Casa de citas
Por: Redacción de
www.sinembargo.mx
En las últimas dos elecciones federales [2006 y 2012], la actuación de las instituciones electorales ha dejado un muy mal sabor de boca. Con un presupuesto millonario, incluso por arriba del que utilizan para organizar sus elecciones la mayoría de los países más ricos dentro de la OCDE –organización de la que México es integrante–, el IFE, primero, y la Fepade, después, no han podido convencer a la mayoría de los ciudadanos que los comicios hayan sido transparentes. Su inacción le deja también un paquete difícil de resolver al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (Trife), pues las resoluciones finales que este órgano toma –como fue el caso de la que dio por ganador a Felipe Calderón Hinojosa en 2006– traen detrás una carga de sospechas, aun cuando la aplicación de la ley sea impecable. Eso ha generado también que el avance democrático en el país, que luego de 2000 dio un vuelco, haya retrocedido una década en la percepción ciudadana y que los gobernantes en turno asuman la delicada responsabilidad de gobernar el país sin fuerza moral y desligitimados para muchos millones de votantes en todo el país. La elección del 1 de julio pasado mostró, una vez más, que esas instituciones demandan ajustes inmediatos para poder responder con eficiencia y autoridad a las demandas que se plantean durante la campaña y, por supuesto, el día en que la ciudadanía sale a votar. Aplicar las amonestaciones, multas y castigos, que la ley sí contempla, habrían evitado el ambiente de desconfianza que privó el domingo 1 de julio y que, ahora, se ha convertido en críticas severas y descalificaciones al trabajo del IFE, que comanda Leonardo Valdés Zurita, y de la Fepade, que es el órgano fiscalizador de las elecciones y cuya titular es Imelda Calvillo Tello.
Ahí hay un reto enorme para los partidos, el Poder Legislativo, la sociedad civil y el gobierno que asuma la administración federal el próximo 1 de diciembre, pues la organización de las elecciones intermedias 2014-2015 inició hace unos días en algunos estados y, sin duda, hay que apretar tuercas. Ha sido mucha la inversión de dinero, de horas hombre, de acuerdos políticos en el IFE y la Fepade para que, en vez de las crisis económicas recurrentes a las que México estaba acostumbrado, ahora las máximas autoridades en la materia sean vistas como las que generan las crisis poselectorales. Es un retroceso que debe frenarse lo antes posible. ¡Feliz fin de semana!
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/opinion/14-07-2012/8182. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
No hay comentarios.:
Publicar un comentario