sábado, octubre 08, 2011

Las verdades de Gaviria : Guillermo Fabela Quiñones



Las verdades de Gaviria
Guillermo Fabela Quiñones

Mientras aquí se afirma, desde la óptica del Ejecutivo, que vamos muy bien porque se enfrentó “apenas a tiempo” a las mafias del crimen organizado, en el exterior se tiene otra perspectiva muy diferente, como la expresada por el ex presidente de Colombia y ex secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), César Gaviria. Afirmó que “la corrupción del narcotráfico llegó a la política, a la justicia, a todas partes”. Puso de relieve el notable contraste entre la manera en que se combate al flagelo en su país y como se lleva a cabo aquí, donde se carece de una “política equilibrada” que permita avances en la lucha del Estado contra el crimen organizado, por lo que “México no va a acabar con el narco y con los narcotraficantes”.
Así de claro lo dijo, en el seminario organizado por la empresa que edita “The Economist”. Puntualizó que México “está viviendo bajo un escapismo de creer que aquí lo que está corrupto es la policía. Y eso es un total escapismo”. Sentenció que mientras no se fortalezca el aparato de justicia, “se van a quedar eternamente en guerra”. En efecto, de nada habrá de servir la estrategia gubernamental de gastar miles de millones en campañas mediáticas por los medios electrónicos, si los hechos desmienten los espots en cuanto salen a la luz pública. Afirmó que la justicia colombiana “es tan severa que los narcos se están entregando a la justicia norteamericana directamente”.


Que algo así suceda en nuestro país es impensable, como lo patentiza la realidad. Lo que lleva en Los Pinos Felipe Calderón ha sido de “guerra” contra el crimen organizado, con resultados absolutamente negativos, porque la finalidad de la estrategia seguida no es acabar con el flagelo, sino aprovechar las circunstancias para favorecer intereses creados y crear condiciones propicias para que el negocio del tráfico de armas y de enervantes sea más lucrativo. A una pregunta específica a la procuradora Marisela Morales, ésta respondió que “la guerra (contra el narcotráfico) se habrá ganado cuando la violencia ya baje”. Lo que constatamos día tras día es que va en aumento.
Los focos de violencia extrema van de un estado a otro del país, lo que significa que lo único que se ha logrado es extenderla por la mayor parte del territorio nacional, con efectos profundamente negativos para la sociedad en su conjunto. No hay día que no sepamos de familias masacradas, de negocios cerrados, de escuelas que dejan de funcionar, lo que habla de una total ineficiencia gubernamental para generar condiciones que demuestren avances en una “guerra” sin sentido, como lo dejan ver las palabras del ex mandatario colombiano, quien fue muy claro al contrastar lo que ocurre en su país y lo que se vive en México: “Si ustedes leen noticias de Colombia, se encuentran que todos los días meten a la cárcel a un parlamentario, a un gobernador, a un magistrado. ¿Por qué? Porque ya nadie está más allá de la ley, porque el sistema penal de Colombia es supremamente poderoso”.
Que algo así suceda en nuestro país es una utopía, y mientras lo sea seguramente caminaremos en reversa en la solución de los más graves problemas nacionales. Tiene razón Gaviria en que es “un escapismo” castigar por corruptos a los policías más humildes, cuando la verdadera corrupción, la que no permite que haya avances democráticos, se produce en las más altas esferas del poder político, económico y empresarial. De ahí el imperativo de que haya un real y profundo cambio de régimen, o sea de intereses, que permita el paso a una verdadera justicia en el país. Mientras no se logre tal objetivo, seguiremos cayendo de manera acelerada en el pantano de la corrupción, la demagogia y la satrapía.
Que por ahora no hay visos de que eso suceda, lo patentiza la total ausencia de autocrítica en las altas esferas del “gobierno” calderonista, donde sucede precisamente lo contrario. Todo es autoelogios que llegan a niveles ridículos, sobre todo en aspectos relacionados con la economía y en la llamada “guerra” contra el crimen organizado. Los problemas se minimizan de manera grotesca, lo que alarma aún más a la ciudadanía que los vive en carne propia. Por eso seguramente habrá, en julio de 2012, un severo voto de castigo a un régimen caracterizado por un profundo desprecio al pueblo, corrupto en grado extremo, insensible de modo inexplicable, pues luego de diez años en el ejercicio del poder, los panistas deberían saber que el servicio público es un indeclinable interés por encontrar soluciones concretas a problemas concretos. Por eso el PRI neoliberal fue castigado en el año 2000, y lo será también el PAN.
(gmofavela2010@hotmail.com)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario