Julio Hernández López
Astillero
Democracia en germen
Pobrecito IFE
Lipe y Elba, adiós
Panal victorioso
Deseoso de limpiar en algo la muy mala imagen
del Instituto Federal Electoral y especialmente de sus consejeros (malos
operadores, buenos cómplices), uno de ellos, Alfredo Figueroa, acabó confesando
que la democracia mexicana (por llamarla de alguna manera) es apenas un esbozo,
un intento: rechazo absolutamente las ideas de democracia consolidada,
dijo al reportero Alonso Urrutia en la entrevista que como nota principal de su
portada llevó La Jornada este lunes.
Cierto es que solamente ganando las
millonadas que ganan los plácidos consejeros se podría atrever alguien a hablar
de democracia consolidada, por lo que el audaz Figueroa complementó su
tesis con el señalamiento de que hay una democracia germinal, con
elementos que no terminan de florecer, con déficits muy importantes que obligan
a replantear la transición. ¿Germinal? Pues sí. Eso dice el consejero Figueroa,
quien parece decidido a practicar una especie de chuchismo perredista en el
interior del IFE: palabrería crítica para consolidar el sistema del
que se benefician.
Si han de tomarse en serio las palabras del
poblano Figueroa, la democracia mexicana en estado germinal ni siquiera a estar
en pañales alcanza (aunque en gasto general, y en especial en sueldos y
prestaciones de los consejeros, el nivel es altísimo, descomunal) y mucho menos
a terminar de florecer, pues según la Real Academia Española tal
germinalidad significa el esbozo que da principio al desarrollo de un ser
vivo, o la parte de la semilla de que se forma la planta, o el primer
tallo que brota de ésta.
Otro momento brillante de la entrevista de
Figueroa se produjo cuando el reportero Urrutia le recordó que en 2006 se había
hablado de una profunda reforma electoral, y ahora otra vez... A ello
el maestro Figueroa respondió, con seriedad abismal: se hizo, pero hay que
profundizar más. Sin explicar en qué momento podría darse por satisfecho ese
profundizómetro, añadió: ninguna reforma va a resolver las ausencias
democráticas en otras esferas, a menos que se pretenda que el IFE se convierta
en el Estado completo. No se puede pretender que sólo una institución de la
República pueda resolver problemas que los poderes unidos no han podido.
Dolido, casi exigiendo indemnización pública
o algún acto nacional de desagravio, el ya antes mencionado consejero Figueroa
reprochó entre muy sentidos signos de interrogación: Al IFE se le exige
como si fuera todo el Estado mexicano, ¿y qué se hace con fenómenos como el
lavado de dinero, la creciente opacidad en los gobiernos estatales y
municipales de todos los partidos o la compra del voto?
No, pos sí. Con tanta claridad, ¿quién podría
haber esperado algo distinto en este proceso electoral a punto de desembocar en
una declaratoria de validez de compra de una elección presidencial? ¿Qué pueden
hacer los santos consejeros electorales aparte de consumir a título de
compensación buena parte de esos recursos públicos que de otra manera tampoco
habrían de servir para nada mejor? Mexicanos: comprendan a los señores
consejeros y al respetable IFE, por favor.
En la tanda de las despedidas, Felipe
Calderón Hinojosa y Elba Esther Gordillo Morales compartieron con frialdad
apenas disfrazada el inicio de clases en el sistema educativo nacional.
Cómplices en el trasiego de votos de 2006, hoy transitan por caminos
divergentes, luego de superar la tentación de confrontarse abiertamente. Si del
amor al odio solamente hay un paso, los tórtolos electorales de seis años atrás
hoy viven pasiones políticas tormentosas.
Tanto le llegó a deber Felipe a Elba Esther
que le hizo pagos que fueron proporcionalmente tan altos (Issste, Lotería
Nacional, subsecretaría de la SEP, secretaría técnica del Sistema Nacional de
Seguridad Pública) como los favores electorales recibidos por el panista que
apenas alcanzó a hacerse declarar triunfador con una diferencia de 250 mil
votos. En algún momento de despecho, en junio de 2011, la vendedora de favores
reveló que los cargos (y presupuestos) recibidos provenían de un puntual arreglo
político. Por si hubiera dudas.
La profesora Gordillo reivindicó su olfato
triunfador este año, pero con una apuesta partidista distinta. Volvió al redil
original, el de tres colores, pero con fuerza y agenda propias, ya con un
partido familiar, el denominado Nueva Alianza, al que en esta columna bautismal
se le hizo llamar Panal (y, a su dueña, Elbeja Reina). Alineada oportunamente
con Enrique Peña Nieto (aunque por cuestiones tácticas se simularon distancias
y se presentó a un dizque candidato presidencial, Gabriel Quadri de la Torre),
Gordillo Morales tiene frente a sí otro panorama sexenal grupalmente
victorioso. Su hija va al Senado y su nieto a San Lázaro (además, cubrió pagos
pendientes: a la amiguísima Marta Sahagún le hizo el favor de convertir al
hijo, Fernando Bribiesca, en diputado federal; al prestanombres Quadri le
colocó a un hijo en ruta suplente, que pronto podría desembocar en una curul, y
a Jaén Castillo Jonguitud, nieto del cacique al que desplazó, Carlos Jonguitud,
lo hizo diputado local por San Luis Potosí).
El problema de fondo, sin embargo, no es de
índole electoral o de acomodos de camarillas (aunque de allí proviene y en ese
contexto sobrevive), sino de la prolongada crisis del sistema educativo,
dominado por una mafia sindical que se sostiene gracias a sus arreglos
electorales con los poderes institucionales con los que acaba fundiéndose en
términos dominantes en cuanto a ese ámbito específico.
El proceso educacional mexicano está dando
tan malos resultados que el país se va atrasando en el contexto internacional,
y generaciones de jóvenes quedan sin la preparación adecuada para enfrentar un
futuro tan difícil que, como acaba de decir Zygmunt Bauman a El País (http://bit.ly/NVfEYF ): Es la primera
vez en la historia, y he tenido una larga vida, en que toda una generación está
al borde de quedarse en la cuneta. La juventud corre el riesgo de hacerse
redundante.
Y, mientras se multiplican los hechos
violentos en el Distrito Federal, ¡hasta mañana, con el suavecito Gamboa
prometiendo erradicar del Congreso de la Unión las confrontaciones estériles!
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