Carlos Fernández-Vega
México SA
La economía no levanta
Dudas sobre su fortaleza
Proméxico y la Cristiada
Por allí anda muy alegre el inquilino de Los
Pinos reparte que reparte culpas a todos, menos a los verdaderos causantes del
espeluznante tiradero que reporta el país (con él mismo y su genial equipazo de
trabajo a la cabeza), y en plena despedida del autoelogio por lo bien que
–dice– hizo las cosas. Lo bueno es que sólo él lo celebra y lo proclama, porque
en otras áreas no dejan de advertir sobre los peligros que corre la nación por
–entre otros elementos– la ingrata circunstancia económica que se vive.
Así, mientras el susodicho se apapacha ante
el creciente rechazo en su propio partido, el Centro de Estudios de las
Finanzas Públicas subraya que, con base en los más recientes indicadores, se
confirman las dudas sobre la capacidad mexicana para resistir al deterioro del
entorno global. Hacia adelante, los datos difundidos plantean un escenario poco
favorable para el país, pues las exportaciones de junio se contrajeron por vez
primera desde octubre de 2009. Adicionalmente, las importaciones también
tuvieron su primer retroceso, afectándose en mayor medida las de bienes de
consumo y de capital, lo cual evidencia la debilidad de la demanda interna.
De igual forma, el ingreso de los mexicanos
sigue cayendo, y sólo en junio pasado el salario se redujo 0.12 por ciento en
términos reales, lo que junto con el persistente incremento en los precios,
particularmente de la canasta básica de consumo y de los alimentos, son
factores que siguen restando capacidad a las familias para incrementar su gasto
y apoyar al crecimiento económico de México. La cada día más dependiente
economía mexicana sólo se limita a observar los acontecimientos
internacionales, sin mayor capacidad de maniobra, y registra el impacto que le
provoca la desaceleración en el vecino del norte, cuya economía (obstaculizada
por sus problemas estructurales y la incertidumbre en torno a su proceso de
consolidación fiscal) apenas si reportó unavance de 1.5 por ciento en el
segundo trimestre de 2012, contra 2 por ciento en el primero.
En materia de ingreso en la economía formal,
apunta el CEFP, el Instituto Mexicano del Seguro Social dio a conocer que el
salario base de cotización promedio de junio fue de 260.44 pesos al día. Comparando
con el año previo y descontando el efecto inflacionario, el salario disminuyó en
nueve pesos al mes. De esta manera, se observó la primera caída de los últimos
16 meses, con una variación negativa real anual de 0.12 por ciento. Dado lo
anterior, el salario base de cotización no ha logrado recuperar el poder de
compra que tenía antes de la crisis: de junio de 2008 al mismo mes de 2012
acumula una pérdida real de uno por ciento. Es decir, después de cuatro años de
iniciada la crisis, el ingreso mensual de los trabajadores del sector formal se
ha reducido en 73 pesos.
En la última década (junio de 2002 al mismo
mes de 2012, con dos gobiernos panistas) el salario base de cotización real en
el IMSS ha crecido –si así puede calificarse– en promedio únicamente
0.9 por ciento anual. El mercado interno depende del incremento sostenido del
ingreso laboral, lo que significa que de mantenerse con tasas de crecimiento
negativas, las familias no podrán incrementar su gasto en bienes de consumo,
afectando sin duda el crecimiento económico del país.
Por otra parte, en junio la actividad
comercial de México resintió el menor dinamismo de la economía global,
particularmente de la estadunidense. Si bien el saldo de la balanza fue
superavitario por 601.6 millones de dólares, tanto las exportaciones como las
importaciones se contrajeron por primera vez desde octubre de 2009. Las
exportaciones ascendieron a 30 mil 259.2 millones de dólares en el sexto mes
del año, para una caída anual de 0.4 por ciento. Este resultado fue producto de
la contracción de 27.8 por ciento en las petroleras y de un incremento de 5 por
ciento en las no petroleras. Al interior de las últimas la producción
manufacturera avanzó sólo 4.4 por ciento, luego de que en mayo lo hizo en 10.4
por ciento anual. Las exportaciones no petroleras a Estados Unidos crecieron
3.7 por ciento anual impulsadas por las exportaciones automotrices (a pesar de
que perdieron dinamismo, se expandieron 13.3 por ciento en junio frente a 14.6
por ciento del mes anterior), ya que el resto de las exportaciones no
petroleras a ese país prácticamente se mantuvieron sin cambio (aumentaron 0.1
por ciento luego del 8.5 por ciento de mayo). Por tanto, el repunte de la
producción industrial estadunidense de junio no fue suficiente para vigorizar
las exportaciones mexicanas.
En cuanto a las importaciones, registraron 29
mil 657.6 millones de dólares en junio, una disminución de 2.1 por ciento
anual, determinada por la caída que presentaron los bienes de consumo (-6.9 por
ciento), de capital (-2.6) y los intermedios (-1.1). Particularmente, las
contracciones en los bienes de consumo y de capital evidencian la debilidad del
mercado interno, el cual no logra afianzar su ritmo de recuperación y cada vez
se encuentra más expuesto a los efectos adversos que puede ocasionarle la menor
actividad económica global.
Así, en términos desestacionalizados, las
exportaciones se redujeron por tercer mes consecutivo; en junio cayeron 2.6 por
ciento. Sobresale la disminución de uno por ciento en las manufactureras (las
exportaciones no automotrices cayeron 4.7 por ciento mientras en mayo aumentaron
1.1 por ciento). Las importaciones se contrajeron 2.9 por ciento, luego del
retroceso de 1.9 por ciento en mayo. Los resultados de la balanza
comercial acentúan las dudas sobre la capacidad del mercado interno para
impulsar al desempeño de la economía mexicana, toda vez que Estados Unidos ha
entrado en un proceso de franca desaceleración.
Las rebanadas del pastel
De lo bien que el calderonato hace las cosas
da cuenta lo siguiente: Proméxico, organismo dependiente del Ejecutivo y con un
presupuesto dedicado a apoyar a las empresas nacionales exportadoras, desvió
recursos para financiar una película y, por si fuera poco, extranjera. Así es:
un organismo público, dirigido por Carlos Guzmán Bofill, de un gobierno (por
ley) laico, inyectó recursos de la nación a ese subproducto llamado Cristiada.
crónica de la guerra cristera… Y el sempiternamente impune Consejo Mexicano de
Hombres de Negocios, con Claudio X. González como cabeza visible, se pronuncia
a favor del estado de derecho, frase que en boca de los integrantes de ese
cártel empresarial no es más que vituperio.
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