viernes, septiembre 18, 2009

Ricardo Andrade Jardí escribió este artículo


“Días patrios”
2009-09-18






Ricardo Andrade Jardí

Esta vez fueron 10 los ejecutados, propiamente dicho los fusilados, en un Centro de rehabilitación en Ciudad Juárez, a los que se suman cuando menos otros 20 ejecutados, en diferentes zonas del país, en tanto la telecracia y la demagogia celebran con entusiasmo “el Día de la Independencia” Y la iglesia intenta volver buenos a los excomulgados, Hidalgo y Morelos, que nos dieron patria, aunque en estos momentos la pobre, patria, se encuentre como “señorita extraviada”, por otro lado si la historia oficial fuera un poco más real y un menos “patriotera”, la Iglesia Católica excomulgaría una y otra vez al cura

Hidalgo, por sus “impropios comportamientos”, mismos que lo hicieron el gran rebelde insurgente que fue; parece ser que una visión más liberal del mundo requiere de una liberal libertad de credo. Asunto intolerable para cualquier jerarquía, muy principalmente para las visiones conservadoras, que a un año de los “festejos” del bicentenario y el centenario de la independencia y la revolución, apuestan por la parafernalia mediática, por las brochadas patrioteras de una historietita oficial que poco tiene que ver con la verdad histórica, y con la urgente tarea de analizarnos, reconocernos, debatirnos y construirnos a partir de nuestro pasado, en la nación que podemos ser en el próximo futuro. Pero parece ser que, para una buena parte de nuestra clase política, la pirotecnia multimedia, es más importante, y cuando menos impresionablemente distractiva. Pensar es un ejercicio muchas veces doloroso y un trabajo agotador, tantos años de “Chespirito” y “Chabelo”, nos hacen difícil la tarea, más aún en las regiones donde el debate ético, cultural, universitario, político, etc., están cancelados, y han sido suplidos por el discurso que dicta la telebasura, el que impone el chantaje empresarial y el que raza la jerarquía católica. Pero así llegamos al 199 aniversario de “nuestra independencia”, cada día más dependientes, con un clima económico que con violencia rompe el pacto social, con la absoluta insensibilidad política de grupo de poder que carecen de la más elemental ética, con una ambición que no logra llenar sus bolsillos, carentes de la más elemental educación intelectual, desprecian o desconocen el humanismo y refugian su mediocridad y su ignorancia en conservadoras visiones de vida, retrógradas, fundamentalistas, manipulables y profundamente peligrosas. Y así Porfirio Díaz, en 1909, anunciaba con bombos y platillos la celebración del centenario de la independencia, insensible a las demandas sociales, que en el fondo no eran tan distintas a las de hoy. Para septiembre del 1911 el dictador ya había huido del país y México enfrentaba una guerra civil que duró todavía diez años más y nos otorgaría una de las Constituciones más avanzadas del mundo (1917) misma que hoy se enfrenta de nuevo al conservadurismo religioso, político y social, que intentan imponernos, los nietos de la dictadura porfirista. Mientras tanto los “días patrios” se entintan de sangre, entre coca-colas, gritos demagógicos y fuegos artificiales.

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