Casa de citas
Por: Redacción de
www.sinembargo.mx
Los temas espinosos de la elección presidencial de 2006 no se borran y los protagonistas de entonces son los mismos: Felipe Calderón Hinojosa y Andrés Manuel López Obrador. El 1 de julio, el Presidente tuvo prisa por levantarle la mano al candidato de la coalición PRI-PVEM, Enrique Peña Nieto, aun cuando el reporte del conteo del PREP del IFE sólo tenía 6% de avance. El objetivo, se ve ahora, era aislar al candidato de las izquierdas López Obrador, dejarlo solo y evidenciarlo como un político conflictivo e inmaduro, un locuaz que todo lo reclama y acallar así cualquier posibilidad de protesta. Sin embargo, conforme los partidos de la izquierda, e incluso el propio PAN, han ido documentando y presentando ante la autoridad las irregularidades del proceso electoral, el fantasma del “haiga sido como haiga sido” de 2006 está más presente que nunca. Ayer, el propio Calderón Hinojosa dijo que la compra de votos es “inaceptable” pero, al mismo tiempo, dio otro espaldarazo a Peña Nieto al afirmar que “por su magnitud, la compra de votos no es un tema que haga cambiar los resultados” de la elección del 1 de julio. Es decir, para el aún Jefe del Ejecutivo federal el arroz ya se coció y no hay nada qué hacer, pese a los miles de casos de acarreo, el uso excesivo de recursos monetarios, el que se haya “comprado” a ciudadanos a cambio de una despensa, de tarjetas prepagadas para tiendas de autoservicio y para telefonía, e incluso el utilizar niños para vigilar que los adultos cumplieran con el compromiso de votar por el PRI-PVEM; todo eso no tiene suficiente peso para solicitar revisiones ni calificar a la pasada elección federal como inequitativa.
Por su parte, AMLO insiste en que tiene documentado que la coalición PRI-PVEM compró cinco millones de votos en pro de EPN, y por ello será hasta el jueves 12 de julio cuando anunciará hacia dónde dirigirá sus exigencias de limpiar la elección. De acuerdo con Jaime Cárdenas Gracia, del equipo legal de la coalición de izquierdas, se irán dos vías: la invalidez o la nulidad. “Es una diferencia conceptual, pero el efecto es el mismo: se convocan elecciones extraordinarias”, agregó. En este sentido, sólo falta que el jueves se presenten las pruebas que dicen tener y entonces definirán qué tipo de juicio que se interpondrá. De la noche del 1 de julio, cuando Felipe Calderón, a toda prisa, le levantó la mano a Peña Nieto a este 10 de julio se han revelado muchas pruebas de inequidad en la competencia electoral. El candidato de la izquierda está siguiendo hasta ahora el proceso legal al que le da derecho la Constitución y el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales. Pero Calderón insiste en calificar el asunto como un tema menor. El “haiga sido como haiga sido” está más presente que nunca y esta vez se aplica a favor del priista mexiquense.
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