En la Línea
Félix Fuentes
Josefina y el “México diferente”; le
repletan el equipo de
despedidos de Los Pinos
Doña Josefina insiste
en construir “un México diferente”, pero ni en los 81 días que faltan de
campaña ni en el siguiente sexenio lo lograría debido a su magro
equipo. Por lo pronto, reconoció que ha perdido tiempo y se distrajo junto
con su equipo en “cuestiones francamente secundarias”.
A la abanderada
albiazul, carente de estrategas, le enviaron de Los Pinos para reforzar a
su “cuarto de guerra” a Ignacio Zavala, cuñado de Felipe Calderón, y a
Max Cortázar, quien fracasó como comunicador del propio primer
mandatario.
El principal
vocinglero del panismo, Germán Martínez, llega como hombre fuerte al lado de
Vázquez Mota. Este michoacano renunció a la presidencia del PAN
en julio de 2009 por perder cinco de seis
gubernaturas y la
mayoría de diputaciones federales. A gritar nadie le gana y hará pareja
con Juan Molinar Horcasitas, despedido del IMSS tras el deceso de más de
40 niños en una guardería de Sonora.
Al coordinador
Roberto Gil se le hizo a un lado, pero recibió el nombramiento de “jefe
del gabinete”. También lo despidió Calderón de Los Pinos cuando era su
secretario particular. ¿En su nuevo cargo será más eficiente? ¿O va a
ganar adeptos colocando faldas a monumentos como el de don José María
Morelos y Pavón? Este agravio a los héroes no se perdona.
Con el ilusorio
concepto de “ir con todo” para ganar la Presidencia de la República,
Josefina no impacta a los electores y menos si se recurre a su reciente
contrincante, Ernesto Cordero, de cuyo equipo le impusieron a Abraham
Cherem, cercano al extinto Juan Camilo Mouriño.
Es decir, en masa se
posicionan los calderonistas del equipo de doña Josefina, pues
también le acomodan a Luisa María Calderón —hermana del Presidente— para
hacer campaña en Michoacán. Esto le fascina, por lo visto.
Josefina hubo de dar
de baja a Karla Garduño, encargada de la “atención a medios” y autora de
la burrada de escribir “Tlazcala”, así con zeta. Ya antes escribieron
que Vargas Llosa es Premio Nobel de la Paz, pero lo es de Literatura.
En política se
requiere de gente confiable, no de adversarios, y menos si se trata de un
decepcionado como Ernesto Cordero, a quien dolió profundamente no ser
candidato presidencial y la propia Josefina lo acusó de “golpear de
manera rastrera” y de ser un “patán”.
VÁZQUEZ MOTA PADECE,
además, la pesada carga calderonista, el problema de inseguridad. Todos
los días dan cuenta los medios de decenas de asesinatos en
diferentes lugares del país y del creciente poderío delincuencial.
El pasado fin de
semana informaron la Cámara de Diputados y la Secretaría de
Hacienda que el narcotráfico lava 10 mil millones de dólares al año en
México, cantidad menor frente a la dada a conocer por el Departamento de
Estado de EU, de un blanqueo de entre 8 mil millones y 25 mil millones de
billetes verdes, cada año.
Otros informes
estadounidenses indican que las ganancias del hampa llegan a 59 mil
millones de dólares anuales. Ante este descomunal poderío financiero
nada puede hacer Felipe Calderón… ni lo intenta.
A la vez cobra fuerza
la mafia de Los Zetas que, según reportes provenientes de
Guatemala, recluta a 5 mil jóvenes de la Mara Salvatrucha, temible
pandilla de tatuados que en un área de Los Ángeles,
California, impone el
terror y ni la policía de allá la puede dominar.
De tan grave problema
debiera ocuparse Vázquez Mota y proponer soluciones, en vez de
ufanarse de construir un “México diferente” mediante la
colocación de faldas azules a monumentos de héroes patrios.
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