jueves, junio 16, 2011

Jaime Ornelas Delgado : Un sublime ridículo




Un sublime ridículo
Jaime Ornelas Delgado

Lo que no hizo el PAN en 11 años de gobiernos fallidos, lo pretende hacer apresuradamente Calderón en medio del proceso electoral que, según muchos, es el inicio de la sucesión presidencial en 2012. La apresurada detención de Jorge Hank Rhon y los lugares comunes de su denuncia contra el PRI, acompañados de la actitud de mesías cristero proclamando que “desde joven” se impuso la “cruzada heroica” de derrotar al PRI, parecen como un mero menú de expedientes armados para ser utilizados cuando se presente el momento oportuno y contra quienes se vean en ese momento más vulnerables. En efecto, Hank Rhon y el PRI son indefendibles, aunque faltan mucho otros, por eso ambos se habrán considerado el blanco perfecto en esta época electoral para ser las víctimas de las desesperadas acciones de Calderón et alt., que al parecer tiene planteada para su partido una era milenaria. 
La desesperación es mala consejera y peor consejera ha resultado la procuradora general de justicia, quien al ridículo del “michoacanazo” tendrá que de agregar la incapacidad de la Procuraduría que dirige y utiliza con fines políticos, para integrar una averiguación previa que permitiera al juez dictar acto de formal prisión al acusado Hank Rhon. Ni eso pudo hacer bien la Procuraduría. Ya desde el principio se había dudado de la legalidad del arresto del ex presidente municipal de Tijuana al no haber sido en cumplimiento de una orden de aprehensión dictada por autoridad competente, sino que más bien fue producto de un allanamiento a todas luces sin fundamento legal, pues es violatorio del artículo 16 constitucional que a la letra establece: “Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento”. No lo hubo en este caso, y tampoco se probó la flagrancia. 


El hecho es lamentable, pues la jueza señaló que la Procuraduría General de la República (PGR) no pudo demostrar que los militares se introdujeron el pasado 4 de junio al domicilio del político priísta bajo el principio jurídico de la flagrancia de los delitos señalados, por lo que fue imposible dictar el auto de formal prisión. Lamentablemente, los hechos ponen también en entredicho la intervención del ejército en esa acción y deja una lección: no se puede utilizar a las fuerzas armadas en asuntos judiciales y su empleo debe dejar de ser discrecional y reglamentarse severamente para evitar situaciones como esta. En todo caso, las cosas se hicieron muy mal, el ridículo fue mayúsculo y lo que se pretendía fuera el inicio de la recuperación del prestigio, si es que alguna vez lo tuvo, del panismo no es sino su debacle total, el desprestigio y la credibilidad de la Procuraduría han quedado muy mal parados y muestran la cantidad de equívocos –algo así como una película de los hermanos Marx–, a los que puede conducir la desesperación política y el sometimiento de los aparatos de la procuración de justicia al Poder Ejecutivo.
Algo más de lo que habrá de cambiarse   
Lo que ocurre en México con las Administradoras de los Fondos para el Retiro (Afores) es ya un verdadero escándalo. Uno de los resultados de la privatización de las pensiones, ocurrida en 1997 durante el infausto gobierno de Ernesto Zedillo cuando se crea el sistema del retiro individualizado, es que las Afores se han quedado, mediante las comisiones que cobran por el servicio de administración, con la tercera parte de los recursos que los trabajadores han aportado a su cuenta.
En efecto, la Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR), informó que en los 14 años de operación del sistema individualizado, los trabajadores han aportado 6 mil 222 millones 684 mil pesos, de los cuales por concepto de comisiones las Afores han obtenido 2 mil 38 millones 464 mil pesos de utilidad. El resultado es que los jubilados y pensionados, hoy, cobran como pensión entre 25 y 30 por ciento de su último salario.
Pero que ni se preocupen los pensionados, el salario mínimo ha ganado en poder adquisitivo y los pobres no pasan de ser un “mito genial”, según dice el Cordero del PAN.

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