Carlos Fernández-Vega
México SA
http://www.jornada.unam.mx/2012/11/09/opinion/028o1eco
PAN o PRI, descalabro para trabajadores
Peor, el empleo para jóvenes
La neta de Zedillo
Sólo los promotores de la reforma laboral
auguran un futuro venturoso para México en materia de empleo. Idílicamente,
vaticinan que, una vez palomeada, la única complicación que tendrán los
trabajadores nacionales será seleccionar dónde se contratan, porque a partir de
ya se generarán tantas plazas formales (aquí, allá y acullá, aderezadas con
salarios que ya quisieran los noruegos) que no atinarán a saber cuál es mejor
que la otra. En los hechos, sólo queda por definir cuál de las fórmulas (la tricolor o
la blanquiazul) será la idónea para pasar a cuchillo a millones de
trabajadores.
En vía de mientras, la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
advierten que el déficit de empleo decente es una característica de
los mercados laborales de la región, lo que constituye una pérdida de
bienestar, actual y futuro, para la sociedad. A su vez, los jóvenes suelen
enfrentar obstáculos especiales en su búsqueda de una inserción productiva, lo
que se expresa en indicadores laborales (desempleo, empleo precario, ingresos y
otros) significativamente peores que los de los adultos.
En la región, la situación de la juventud es heterogénea:
dentro de los diferentes subgrupos etarios existen marcadas diferencias según
sexo, nivel educativo y condiciones socioeconómicas, étnicas y territoriales.
En cierta forma, existe una transferencia intergeneracional de carencias a lo
largo del ciclo de vida, que afectan las trayectorias laborales de los jóvenes
y, finalmente, constituyen un obstáculo para el desarrollo sostenido de la
sociedad. En este sentido, el tema del empleo juvenil ocupa, o debería ocupar,
un lugar estratégico en la agenda de las políticas públicas.
Además de enfrentar obstáculos estructurales en la
búsqueda de una inserción laboral productiva, subrayan los citados organismos,
los jóvenes se ven afectados por los vaivenes de la economía, ya que las
oportunidades de inserción varían marcadamente a lo largo del ciclo económico.
Específicamente, ante una desaceleración del crecimiento y, más aún, en una
crisis económica, los jóvenes corren el riesgo de ser los más afectados. Esto
se debe a que las empresas, en un primer momento, dejarían de contratar
trabajadores adicionales (en circunstancias en que los jóvenes están
sobrerrepresentados entre los desempleados) y, al empeorarse el contexto y las
expectativas económicas, comenzarían a despedir sobre todo a los jóvenes,
debido a que cuentan con menor antigüedad en el empleo y experiencia. En un
periodo de reactivación puede ocurrir que las empresas busquen personal
experimentado para poder satisfacer la reanudación de la demanda de sus
productos, lo que favorecería más la contratación de adultos que de jóvenes.
A consecuencia de la crisis, la tasa de desempleo se
elevó en la mayoría de los países de la región entre 2007 y 2009, aunque
algunos como Brasil, Perú, Uruguay y Venezuela mantuvieron o incluso disminuyeron
su tasa en este periodo. El desempleo de los jóvenes también aumentó, lo que
debe ser objeto de especial preocupación, dado que antes de la crisis la tasa
de desempleo del grupo de 15 a 24 años era entre 2.3 y 5.5 veces superior a la
tasa de los adultos de 25 años y más. Sin embargo, al analizar la evolución de
la brecha entre el desempleo juvenil y el de los adultos durante la crisis, se
observa que sólo aumentó en cinco países, mientras disminuyó relativamente en
ocho, incluidos los más grandes: Brasil (el desempleo juvenil era 3.4 veces
superior al de los adultos en 2007 y pasó a ser 3.2 veces más elevado en 2009)
y México (de 2.7 veces a 2.5 más alto). En el agregado de los 13 países, la
brecha descendió de 2.9 veces en 2007 a 2.8 veces en 2009. En el caso de las
mujeres, la brecha se mantuvo en 2.8 veces y en varios países su variación fue
más desfavorable para las mujeres que para los hombres. Entre 2009 y 2011 la
diferencia entre el desempleo juvenil y el de los adultos en general volvió a
aumentar en nueve países y disminuyó en cuatro.
Se puede afirmar, apuntan la Cepal y la OIT, que
contrariamente a lo esperado en términos relativos, la crisis no impactó más a
los jóvenes que a los adultos. Sin embargo, en la fase de recuperación económica
los adultos mejoraron su situación más rápido que los jóvenes. En consecuencia,
en siete de 13 países la brecha de desempleo entre ambos grupos fue más amplia
en 2011 que en 2007, mientras se mantuvo igual en dos y se redujo en otros
cuatro. En los casos en que la brecha se contrajo –México y Centroamérica– se
confirma la noción de que la extensión del efecto de la crisis en el mercado
laboral se refleja en una tendencia al descenso de la brecha, como se observó
en la mayoría de los países entre 2007 y 2009.
Por otra parte, los citados organismos señalan que los
mercados laborales de América Latina y el Caribe evolucionaron durante el
primer semestre de 2012 en un contexto de lento crecimiento de la economía
mundial y perspectivas poco favorables, a causa de la incertidumbre reinante en
la zona del euro y las proyecciones de menor crecimiento de Estados Unidos y
China. La actividad económica de la región se vio afectada, principalmente, por
la vía del comercio, al enfriarse la demanda de los productos de exportación y
por la caída, aunque moderada, de los términos de intercambio. También se
redujeron los flujos provenientes de las remesas de los trabajadores emigrados
a países europeos, sobre todo España.
Para la Cepal y la OIT no existe una receta ni una
solución únicas. Las respuestas políticas al problema del empleo juvenil
dependerán de la naturaleza y la gravedad de la crisis en el contexto de cada
país. Los gobiernos y los interlocutores sociales son los que están mejor
situados para identificar opciones de políticas nacionales viables que pueden
mejorar los resultados del empleo juvenil, una vez que la recuperación
económica haya ganado impulso. Un mensaje importante para los responsables
políticos de todos los países es que las opciones políticas deben formar parte
de un marco integrado para promover la recuperación económica y del empleo.
Las rebanadas del pastel
Alegraos, que el ex inquilino de Los Pinos Ernesto
Zedillo develó la neta del planeta:con las tasas de crecimiento económico
registradas en los últimos años, México no logrará converger con los países
desarrollados ni atender los enormes rezagos sociales. Lástima que no lo
descubrió durante su sexenio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario