OPINIÓN
Muy de la mano
Julio Glockner
En el mejor estilo de la desfachatez priista, que por fortuna ya fue rechazada ampliamente en las pasadas elecciones, el secretario de Gobierno, Valentín Meneses, refiriéndose al problema del Jardín del Arte, que ha sido indebida e ilegalmente intervenido por las autoridades del estado y empeñado en construir una frase ridícula, descalifica a Puebla Verde y a su presidente, Verónica Mastretta, declarando que “debe prevalecer sobre el interés personal de cualquier organización, el interés general de la sociedad” (aplausos).
Puebla Verde y su presidente tienen el reconocimiento bien ganado de quien debe desinteresadamente otorgárselos: la sociedad. Y me refiero a una sociedad con nombres y apellidos, de carne, hueso e inteligencia y no a esa abstracción que la vacuidad venal de los políticos utiliza para fines personales y de grupo.
Muy de la mano
Julio Glockner
En el mejor estilo de la desfachatez priista, que por fortuna ya fue rechazada ampliamente en las pasadas elecciones, el secretario de Gobierno, Valentín Meneses, refiriéndose al problema del Jardín del Arte, que ha sido indebida e ilegalmente intervenido por las autoridades del estado y empeñado en construir una frase ridícula, descalifica a Puebla Verde y a su presidente, Verónica Mastretta, declarando que “debe prevalecer sobre el interés personal de cualquier organización, el interés general de la sociedad” (aplausos).
Puebla Verde y su presidente tienen el reconocimiento bien ganado de quien debe desinteresadamente otorgárselos: la sociedad. Y me refiero a una sociedad con nombres y apellidos, de carne, hueso e inteligencia y no a esa abstracción que la vacuidad venal de los políticos utiliza para fines personales y de grupo.
Según las ocurrencias del señor secretario no se está alterando el uso del suelo del jardín al intentar convertirlo en un centro deportivo porque, según su extraña manera de pensar las cosas: “el aspecto ecológico, el deportivo y la salud, van muy de la mano”. Como el señor secretario sólo se mueve en el nivel de las abstracciones, se puede decir que tiene razón, que van muy de la mano estos tres aspectos. Pero cuando los pensamos en los términos reales del espacio urbano en disputa, vemos que es un área arbolada ya de por sí muy restringida a la que todavía se le quiere castigar más poniéndole canchas y pistas con materiales propios del esnobismo de los nuevos ricos. ¿Por qué no planteamos las cosas al revés, señor secretario, y sembramos árboles en las canchas deportivas, para fomentar más la habilidad de los jugadores? Total, la ecología y el deporte van muy de la mano. Yo sólo digo una cosa: por suerte y por la voluntad popular, los que se van muy de la mano son todos ustedes.
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