Casa de citas
Por: Redacción de:
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En las últimas semanas, una nueva cresta de inseguridad ha azotado al país con énfasis en varias regiones en donde el crimen organizado tiene ya varios años haciendo presencia, pero también en otras en donde se había mantenido una calma relativa. Ayer los habitantes de la ciudad de San Luis Potosí sufrieron horas de terror debido a los enfrentamientos entre las fuerzas federales y los criminales. Horas antes habían presenciado con horror el hallazgo de 14 cuerpos. Si contamos a partir de hoy, a Felipe Calderón Hinojosa le quedan tres meses y 20 días de gobierno. Mientras el país sufre el resultado de una política equivocada de seguridad, el Presidente tiene una preocupación clara en mente: gobernar al PAN. Se reúne con diputados electos, se junta con miembros de su gabinete, convoca a reuniones en Los Pinos para tratar el asunto del PAN. Quizás piensa que es posible gobernar a Acción Nacional durante los próximos cinco años, con su familia y sus amigos de la mano, para tratar de empujar una candidatura presidencial para su esposa. Quizás piensa que manteniendo el control del PAN se garantiza un salvoconducto para no ser juzgado por los crímenes que se cometieron durante su sexenio. El problema está en que mientras el señor intenta dar un golpe de Estado en su partido a pesar de la abierta resistencia de una mayoría de líderes estatales panistas, el país se sume todavía más en un ambiente de violencia que llegó a México y se instaló en el país cuando Calderón Hinojosa lanzó su guerra contra el narco.
El horror que hemos vivido durante los años de la administración de Calderón nos ha vuelto insensibles y poco exigentes con el gobierno federal. Aunque el Presidente lo niega, la población no aceptó mantener a los panistas en el poder por un ejercicio pobre y hasta dañino. Pero Felipe Calderón no ha dejado de ser Presidente de este país y todavía le resta un tramo hasta el 1 de diciembre. Quizás los 14 muertos de ayer sean poca cosa. Quizás el repunte de violencia en el Estado de México, en Guerrero y en Ciudad Juárez no sea nada. Pero aun cuando no se trate de una violencia que nos sorprenda, el Presidente está obligado a atender su puesto. El PAN no le paga su salario ni los mexicanos le pagan a Calderón para que atienda al PAN. Le faltan tres meses con 20 días. Felipe Calderón tiene que ponerse a gobernar. El país está sufriendo de una violencia que en gran parte él provocó. Que haga lo que quiera con el PAN. Pero que se ponga a gobernar.
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