Julio Hernández López
Astillero
Ingeniería electoral
PRI, aplicado
Naranjo, pieza de EU
DF: debate insulso
Enrique Peña Nieto está concentrado en lo que
realmente le interesa: la operación electoral del domingo de la verdad.
Tiene tres aliados fundamentales: las
brigadas de defraudación electoral pertenecientes al gordillismo desatado, los
fondos públicos de los gobiernos estatales priístas siempre impunes (Veracruz a
la vanguardia) y los fondos oscuros provenientes de personajes ávidos de
retornar al escaparate público y al erario, entre los cuales destaca el club de
los ex gobernadores (algunos con abiertas acusaciones de estar relacionados con
el narcotráfico).
El dinero, el oficio corruptor y la
experiencia en adulteración electoral no tienen ojos para plazas llenas,
votaciones en universidades, jóvenes 132 ni presuntas primaveras cívicas. Todo
en el tricolor está concentrado en la compra previa de compromisos de
voto y en la muy costosa operación dominical que promoverá el
cumplimiento de esas intenciones. Si las cosas le resultan al PRI como lo está
planeando, en muchas casillas urbanas los funcionarios de las mesas receptoras
de votos y los representantes partidistas habrán de contar sufragios que
realmente fueron depositados en las urnas, aunque provengan de operaciones
mercantiles no detectables en la propia casilla (la Ruleta de la que aquí en http://bit.ly/LCXw5g se ha hablado). En
otro segmento de casillas, profesores formados desde muy temprano suplirán las
ausencias de los funcionarios mal capacitados, desalentados y confundidos
intencionalmente por el IFE, de tal manera que la conducción del proceso
correrá a cargo de esos sustitutos llegados con consigna. Y en las zonas
rurales se tratará de fortalecer el voto en favor del PRI mediante los más
clásicos procedimientos de compra de voluntades, amenazas y manipulación.
Diariamente se acumulan las evidencias de
graves irregularidades electorales mientras los funcionarios y consejeros que
deberían detectar, revertir y sancionar esas tendencias defraudadoras se
esmeran en asegurar que todo marcha correctamente, salvo en algunos pequeños
detalles que, dicen, no influirán en los resultados finales.
Un ejemplo de lo que se alista para el
domingo lo ha dado el gobierno de Veracruz, según la denuncia hecha por
coordinadores de la campaña de López Obrador en el video http://bit.ly/MXfOKA que muestra una
enorme cantidad de productos utilitarios que sirven para promover el
voto en favor del PRI y que estaban almacenados en una bodega que según esa
misma fuente lopezobradorista corresponde a la Secretaría de Educación de
Veracruz (SEV). Recuérdese que el pasado 8 aquí mismo se denunció el plan
Sumemos 10, dirigido por subsecretarios y directores de esa misma SEV, en
abierta convergencia de recursos públicos y acción electoral priísta (http://bit.ly/Kgz62n). Lo importante no es tan
sólo la grave irregularidad domiciliaria, si se llega a demostrar que la bodega
estaba bajo control de la SEV, sino la videograbada prueba de la abundancia de
recursos para operaciones electorales, en un esquema que encaja perfectamente
con las sabidas maniobras de compra de votos.
Otro desliz ha cometido Enrique Peña Nieto.
Aun cuando no ha dado a conocer nombres de los ciudadanos que formarían su
gabinete en caso de ganar la Presidencia de la República, el ex gobernador del
estado de México ha creído oportuno, y apegado a la legalidad (cuando en
realidad viola la Constitución), anunciar que un policía colombiano ascendido
por decisión presidencial a la condición de general habrá de ser su asesor para
asuntos de narcotráfico si llega a Los Pinos.
El historial del general Naranjo ayuda a
avizorar la idea que Peña Nieto tiene del futuro inmediato en México si él gana
la Presidencia. Un autoritarismo nativo, con asesoría extranjera, dedicado a
cumplir con los libretos llegados de Estados Unidos. Además, violaciones a los
derechos humanos como sistema, proliferación de losfalsos positivos y los daños
colaterales y, en especial, la incentivación de las bandas paramilitares o parapoliciacas para
que realicen tareas de limpieza socialy de eliminación de políticos,
periodistas y personajes que sean sostenidamente adversos al desarrollo del
nuevo Plan Colombia.
Tratando de incorporarse en el tramo final
electoral al plano declarativo injerencista, Felipe Calderón ha tenido un
incidente poco tranquilizador en el contexto de la reunión de élite mundial
denominada G-20. Sin consecuencias más que materiales y en pequeña escala, hubo
una detonación en el hotel donde sus pequeños hijos habían llegado a alojarse y
donde también se instalaría el propio ocupante actual de Los Pinos. Varias
explicaciones técnicas se produjeron para precisar que no hubo intención
malévola ni peligro alguno en ese simple incidente. Ah, además, Calderón
aprovechó el foro internacional para retomar su posición de quinto contendiente
por la presidencia 2012, ahora al criticar la propuesta que hace algún aspirante
(al que no nombró, ni dijo que era de Tabasco) de bajar el precio de la
gasolina al público.
Concentrada ya la pelea en los dos candidatos
con verdadera viabilidad, Peña Nieto y López Obrador, a pesar de la
desesperación de la ahora ocurrente Vázquez Mota y su grotesca recurrencia al
expediente del cuchi cuchi, el perredista ha llamado a dar el estirón final,
mientras su agenda diaria muestra plazas y escenarios absolutamente llenos de
simpatizantes, con un aire de triunfo que genera proporcional reacción de corte
mapache en el priísmo. Ése es el punto.
Astillas
El debate entre aspirantes a gobernar la
capital del país es tiempo perdido: el triunfo delas izquierdas está muy
perfilado en favor de Miguel Ángel Mancera, quien fungirá como administrador de
la continuidad marcelista. Beatriz Paredes es un lamentable fantasma de sí
misma, intrascendente y opaca... Y, mientras este jueves 28, a las 19:30 horas,
es inaugurada la muestra Pedro Valtierra: mirada y testimonio, en la
sala de exposiciones temporales del memorial del 68 del Centro Cultural
Universitario Tlatelolco, ¡hasta mañana!
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