Desesperados
Por Manuel Bartlett
La campaña fulgurante se tambaleó, el diario español El País, ante la explosión
estudiantil #YoSoy132, cabecea: se acabó la campaña de telenovela, se estropeó
el guión. Se acelera la caída de Peña Nieto.
Televisa y asociados calcularon que la construcción de un candidato telegénico,
aunque vacío, entrenado en actuación y una campaña publicitaria comercial entre
spots, espectaculares saturando el espacio visual en todo el país, sin
detenerse en gastos, era suficiente para hacerlo presidente.
Que Peña es confección de Televisa era evidente, los señalamientos no la
perturbaron, hasta que una chispa incendió a la juventud mejor preparada, que
en sorpresivas multitudes indignadas exhibió el fraude mediático: “No queremos
un presidente impuesto por Televisa”. Esta denuncia sí sacudió al consorcio
omnipresente que se abocó a jinetear la ola para diluirla: más televisión,
entrevista manipulada, mensaje grandilocuente, anodino, el mismo Peña.
Simultáneamente López Obrador crece en todo el país, en muchos estados y
ciudades ha rebasado al puntero, a nivel nacional el concierto de encuestas
reconoce, salvo algunas, cercanía, empate técnico que, aunado a la tendencia de
crecimiento, lo pone al alcance de la Presidencia a 20 días de la elección. Su
movimiento, Morena, se fortalece ostensiblemente, su oferta de cambio
corresponde a necesidades sentidas, angustias, no solamente de sectores
populares, también las clases medias y empresarios que no encuentran esperanza
en la situación que confrontan todos los días.
Más de 50 millones de pobres, 10 millones de indocumentados en EU, tasa de
desempleo del 5.6%, la desocupación abierta de los jóvenes excede tres o más
veces la media nacional; los salarios mínimos en México, en el penúltimo lugar
de América Latina, la informalidad sumaba a los trabajadores de bajísima
productividad, es el 60% de la fuerza de trabajo; ocupamos el lugar 153 en
desigualdad, considerando ingresos, salud y educación.
Esta es la situación que AMLO propone atacar con un cambio de modelo que gire
de una política económica abocada a beneficiar al sector financiero,
responsable del desastre, a una cuyo objetivo sea el empleo y el sector
productivo, devolverle al Estado su función para retomar sus tareas esenciales
abandonadas al mercado. En sus discursos ante miles de ciudadanos, todos los
días, a lo largo de la República, explica didácticamente cómo generar empleo
bien remunerado, revitalizar el campo, abatir el precio de la gasolina y la
electricidad; restablecer el Estado de bienestar: protección a marginados y
excluidos, justicia social, sin populismo, al describir el cómo, sin
incrementar impuestos. El mensaje es la fuerza de AMLO porque millones creen en
él, lo aprecian honesto y se identifican.
Finalmente, la mejor encuesta son las medidas desesperadas de los manejadores
de Peña, no tienen cómo reinflar el globo con sus mensajes de continuidad
trágica, saben que van a perder y ya recurren a las campañas negras, refritos
del pasado, censurados entonces por el Tribunal Electoral; el PRIAN aterrado,
se reunifica defendiendo los intereses que los hermanan; Fox expone su
venalidad mediocre, los medios se aprestan a su propia denigración. Fracasarán,
ya los jóvenes exhibieron y se levantaron contra la manipulación de los medios,
lo volverán a hacer, nadie creerá en sus invectivas, enardecerán más. El lodo
enlodará a Peña Nieto ya por sí endeble, no lo fortalecerá. Que no intenten el
fraude electoral, México sería ingobernable con otro presidente ilegítimo, el
pueblo no lo permitirá.
mbartlett_diaz@hotmail.com
jueves, junio 07, 2012
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario