Peña Nieto y sus siete enanos
Por: Virginia González Melgarejo
No hay peor tiranía que la que se ejerce
a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia.
Montesquieu
.
Los siete magistrados integrantes del Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación han sido vapuleados por infinidad de
comentarios negativos en vista de su desempeño en el juicio de inconformidad
presentado por el Movimiento Progresista para invalidar la elección
presidencial, calificada por esos siete personajes como “ejemplar”; con eso y
con el argumento de que los demandantes “no probaron su dicho” los siete se
ganaron a pulso los adjetivos con que fue descalificada su decisión.
“Tribunal de barandilla”; “Comparsas de la ilegalidad,
cínicos, enanos”, fue lo menos que leímos en diversos medios y, sin duda, los
adjetivos no son gratuitos dada su pobre actuación, y es que si tal vez en sus
consideraciones hubieran dado una pequeña muestra, un solo argumento veraz que
justificara su postura unánime, merecerían algún reconocimiento, pero el
cinismo con el que los señores magistrados procedieron ofende la inteligencia
de quienes siguieron de cerca, y aun de lejos, el proceso.
Decir que hubo exhaustividad en la revisión de todas y
cada una de las pruebas presentadas cuando han quedado asuntos pendientes
referentes, nada mas ni nada menos, al manejo de el dinero, los insultantes
gastos de campaña, el caso de las tarjetas Monex y las investigaciones periodísticas
no oficiales pero que indican una ruta de lavado de dinero, es pretender que
los ciudadanos ignoremos que jamás pidieron a ninguna instancia competente
información que les permitiera ahondar en los asuntos a tratar, que no hubo
compra y coacción del voto cuando los testimonios ciudadanos inundaron las
redes sociales y las pruebas que no son pruebas entonces ¿qué son? Los que
vimos a Peña por años a diario en la televisión, revistas y periódicos,
sufrimos seguramente de alucinaciones, y dicen que el fin último del Tribunal
es llegar a la verdad, ¿cómo lo hicieron? Nunca siguieron las investigaciones,
es más, ni siquiera iniciaron alguna, digo por aquello de taparle el ojo al
macho, y trataron de justificarse con una sesión que duró poco más de cinco horas
pero cuyo final era predecible.
Los magistrados dieron una cátedra de cinismo y
servilismo ¿Para eso mantenemos como reyes a ese Poder Judicial? Sus altísimos
sueldos se supone deberían garantizar su incorruptibilidad, su escrupuloso
desempeño como un poder autónomo, ya que como última instancia deberían
garantizar a los ciudadanos justicia; sin embargo, con pena vemos que eso no
existe, siete personajes cuyos salarios los hacen ciertamente vivir en otra
realidad muy ajena a la de la mayoría de los mexicanos, han decidido en unas
cuantas horas el destino de la nación, y eso sólo puede ocurrir en México.
Como respuesta la resistencia civil pacifica se reunirá
el próximo domingo en el zócalo de la Ciudad de México, donde se determinaran
las acciones a seguir en contra de esta burda imposición, mientras los priístas
seguro festejaran en Timbuktú, pues no se les ve por ninguna parte.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario