miércoles, enero 04, 2012

Además tampoco visionarios : María Teresa Jardí



Además tampoco visionarios
Por María Teresa Jardí


Aún no me canso de escribir sobre cuestiones más o menos positivas en lugar de referirme a las últimas matanzas en Juárez en los últimos días del año recién gastado, por ejemplo. O a los últimos exterminios, de los que van achicharrando, como a los niños de la Guardería ABC, los panistas, cuando no los envenenan en los lugares donde se refugian los adictos pobres con la esperanza de recuperarse. Los adictos ricos, ya se sabe que tienen permiso no sólo de emborracharse. O de referirme a las balas que alcanzaron ayer a un autobús Estrella Blanca. O la familia rafagueada por militares en Coahuila. Ejemplos de que estoy en lo cierto por lo que toca a que las masacres indiscriminadas de pobres hablan de una limpia impulsada desde el fascista, amén de entreguista, desgobierno panista, llegado con Calderón “haiga sido como haiga sido” con la ayuda del resto de la clase política.
A propósito de unas notas publicadas en nuestro diario, los últimos días del año que recién se gastó, y del que empieza con tan malos pronósticos incluso de sobrevivencia para millones de mexicanos. Notas relativas a la decisión de la fascista derecha que con “un haiga sido como haiga sido” busca acabar con la pesca y con la agricultura. Les cuento que suelo ver en Antena 3 de televisión española a un cocinero del que he aprendido a hacer buenísimas recetas, amén de recordar las que mi familia hacía, aunque él sea vasco y mi familia catalana. Se llama Karlos Anguiñano y a menudo, en medio de la elaboración de sus platos, va contando, además de chistes y experiencias propias, cosas por demás interesantes sobre la pesca y la ganadería españolas. Manda saludos a los pastores que cuidan las ovejas productoras de la leche con la que, a su vez, producen quesos de primera calidad que los españoles se deleitan comiendo. Pastores, a los que además, como es obvio, las ovejas les producen el dinero necesario para vivir sin el agobio de los desempleados, incluso profesionistas, en tiempos de crisis creadas por los grandes capitales financieros que al mundo, hoy, dominan.


Pescadores y cuidadores de vacas, cabras, ovejas... que son sus amigos y no gente inculta, ni pobre, ni nada que se le parezca. Simples ciudadanos españoles encargados, como los carniceros y los pescaderos, u otros vendedores de los mercados, dedicados a la actividad por ellos elegida, sin renunciar a la cultura que les es también patrimonio propio. Elección de vida, sin duda por vocación, en el caso de los pescadores. Como queda claro en el caso de los pescadores yucatecos. A veces transmitida generacionalmente de los padres a los hijos en el caso de los pastores. Una actividad redituable que les permite la posibilidad de vacaciones incluso en el extranjero, de tanto en tanto, y dar a los hijos una educación de excelencia. Actividad de la que nadie se mofa, ni se la ve con desprecio. Cuestiones: la pesca, el pastoreo, las siembras de hortalizas y de trigo, que van viento en popa en España. Como tendrían que ir aquí. De entrada las siembras de maíz incluso por esa certeza de “que sin maíz no hay país”. No posible, al menos, para millones de mexicanos, condenados por las limpias que el imperio ordena a la derecha fascista que, llegada con una cabeza ilegítima, acata al costo de haber pasado ya a la historia convertida en genocida.
Y en cuanto a la pesca, incluso por ser México el país privilegiado geográficamente enclavado en medio de dos océanos. Como tendrían que ir esas cosas fundamentales para la vida de cualquier país no condenado a vivir en el infierno, como sucede desde hace ya tantos años en el caso mexicano, merced a apátridas entreguistas neoliberales tecnócratas ratas con alma de esclavos, que, a final de cuentas, aunque salgan del puesto muy ricos, son pobres en inteligencia y en siervos se hayan convertido los políticos a la mexicana que no pueden dar un paso sin ir a pedir permiso al imperio asesino que en el mundo se empieza a combatir, incluso desde dentro del mismo imperio, con la fuerza que da la razón avalada por la Justicia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario