jueves, agosto 05, 2010

Julio Pimentel Ramírez : Sangriento fracaso: 28 mil ejecuciones

Sangriento fracaso: 28 mil ejecuciones
Julio Pimentel Ramírez


A 44 meses de que Felipe Calderón se instalara ilegalmente en la Presidencia de la República el fracaso de su administración es evidente en todos los órdenes de la realidad económica, política y social, destacando de manera dolorosa lo referente a su estrategia de “guerra” contra el narcotráfico, que según reconocimiento oficial ha dejado ya más de 28 mil personas ejecutadas.
El director del Centro de investigación y Seguridad Nacional (CISEN) Guillermo Valdés, quien en su momento fue el “encuestador” predilecto de Calderón, reconoció cinco rezagos del segundo gobierno federal panista: en detener la espiral de violencia, disminuir de manera sostenida los delitos de secuestro y extorsión, golpear de manera significativa la capacidad financiera de las organizaciones criminales, así como profundizar las políticas sociales y generar mayor compromiso de Estados Unidos en materia de tráfico de armas o reducción de demanda.
Apenas el 16 de julio pasado, el procurador general de la República, Arturo Chávez Chávez, había informado que la cifra de ejecuciones violentas ascendió a 24 mil 826. Valdés añadió que por la mayor presencia de las fuerzas armadas y la policía en distintas partes del país ha habido 963 enfrentamientos públicos en carreteras y calles entre crimen organizado y fuerzas del Estado, es decir, casi un enfrentamiento al día.

Por supuesto que el director del centro de espionaje nacional -son más eficientes en espiar a personajes políticos y a la oposición que realizar un verdadero trabajo de inteligencia- no hace referencia al incremento de víctimas inocentes que caen abatidas en fuegos cruzados, tanto en enfrentamientos de policías y militares contra delincuentes como en balaceras entre grupos rivales del narcotráfico.
Para el director del Cisen, la numerosa presencia de policías y soldados en las calles ha logrado el entorpecimiento de la actuación de las organizaciones criminales; sin embargo, Valdés reconoció que no han logrado su propósito de recuperar las condiciones de normalidad en regiones afectadas por la delincuencia organizada.
Y que lo digan en Chihuahua, Sinaloa, Nuevo León, Tamaulipas, Durango, Coahuila, Nayarit, Baja California, Michoacán, Guerrero, Morelos, Quintana Roo….y mejor le paramos para no ser “injustos” con otras regiones de nuestra sufrida República. Afirmó: Tenemos una violencia creciente, como todo mundo lo sabemos con los registros de los medios de comunicación.
Cabe señalar que en muchas ocasiones las autoridades ocultan información y que los medios de comunicación muchas veces no tienen la capacidad de cubrir los acontecimientos violentos o por amenazas del crimen organizado se ven obligados a guardar silencio.
Ante el ya inocultable fracaso en contener la espiral de violencia, como se refleja cotidianamente en las páginas de diarios como el POR ESTO!, ahora el gobierno calderonista “cediendo” a presiones de ciertos sectores de especialistas e intelectuales acepta poner a discusión el tema de la legalización de las drogas.
En realidad, como dice el dicho popular, tratándose de políticos como Felipe Calderón, piensa mal y acertarás: lo que puede suceder es que se organicen interminables foros de discusión sobre la legalización de estupefacientes y se distraiga la atención del problema esencial, que es combatir la corrupción y la impunidad, la complicidad de autoridades y traficantes, ponerle un dique a la violencia que ha dejado al menos 28 mil ejecuciones.
Es más, se deja de lado que en el fondo lo que se requiere es una estrategia integral de combate al narcotráfico, que parta de modificar el actual modelo neoliberal y sustituirlo por uno que ponga en el centro los intereses de la soberanía nacional, con un sentido de desarrollo sustentable y de justicia social.
Así, luego de decenas de miles de muertes que el gobierno federal adjudica al narcotráfico sin que, como es obligación de cualquier estado de derecho, se realicen investigaciones ministeriales que establezcan la verdad jurídica y con base en ello se sancione a los responsables materiales e intelectuales, haciendo justicia a las víctimas y a la sociedad en su conjunto agraviada por hechos sangrientos que violan derechos humanos y dañan la convivencia humana, el gobierno espurio de Felipe Calderón reconoce fallas, reparte culpas, acepta discusiones, simula cambios para que las cosas sigan igual, todo para vanamente eludir su fracaso total.

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