miércoles, septiembre 05, 2012

Chabacana despedida

Chabacana despedida
María Teresa Jardí

Saquen los pañuelos, señores, que se despide el que usurpando llegó, pero tan bien gobernó desde Disneylandia, donde vivía, a lo largo de los últimos seis años. El resto ya tendremos oportunidad de sacarlos a lo largo del siglo con el futuro cancelado que nos deja el sociópata aplaudido en el Palacio Nacional frente a murales que también lloraban por México.
Aplaudido por los más abyectos, los más beneficiados con la corrupción como sistema y los acarreados, obligados también a aplaudir y a sacar el pañuelo fingiendo que lloraban por quien aún no se va y ni qué decir del daño que ya se sabe que todavía hará. En tres segundos se puede definir lo mucho hecho, en Disneylandia, claro, y el futuro formidable que nos deja a los mexicanos el que vive en un búnker pero no se entera de que la falsa guerra que se organizó, fracasó. Cien mil muertos con cifras conservadoras para haber detenido o masacrado a 22 jefes del crimen organizado, es de suponer que desde fuera del poder, son demasiados muertos incluso para un pueblo al que al haberle bajado la educación a cero para asesinarle la memoria y cambiarle la cultura haciéndolo aspirar a lo que nunca va a tener, entre otras cosas porque no es lo suyo y no le pertenece pero además porque es la expresión de un falso oropel de un imperio sin raíces que lo tuvo todo para hacer el bien. Pero imperio que eligió propagar por el mundo el Infierno, en nombre de su dios, claro, su dios que es el dinero.


Ni una palabra sobre el crimen organizado por los acompañantes criminales, a los que hasta felicitó, como García Luna, condoliéndose, eso sí, por la agresión de sus chamaquitos a los de la CIA que igual y efectivamente eran secuestradores a final de cuentas el secuestro también deja y ya se sabe que como Pedro por su casa los de la CIA y los de la DEA por los cuarteles de la Marina se ubican.
Ni una palabra solicitando el perdón ni tan siquiera una palabra demostrativa de la misma vergüenza que sí expresó que sentía por los gringos “agraviados”; ni una palabra de condolencia para los familiares de los más, muchos más sin la menor de las dudas, de los cien mil muertos que deja en un país por él ensangrentado y convertido en cementerio.
Un mitómano, sin ninguna duda es también Calderón, clara demostración de lo mucho que afecta el alcohol y más cuando va acompañado, para no demostrar que se tiene una cruda, de otras drogas prohibidas. Un mitómano que hasta debe creerse que alguien más de los obligados a asistir y a aplaudirle, que alguien fuera de los más abyectos, entre los que destacaron los marinos, tan entreguistas, por cierto, se cree algo, aunque sea, de lo que para convencerse él a sí mismo se dice.
Los otros vivimos aquí y no en Disneylandia como usted, señor Calderón. Millones de ciudadanos mexicanos, que nos vamos a quedar a vivir aquí, cuando usted se vaya a vivir con el Pato Donald. Estamos convencidos de que deber ser juzgado, IMPLACABLEMENTE, por el genocidio que aquí cometió a lo largo de seis años y por los desaparecidos políticos que en su espalda carga, por las mujeres asesinadas, por los niños quemados, por su abominable entreguismo, por la condena al hambre a millones de mexicanos, por el proteccionismo a sus amigos y por su falsa guerra con la que ha hecho una limpia de pobres y por el desprestigio al Ejército nacional, al que deja hecho papilla, y, y, y... Y si un ápice de inteligencia le quedará, señor Calderón, se habría ahorrado su larga y chabacana despedida.
Mañana sigo con lo del fuero que es un tema importante por lo que implica incluso a futuro para los militares, pero en particular para el pueblo mexicano.

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