sábado, octubre 10, 2009

En juego el futuro del país: Guillermo Fabela Quiñones





En juego el futuro del país
2009-10-10

Guillermo Fabela Quiñones
Apuntes…

Los que votaron por Felipe Calderón nunca se imaginaron que lo harían en contra de sus propios intereses. Ahora deben darse cuenta de que así es, aunque sea demasiado tarde pues el daño a la nación ya está hecho. Era muy evidente, para quienes votamos en contra del PAN, que el sucesor de la “pareja presidencial” profundizaría una política antidemocrática, con el propósito de garantizar mayores privilegios a la oligarquía que patrocina a los “gobiernos” neoliberales. Los resultados están a la vista: Calderón y su séquito están decididos, porque tal es su compromiso, a llevar a sus últimas consecuencias una estrategia que ponga punto final a los pocos espacios democráticos que aún quedan.


No es otro el objetivo de acabar con el Sindicato Mexicano de Electricistas, como también es el caso en lo tocante al Sindicato Minero, y lo seguirán haciendo en tanto puedan y siga habiendo en el país organismos que se opongan a la implantación de un régimen totalitario, en donde los únicos con derechos serán los miembros de la oligarquía. Este es el trasfondo real de la supuesta lucha en favor de la “democracia sindical” de Calderón, lo que confirma el hecho de que los “sindicatos” de maestros y de petroleros no son molestados para nada, aun cuando son el paradigma de la corrupción y de todos los vicios acumulados por un sindicalismo corporativista de viejo cuño.
Está muy claro que la oligarquía no quiere dejar pasar la oportunidad de irse a fondo contra los intereses de la sociedad mayoritaria. Para eso cuentan con un “jefe” del Ejecutivo federal que comulga plenamente con sus intereses y formas de ver la vida. No es otra la finalidad del paquete fiscal y de la política económica que a toda costa tratan de imponer a los mexicanos. Saben muy bien que los resultados, de aprobarse en el Congreso, serían absolutamente adversos al país. Sin embargo, eso no les importa porque sus intereses permanecerían intocados y el pago de la crisis lo pagaría únicamente la sociedad mayoritaria. Mientras menor sea la capacidad defensiva del pueblo, mejor para esa minoría privilegiada, de acuerdo con el modelo implantado hace más de setenta años por las huestes comandadas por Adolfo Hitler.
En su soberbia fascistoide, no admiten que los trabajadores tengan un nivel de vida digno, como el alcanzado por los electricistas agrupados en el SME. Así lo prueban las declaraciones del ex alcalde de Monterrey y actual presidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados, Felipe Cantú, quien sostuvo que la discusión no debía centrarse en el liderazgo de Martín Esparza, sino “en los excesos, en las duelas de bambú, en las condiciones de lujo que ya quisiera un magnate para un domingo, y que no se despilfarren los impuestos en los gustos exóticos de nadie”.
Desde su perspectiva mezquina y de doble moral, la oligarquía no admite que los asalariados coman tres veces al día, tengan una casa digna y puedan disfrutar de su tiempo libre en condiciones humanas. Los “lujos” a los que se refiere Cantú y que disfrutan los trabajadores del SME, deberían tenerlos todos los trabajadores del país. Con todo, esto significaría una disminución a las elevadísimas tasas de ganancias de la oligarquía, y eso nomás no se puede permitir. De ahí su odio irracional contra el SME, pues su dirigencia no se pliega a sus directrices, como sí lo hacen, servilmente, las dirigencias del sindicato de maestros y de los petroleros, por lo que pueden darse lujos verdaderamente exóticos, como los que disfrutan Elba Esther Gordillo y Carlos Romero Deschamps.
La negativa del “gobierno” de Calderón a entregar la toma de nota al SME, es una medida política de presión para obligar al sindicato a cometer errores, como sería el caso de caer en las provocaciones de César Nava y de Javier Lozano Alarcón. Lo dijo muy claro Porfirio Muñoz Ledo: “Lo que quieren es que el sindicato pierda la paciencia, se vaya a la huelga y requisar la empresa como antecedente para la privatización”.
Los hechos están demostrando claramente que la oligarquía detrás del “gobierno” panista está decidida a ganar una batalla que tiene perdida porque no cuenta con la razón histórica para ganarla. Lo único que van a conseguir con su terquedad es llevar al país a un estallido de violencia que se puede volver incontrolable. Sus ambiciones y voracidad han conducido a México hasta el último sitio en América Latina en lo que se refiere a crecimiento económico, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Apunta que mientras la economía mexicana en el 2009 se habrá de hundir 7.3 por ciento, el país con menor nivel de desarrollo en la región, Haití, habrá de concluir el año con un crecimiento de 2 por ciento. Sigan por ese camino, ¿para vivir mejor? La oligarquía sí, desde luego, pero en el exilio auto impuesto.

gmofavela@hotmail.com

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