El IFE y el lavado de votos
Por: Virginia González Melgarejo
Como un gran “karma” mexicano electoral, las
elecciones presidenciales han sido fraudulentas; desde que somos una república
no ha habido unas elecciones presidenciales limpias y democráticas, “haiga sido
como haiga sido” pareciera ser el sello de la casa.
Ahora nos encontramos con una elección en la
cual se reunieron las practicas del viejo PRI: acarreo de votantes, compra de
votos, robo de urnas, boletas previamente marcadas y todas aquellas linduras
que según el consejero presidente Leonardo Valdés eran un mito; pues el mito,
le informamos al consejero, se hizo realidad el 1 de julio.
Pero además, el oneroso IFE se ha convertido
en un “perfecto lavador de votos”; sí, igual que el lavado de dinero. Vea
usted. El dinero “sucio”, como se le conoce al dinero proveniente de
actividades ilícitas, es depositado en cuentas de “empresas fantasmas” que
sirven sólo para ingresar ese dinero al sistema financiero formal, es decir, a
los bancos; acto seguido, ese dinero entra en circulación de manera formal y
como recién nacido “sin pecado original”, y este acto de blanquear o
lavar el dinero constituye un delito.
Con un presupuesto de 15 mil 992 millones de
pesos para 2012, el IFE se ha convertido en el aparato electoral más costoso
del mundo. Su finalidad es dar a los mexicanos certeza, legitimidad, confianza
y legalidad en los procesos electorales que organiza. Tristemente, lo vemos hoy
convertido en “lavador” de votos fraudulentos, que por el solo hecho de haber
sido contados saldrán de las urnas como votos legales y legítimos, aunque mucha
gente sabe hoy que fueron comprados, que son votos del hambre, la ignorancia y
la manipulación, provenientes de una campaña mediática y de encuestas
“copeteadas” hechas a la medida del cliente, así como de un dispendio de recursos
que rebasan por mucho los topes de campaña, votos cuya fuente es el
financiamiento ilegal, como el hecho a través de las tarjetas Monex.
Las evidencias de las que ha hecho acopio el
Movimiento Progresista serán presentadas mañana, pero son ya del conocimiento
de millones a través de las redes sociales que han jugado un papel muy
importante en estas elecciones.
El IFE omiso, ya hizo trabajo de lavadero; lo
que sigue será legalizar, que no legitimar, el cochinero a través del Tribunal
Electoral que ya ha declaró desde hace mucho que nada hará cambiar los
resultados. Brazo de la oligarquía, nuevamente el Trife asestará a los
mexicanos con su autismo y ceguera otro golpe que llevará al país a la
involución en el terreno de la política y la democracia.
En el terreno de lo social, las cosas son
diferentes. El sábado pasado marcharon miles en su mayoría jóvenes, en más de
30 ciudades de la República y en diferentes capitales del mundo en contra de la
imposición y del fraude electoral. La convocatoria, hecha a través de las redes
sociales, no por partidos políticos ni por dirigente alguno, resultó de la
indignación y el malestar en una sociedad que está despertando y ha quedado a
la espera de nuevas acciones colectivas que veremos en próximos días exigiendo
al Trife cumplir con su deber y anular la que pudiera ser la elección más sucia
de que se tenga memoria… Vivimos tiempos de canallas y hoy México llora
lastimado.
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