Julio Hernández López
Astillero
AMLO en su laberinto
Atado por el pacto
Deslindes previsibles
FC, el demócrata 0.56
Andrés Manuel López Obrador está relativa y
circunstancialmente atado de manos. No puede convocar en estos momentos a
movilizaciones ni protestas por el evidente fraude electoral en su contra
porque fue confinado por presiones de empresarios y televisoras a un espacio de
indefensión tramposamente derivado del famoso pacto de civilidad que le arraiga
en los procesos jurídicos y le amenaza con guerra propagandística si incumple esos
términos y pasa al activismo abierto.
Ese camino de la impugnación institucional
llevará tiempo, y en ese proceso podrá suceder que la fuerza de los hechos
consolide la instalación ya muy avanzada de Peña Nieto, por encima de lo que
sea, o que día a día vayan surgiendo nuevos indicios y pruebas del mencionado
fraude y con ello se potencie la protesta social ajena o sin intervención
directa del tabasqueño, con desenlaces imprevisibles.
Este jueves deberán completarse los
expedientes que llegarán al tribunal federal electoral en espera (poco probable)
de que los comicios sean anulados o invalidados. Habrá dos vías de litigio, por
si una de ellas falla o es desechada por el tribunal electoral. Una la
presentará el equipo de trabajo directamente relacionado con AMLO. Otra la
planteará un grupo de abogadas que ha trabajado en el tema defeminicidios juarenses,
sobre todo en el caso conocido como Campo Algodonero (por el nombre del paraje
donde fueron asesinadas ocho mujeres jóvenes en 2001,http://bit.ly/ceAgme ), lo que les ha dado
experiencia en la tramitación de expedientes ante la comisión y la corte
interamericanas de derechos humanos.
La sujeción a la maquinaria judicial fue una
especie de daño colateral que AMLO debió aceptar, al igual que la conformación de
una falsa imagen de unidad con grupos y personajes de la izquierda que
ahora han comenzado a tomar distancia de él. A nadie deben sorprender tales
reposicionamientos y mucho menos al propio López Obrador. El candado de civilidad le
fue impuesto, pero no así la preferencia por la clase política tradicional del
PRD, el PT y el Movimiento Ciudadano.
A diferencia de lo que hizo Enrique Alfaro en
Jalisco, donde quedó a cuatro puntos de la maquinaria PRI-PRD-UdeG, peleando
solamente bajo el membrete del MC, el líder de Morena se apegó a la
nomenclatura de Chuchos y Camachos y les dio victorias que para éstos son
definitivas y trascendentes, mientras el presunto beneficiado mayor corre el
riesgo cierto de quedarse en el camino, junto con sus seguidores personales que
en términos generales no alcanzaron ninguna posición de poder: no habrá
bancadas legislativas ni siquiera ínfimas de Morena, ni gubernaturas, ni
presidencias municipales: todo quedó en las cuentas de los verdaderos
triunfadores, los variopintos miembros del camachismo chuchista que sólo espera
la conclusión del episodio judicial de AMLO para emprender una labor de
remozamiento que podría llevar a la creación de un nuevo partido, tal vez
llamado con ironía Movimiento Progresista, cuyo líder real (habrá de verse si
también el formal) será Marcelo Ebrard, quien se ha quedado con el dominio casi
feudal del Distrito Federal, a través del comisionado Mancera.
Graco Ramírez hizo ayer una demostración
tajante de la visión que mantiene ese segmento perredista provisionalmente
asociado con AMLO para la contienda presidencial. El virtual gobernador de
Morelos no ha sido incongruente ni sorpresivo: siempre ha sostenido una crítica
abierta a las maneras políticas de López Obrador, sobre todo en cuanto a la
reticencia de éste para aceptar las reglas institucionales y, en especial, para
buscar y sostener acuerdos incluso con autoridades emanadas de procesos
fraudulentos, como en el caso de Calderón.
Tales acuerdos, sostiene esa izquierda que
abrevó en las formas de mercantilización política desarrolladas por Rafael
Aguilar Talamantes al frente del Partido Socialista de los Trabajadores, son
inteligentemente imprescindibles para darle viabilidad a la fuerza acumulada y
evitar que los terceros lugares (el PRI en 2006; el PAN en 2012) ocupen el
lugar de los segundos (el PRD en 2006 y, si se confirman los datos oficiales
actuales, también en 2012) y hagan alianzas políticas con los ganadores (aunque
sean espurios) y así acaben cogobernando.
Esa posición de pragmatismo abierto es
compartida por muchos de quienes aparecieron cuando menos en algunos de los
templetes de campaña junto a AMLO y ahora no dicen ni una sola palabra sobre lo
que está pasando (como los Cárdenas y como el propio Ebrard, afanosamente
concentrado en actos y obras de gobierno). Otros, como el mencionado Ramírez
Garrido Abreu y el presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano, se- ñalan sin
ambages que el límite del acompañamiento a la lucha del candidato presidencial
de las izquierdas es- tá en los tiempos y las resoluciones judiciales respec-
to a las impugnaciones por presentar. Dándose la resolución adversa a AMLO y
olvidando cualquier pretensión de lucha alterna. Respeto riguroso al sendero
jurídico: hasta allí, no más (y a felicitar a EPN y ponerse a las órdenes).
En el revoltijo político, hasta a Felipe
Calderón le ha apetecido mostrarse democrático e incluso impugnador. Es
probable que hayan surgido obstáculos en el proceso de entendimiento con Peña
Nieto, que viene de meses atrás, o que el panista encopetado desee encarecer
tales arreglos, así que desde su origen 0.56 se ha considerado con valía para
criticar la compra de votos y pedir indagación y castigo, si a éste hubiera
lugar.
Y, mientras algunos jó- venes mexicanos
pretenden solicitar asilo políticosimbólico en embajadas, argumentando el
temor que les causa la posibilidad de un gobierno presidido por Enrique Peña
Nieto, y escuchando por allí que el PRI y el Verde están trabajando en la
posibilidad de crear un Partido de los Migrantes, como nueva vertiente de
simulación que desemboque en manos mexiquenses... ¡hasta mañana, con la
reanudación de la normalidad criminal en Sinaloa, Morelos, Guerrero,
Michoacán y Coahuila!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio
Astillero
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