Carlos Fernández-Vega
México SA
Fox-Calderón: logros
Desempleo: 127% más
Rotundo fracaso laboral
Al ritmo que llevan, pasarán muchos años para que el país
retorne –sin que ello implique una maravilla– al nivel oficial de desocupación
abierta registrado cuando el Partido Acción Nacional se instaló en Los Pinos.
Cuando Vicente Fox se convirtió en su inquilino, el 2.21 por ciento de la
población económicamente activa se encontraba en tan lamentable condición; seis
años después, cuando Felipe Calderón relevó al de las ideas cortas y la lengua
larga, tal indicador se había incrementado a 3.58 por ciento, y ahora que el
michoacano está apunto de, felizmente, irse muy lejos de la ex hacienda de La
Hormiga, había crecido hasta 5.01 por ciento de la PEA.
Así, con la resultona dupla panista instalada en Los
Pinos a lo largo de 12 años, el nivel oficial de desocupación abierta se
incrementó la friolera de 127 por ciento (hasta septiembre de 2012, último dato
disponible), sin considerar que en ese mismo periodo la ocupación informal, el outsourcing y
la emigración (las válvulas de escape del sector laboral) crecieron
vertiginosamente y superaron, por mucho, a la generación de empleo en el sector
formal de la economía. De ese tamaño es el gran logro laboral que
reportan los gobiernos de Fox y Calderón, los cuales aportaron al país otra
década perdida en materia social.
Sirva lo anterior para contextualizar la frívola
afirmación de los voceros oficiales y oficiosos, de que la desocupación abierta
en el país muestra una notable tendencia descendente al cierre del
gobierno calderonista, lo que evidencia (según la misma versión) que el actual
inquilino de Los Pinos sí cumplió con su promesa de campaña electoral
de ser el Presidente del empleo. Y las cifras referidas no provienen de la
vociferante cuan golpeada prole a la que nada le gusta y de todo se enoja, sino
del mismísimo Inegi.
Ayer, esta última institución divulgó sus Indicadores
oportunos de ocupación y empleo, con información al cierre del noveno mes de
2012, entre los que destaca que la tasa oficial de desocupación abierta se redujo de
5.68 a 5.01 por ciento entre septiembre de 2011 y el mismo periodo del presente
año, de tal suerte que más de 2.55 millones de mexicanos se mantienen
totalmente fuera del mercado laboral, sin considerar al voluminoso ejército de
personas que de tanta vuelta y de tanta negativa, de plano ya no sale a buscar
empleo y que se cataloga como una suerte de personal de reserva. Por
cierto, la citada reducción en la referida tasa oficial se debió,
fundamentalmente, al sostenido incremento de la ocupación informal, cuya tasa
anual pasó de 28.74 a 29.35 por ciento de la población ocupada en el periodo
mencionado.
Los Indicadores del Inegi correspondientes a
septiembre de 2012 confirman que la escalofriante tendencia se fortalece: a
mayor escolaridad, mayor desocupación. En el mes que se reporta, 5.5 por
ciento de los desocupados no completó los estudios de secundaria, en tanto que
los de mayor nivel de instrucción representaron 74.5 por ciento. Las cifras
para la subocupación son de 41.9 y de 58.1 por ciento, respectivamente. Con
este dato se tiene que un millón 900 mil mexicanos con educación media superior
y superior se mantienen en la desocupación abierta, sin mayor perspectiva de
corregir tal circunstancia; los 650 mil restantes cuentan con estudios de
secundaria o menos.
Otros elementos aportados por el Inegi: en las 32
principales áreas urbanas de la República (aquellas con más de 100 mil
habitantes) la tasa oficial de desocupación abierta cerró septiembre en 5.7 por
ciento de la población económicamente activa, 0.46 puntos porcentuales por
abajo del nivel reportado en igual mes de 2011; las mujeres son las más
afectadas por esta situación, aunque los hombres no están muy lejos. No hay que
dejar a un lado que 75 por ciento de los mexicanos moran en zonas urbanas.
En septiembre de 2012, la población subocupada (aquella
que declaró tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas)
representó 8.9 por ciento de la población ocupada (alrededor de 4 millones 300
mil mexicanos), proporción prácticamente idéntica a la del mismo mes de un año
antes. El porcentaje de subocupación es más alto en los hombres que en las
mujeres: 9.5 contra 8 por ciento. En su comparación mensual (agosto-septiembre
de 2012) este indicador registró un aumento de 0.48 puntos porcentuales.
El número de mexicanos en edad y condición productiva que
sobreviven en la informalidad se mantiene al alza. En septiembre pasado, más de
14 millones 220 mil personas se ocuparon en este sector, con lo que oficialmente
29.35 por ciento de la población ocupada está en la informalidad, aunque en los
hechos dicha proporción se aproxima a 60 por ciento, si se considera que
muchísimas empresas que oficialmente forman parte del sector formal de la
economía contratan informalmente a sus trabajadores (sin contrato, sin
prestaciones).
Y sobre la población ocupada, el Inegi detalla que 66.3
por ciento de ella opera como trabajador subordinado y remunerado ocupando una
plaza o puesto de trabajo, 4.6 por ciento pertenece a los patrones o
empleadores, 22.7 por ciento labora de manera independiente o por su cuenta sin
contratar empleados, y finalmente 6.4 por ciento se desempeña en los negocios o
en las parcelas familiares, contribuyendo de manera directa a los procesos
productivos, pero sin un acuerdo de remuneración monetaria.
La población ocupada por sector de actividad se
distribuyó de la siguiente manera: en los servicios se concentró 43.4 por
ciento del total; comercio, 19.8; industria manufacturera, 15.4; actividades
agropecuarias, 12.8; construcción, 7.1; otras actividades económicas (que
incluyen la minería, electricidad, agua y suministro de gas), 0.9; y el
restante 0.6 no especificó su actividad.
Las rebanadas del pastel
¡Alabada sea la cara dura!: hay mucho tipo de dolor
que sufre el ser humano. Hay un dolor que es inevitable, que viene de Dios o de
la naturaleza. Pero hay otro tipo de dolor que es evitable. El dolor evitable
es el que viene del hambre, de la enfermedad, de la ignorancia. Ese es un dolor
evitable. Y para aliviar el dolor de muchas familias mexicanas, de millones, se
los aseguro, a eso me he dedicado muchos años de mi vida y, particularmente,
los últimos seis años (presbítero Felipe Calderón, quien, a pesar del
espantoso tiradero que deja, con la cara más dura que el cemento se autoelogia
un día sí y el siguiente también)… ¡Felicidades!, porque también la Secretaría
de Marina participa en la desastrosa tanda de chistes de gallegos y barquitos.
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