Julio Hernández
López
Astillero
Cuatro exámenes
Gym, Marina y EZLN
¿Quiénes no votaron?
No más clínica a SME
De pronto se ha instalado el tema de los
exámenes en la agenda mediática de los candidatos. A Vázquez Mota le piden que
muestre los estudios de salud que avalen que está sana y puede sostener el
ritmo de la campaña y el eventual ejercicio presidencial. Ella, a su vez,
demanda a Peña Nieto que se someta a valoraciones relacionadas con la veracidad
y la toxicidad, a lo que el mexiquense se muestra dispuesto pero condicionando
su respuesta positiva a que lo poligráfico y lo toxicológico sea revisado en
los cuatro aspirantes y que los análisis sean realizados por la UNAM y no por
instancias privadas. López Obrador, a quien se adjudicaban males y cansancio
(hasta de diabetes se llegó a hablar), propone a su vez que todos se sometan al
escrutinio de sus riquezas personales y la fuente de ellas. Y el menos
competitivo de los cuatro, el sintomáticamente apellidado Quadri, apela a otra
forma de exploración, la de la inteligencia y la preparación, al plantear que
los debates entre candidatos se realicen sin ayudas de ningún tipo, ni
apuntadores ni asesorías, todo a la pura capacidad personal.
Sería altamente positivo que avanzaran las
cuatro propuestas, pues permitirían al ciudadano calificar de manera natural
las principales características de los aspirantes a gobernar el país: salud en
términos médicos, distancia respecto a sustancias enervantes y mendacidad,
fortuna personal y su origen, y capacidad intelectual.
Pero, mientras con mil pretextos los
equipos operativos de cada candidato logran desvanecer la posibilidad de contar
con esos cuatro expedientes básicos, las necesidades inmediatas de la gran
carpa electoral obligan a los actores a improvisar y patinar. Vázquez Mota, por
ejemplo, se arriesga a aparecer en un gimnasio norteño como si fuera entusiasta
y asidua practicante de rutinas de fuerza con mancuernas y barras (en Twitter, @victormaisson propuso hablar del
#JosefitnessVazquezGym), para tratar de disolver la imagen de debilidad
enfermiza que había ofrecido un mareado día atrás. Peña Nieto se asoma a
Veracruz para hacer profesión de fe en el belicismo calderonista contra el
narcotráfico, ofreciendo sostener el control de la Marina sobre la entidad el
tiempo que sea necesario (para no desilusionar a los coleccionistas de sus
pifias, EPN llamó al filofranquista Javier Duarte como gobernador del
estado de México). López Obrador llega a territorio zapatista acompañado de la
Nena Orantes, priísta clásica que recién dejó teóricamente su partido de origen
para convertirse en virtual candidata de izquierda a la gubernatura
de Chiapas y tiende su mano franca, que ya se va convirtiendo en una referencia
clásica, a los rebeldes chiapanecos, en busca de la multipolar reconciliación
pejista.
Astillas
Esteban Schmelz observa, respecto a la votación que en
el Senado aprobó en días pasados las reformas vaticanas: “de 107 senadores
presentes, nos informan que 35 votaron en contra de la retrógrada reforma,
mientras que 72 lo hicieron a favor, logrando la requerida mayoría de dos
tercios por tan sólo un voto. Hay que señalar que aun de haber estado presentes
todos los integrantes de los partidos ‘de izquierda’ no se hubiera llegado a
los 35 votos en contra de la reforma; fue necesario contar con algunos votos
externos, notoriamente el de la senadora priísta María de los Ángeles Moreno
(…) Ahora bien, lo verdaderamente escandaloso de este asunto es que un mínimo
de cuatro senadores de los partidos opositores no estuvo presente en la
votación, cuando la presencia de tan sólo dos de ellos hubiera bastado para
hacer fracasar la reforma al artículo 24. Ya sea que no asistieron –como era su
obligación– a la sesión en que se votaba un asunto de semejante trascendencia,
o bien, en por lo menos un caso, porque el legislador sí estuvo presente a la
hora de la votación relativamente menos importante del artículo 40, pero se
esfumó como por arte de magia a la hora de votar por el 24 (emulando, sin duda,
el tristemente célebre ‘voto mingitorio’ del panista Paoli Bolio para facilitar
la aprobación del Fobaproa) Ante ello, los legisladores en cuestión deben
explicar puntualmente su actuación –o más bien, no actuación– no sólo a todos aquellos
que buscamos ‘el cambio verdadero’, sino a la opinión pública en general. Que
expliquen claramente qué actividad pudo haber sido más importante, ese
miércoles 28 de marzo, que cumplir con su obligación de asistir a la sesión del
Senado, con lo cual se hubiera evitado la aprobación de una reforma
reaccionaria”… El lector Jorge Rodríguez Quezada escribe: Con el pretexto
del sismo del pasado 20 de marzo, el edificio de la clínica 26 del IMSS, donde
se presta atención médica a los trabajadores de la extinta Luz y Fuerza del
Centro desde la década de los setenta, permanece cerrado. En el área donde
está ubicada la clínica no hay ningún edificio que presente fallas
estructurales. Todo es una maniobra y un pretexto para dejar de prestar el
servicio a los trabajadores del único espacio y derecho del que gozan como ex
trabajadores de la empresa señalada. En noviembre de 2011 se amenazó con
dejar de prestar la atención médica a los trabajadores y sus familiares, con el
argumento de la no existencia de la relación laboral entre sindicato y empresa.
Gracias a una serie de negociaciones llevadas a cabo, acompañadas de las
protestas que el caso requería, fue autorizado otro año en que se
proporcionaría la atención médica. Hoy, con el pretexto del sismo y sus efectos
sobre el edificio, se ordenó su cierre. A la totalidad de los trabajadores los
están mandando a la clínica más cercana a su domicilio. El paso siguiente es
dejar de prestar el servicio con el argumento de que no pagan la cuota que el
instituto exige por la atención recibida…
Y, mientras el arzobispo de Morelia se
permite emitir sentencia divina, pues según él no hay culpa alguna en el cuasi
angelical Felipe Calderón respecto a las muertes de casi 60 mil personas
durante lo que va del sexenio, ¡hasta mañana, con varios sacos de mariguana
aparecidos por milagro en la sacristía de iglesia de Puebla!
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
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