miércoles, septiembre 07, 2011

La adicción como forma de vida : María Teresa Jardí


La adicción como forma de vida
María Teresa Jardí


Todos los seres humanos tenemos aficiones que se van convirtiendo en adicciones: a los libros, al café, a la vida con mascotas... La mayoría, no todas, se pueden considerar inocuas. Quien convierte a los libros y a los gatos y perros en sus mejores amigos, no hace daño a nadie y lo más probable es que cada día se vaya convirtiendo en una mejor persona.
Pero así como hay de adicciones, a adicciones. También las hay que son decisiones personales. Y otras que se promueven como forma de control e incluso de justificación a cualquier grado de perversidades decididas desde el poder.
Los muchos Anexos que informó el usurpador que crea, son lugares, por el mal trato que se les da a los internos adictos, generadores de sicarios.
Mientras que una “procuraduría social” se crea, al igual que cuando Salinas se creó la CNDH, para no entrar a resolver el problema de fondo, que tiene que ver con dos cosas: la ausencia de autonomía del ministerio público y la policía que no tenemos. Siendo claro que desde los diversos grupos que la integran, y de manera especial desde la federal mentirosamente llamada de seguridad pública, es desde donde se propicia la inseguridad. Integradas hoy las policías al alimón por la delincuencia.
La subida de adrenalina en el caso de los que son entrenados para asesinar indiscriminadamente y sin el control que esto supone en las fuerzas armadas para enfrentar amenazas externas a la nación, se convierte en adicción a la sangre que va a llevar a acabar, en el caso de los niños, a la proliferación de los asesinos seriales.


No sé si existen pueblos con sociedades de suyo más proclives a la conversión de sus integrantes en adictos. Puede que sí y ese sería el caso del mexicano. Puede que no y que a base de expandir políticas para lograrlo convertir al pueblo mexicano en adicto a diversas cosas que nos ubican en el primer lugar del mundo: a los refrescos, a la comida chatarra, a la internet..., etc.
No sé, no soy experta, si siempre las adicciones vienen en los genes de las personas. Pero, en el entendido de que no. Y pensando que de entrada las adicciones son producto de nuestras propias elecciones, igual salta a la vista que luego de varias generaciones de propiciar adicciones desde los poderes, incluidos los fácticos, es obvio que éstas quedarán marcadas en los integrantes de la sociedad para ser transmitidas como herencia a las próximas generaciones.
No sé tampoco, aunque me queda claro que bien puede ser que, por las mentes perversamente enfermas que el capitalismo en el mundo imponen, se haya elegido a México por la cercanía con el imperio enfermo de poder, aunque igual de marcado, el pueblo estadounidense, por muchos de los males que el mal llamado neoliberalismo propicia. Capitalismo a secas y nada más. Puede ser que se haya decidido, de antemano, me refiero a muchos años atrás, y luego de propiciar que el pueblo mexicano se convirtiera en adicto a muchas otras cosas, la imposición aquí de los casinos.
Hacer un alto en el camino y mirar hacia atrás al momento en se baja la educación escolarizada es una asignatura pendiente de aprobar por la sociedad mexicana, si se quiere en un futuro a largo plazo empezar a enfrentar algunos de los muchos frentes abiertos. No deja de ser curioso que en Chile los estudiantes tomen la batuta, como lo hacen también los españoles, para no permitir lo que aquí por decreto se impone y hoy mantiene a los estudiantes como si el mundo globalizado no les fuera a afectar para sus próximas generaciones.

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