo terráqueo. Siendo esa la única cosa en la que hemos logrado destacar como vanguardia en los últimos 10 años.
El discurso oficial nos habla de una guerra contra el crimen organizado, aunque cada día es más claro, no sólo para los mexicanos sino para el mundo entero, que esa presumida guerra, tan cacareada por el usurpador en turno y galardonada en el Estados Unidos, país que compra y consume más del 50e toda la droga que se produce en el mundo, no es más que el golpeteo del decadente y fallido Estado contra alguno de los carteles del narcotráfico, mientras a otros se les mantiene intocados por sus vínculos que tanto dinero, a los que ejercen de políticos, aunque la mayoría ya ni eso sea, dejan.




No importa cuánto los embajadores mexicanos se esfuercen por hablar bien del país, la realidad concreta ya no puede ni siquiera ser medianamente maquillada por la telecracia; las ejecuciones diarias en algunos casos trascienden las fronteras. Turistas canadienses o españolas asesinadas en la Riviera Maya, periodistas estadounidenses asesinados en Oaxaca…
La corrupción del sistema legal provoca escándalos en Europa. Sirva como ejemplo la insistencia del gobierno Francés, encabezado por el “Dandy” Nicolás Sarcozy, para extraditar a la presunta secuestradora, de nacionalidad francesa, Florence Cassez, por la cual supimos que las imágenes de su detención promovidas por la telebasura comercial mexicana, no eran producto de la verdad sino de un reality armado entre la PGR y las televisoras, en el pleno uso de la decadencia ética y moral de las dos partes: la institución pública (PGR) y las empresas concesionadas Televisa y TV Azteca. Lo que por sí sólo ya pone en entredicho cualquier asunto relacionado con el caso de secuestro del que pudiera ser parte o no la francesa obligada a ser parte del reality de su “detención”.
Hemos llegado a los niveles más bajos. Los concesionarios de los bienes públicos se comportan como los dueños del mismo y de facto nos gobiernan. Mientras en la usurpada Presidencia de la República, convertida tan sólo en una oficina de administradores y contadores particulares, se mantiene por inercia y miedo al sujeto impostor que ha logrado llevar a México en sólo tres años a ser el país más violento del continente, uno con la mayor tasa de desempleo y con los salarios más bajos, país donde 38 homicidios se comenten a las espaldas de las fuerzas policiacas sin que las mismas “se percaten” de todo lo que el resto del país y del mundo ve, donde la denuncia civil sobre los excesos de tener al Ejército en la calle, terminan con el asesinato y archivo, en el interminable expediente de la infame IMPUNIDAD.
No nos engañemos, estamos iniciando la cuenta regresiva de nuestro futuro y si seguimos caminando el rumbo que nos impone el impostor terminaremos convirtiéndonos, sin posibilidad de retorno, en el “Narco-México”, que la BBC Mundo, denuncia desde hace años, donde la ejecución sea la primera causa de muerte natural y donde la lucha por los derechos humanos sea una sentencia, segura, de muerte.
No importa cuánto maquillaje le ponga el cuerpo diplomático a “la imagen de México”, la realidad concreta recorre el mundo, los sicarios del narcotráfico, algunos de ellos bien entrenados por la Escuela de las Américas, suben a la Internet sus atrocidades, para dar a conocer, al mundo entero, parte de nuestra realidad sin maquillaje, mientras la jerarquía católica conservadora desata una guerra santa contra el derecho de la mujer a decidir sobre sí misma y persigue en nombre de “su dios” la equidad de la ley para todos al tiempo que guarda silencio y bendice a los empresarios que venden a los supermercados gringos la verdura cosechada en los campos tóxicos (atiborrados de pesticidas) de Sinaloa. Sin olvidar que una buena parte de esos vegetales son cosechados por niños que no alcanzan ni los tres años de edad.
Hemos llegado al punto sin retorno. Es el momento de decidir si queremos seguir ahogándonos en la mierda de nuestro individualista confort o colectivamente iniciamos un rumbo nuevo. Y esa decisión no la tomarán ni la Iglesia, ni los oligarcas, ni las fuerzas armadas, ni las telecracias, ni los empresarios FOBAPROA, ni los políticos, que, a fin de cuentas, viven de los privilegios de su “organizado caos”. ¿Qué país queremos? ¿Qué país le dejaremos a las futuras generaciones? Estas son quizá las últimas horas para cambiar el rumbo. Después ya todo será tarde, no podemos seguir con los ojos cerrados, el Despertar Ciudadano es ahora... o nunca será.

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