Del triunfalismo a la
realidad
Guillermo Fabela
Quiñones
Apuntes
Llama la atención cómo Felipe Calderón insiste en manipular a la opinión
pública con su triunfalismo y posturas demagógicas sin asidero en la realidad.
Lo que está logrando es que la ciudadanía abra los ojos y confirme que ha sido
engañada durante el sexenio, como se advierte con la “condena” al
comportamiento de los profesores que se oponen a la prueba Enlace y han
organizado plantones, marchas y paros en diversas partes del país.
Nadie está en contra de que Calderón exija a los mentores que cumplan su
responsabilidad, pero sí que sea hasta ahora, cuando ya va de salida de Los
Pinos, que muestre un “enérgico” interés en enfrentar un problema que dejó
crecer por una mera conveniencia política. Cómo hubieran sido diferentes las
relaciones con el magisterio si hace cinco años hubiera soltado la siguiente
filípica: “Que no se deje a las niñas y a los niños sin clases por capricho de
nadie; que no se use el derecho de los niños a aprender por pretensiones
salariales, laborales, sindicales, políticas, ideológicas o de ninguna índole.
¡Ya estuvo bueno de eso!”.
Seguramente, Elba Esther Gordillo está muerta de la risa, y dispuesta a
seguirse mofando de Calderón, quien durante su “gobierno” nada hizo por obligar
al sindicato magisterial a proceder con sentido de responsabilidad. No podía
hacerlo porque era un rehén de la dirigente vitalicia, quien se cobró con
creces el favor de haberlo apoyado para llegar a Los Pinos. Tan es así que
todavía ni siquiera se atreve a decir las cosas por su nombre, se concreta a
hacer señalamientos generales sin culpar a nadie de la terrible realidad que
caracteriza a la educación básica en el país.
Cabe recordar que sacrificó a Josefina Vázquez Mota con tal de agradar a la
profesora Gordillo, motivo por el que ahora, ya como candidata del PAN, la
licenciada Vázquez no tiene empacho en cobrar el agravio culpando enfáticamente
a Elba Esther de la dramática realidad que se vive en las escuelas públicas de
nivel básico. De ahí que se vea hasta grotesco Calderón cuando afirma que su
“gobierno” ha sido “muy tolerante” con quienes discrepan de la política
educativa de su administración. Es evidente que más que tolerancia, su actitud
se puede calificar de omisa ante una problemática urgida de soluciones de
fondo.
En igual tesitura está quien fuera secretario de Hacienda, Ernesto Cordero,
quien ahora se comporta como un experto en asuntos financieros cuando en su
momento, como responsable de un área tan sensible, lo único que demostró fue
una total entrega a los dictados del Fondo Monetario Internacional, el Banco
Mundial y los acreedores de México. ¿Acaso no fue él quien afirmó que una
familia mexicana podía vivir perfectamente, hasta con lujos, con 6 mil pesos
mensuales? ¿No fue él quien condujo a la bancarrota a miles de pequeñas y
medianas empresas con sus medidas sólo dirigidas a fortalecer la macroeconomía?
Y aun así se atreve a culpar a Andrés Manuel López Obrador de la inestabilidad
del peso, como si éste dirigiera el Banco de México o tuviera alguna
responsabilidad en la conducción económica del país. Según Cordero, el político
tabasqueño “sigue siendo una amenaza para las familias y para la construcción
del patrimonio”. Será para las poco menos de cuarenta familias cuyo patrimonio
es muy superior al de ochenta millones de familias mexicanas juntas. Dijo el ex
precandidato presidencial panista, que “el más importante diario financiero en
el mundo” (no dijo cuál) culpó a López Obrador de la devaluación del peso en
las últimas dos semanas, nomás porque una encuesta lo acercó a Enrique Peña
Nieto. No le importó que la propia Secretaría de Hacienda atribuyó, días antes,
la caída del peso exclusivamente a factores externos.
Se constata así que la ultraderecha tiene pánico de que avance la democracia en
México, y no halla cómo frenar la lucha que encabeza López Obrador para
apuntalar la gobernabilidad democrática que tanto urge instaurar en la
República. Esto lo tiene muy claro una parte muy importante de la población
mexicana, lo que se pondrá en evidencia el día primero de julio en las urnas.
La gente sabe, después de sufrir en carne propia tantos abusos de la
oligarquía, que el verdadero peligro para México es la clase política corrupta
e insaciable que pretende perpetuarse en Los Pinos, ahora por conducto de
Enrique Peña Nieto.
Así lo harán ver al mundo los integrantes de la Cumbre de los Pueblos, que se
llevará a cabo para protestar por la Cumbre del Grupo de los 20 que se
realizará en Los Cabos próximamente. Allí denunciarán que Calderón miente al
presentar al mundo una imagen falsa de México, ocultando siempre los graves
problemas sociales y económicos que agobian al país, como los altos niveles de
violencia, el creciente desempleo, la falta de oportunidades educativas a millones
de jóvenes, entre otros problemas, de acuerdo con Héctor de la Cueva, miembro
del consejo del Foro Social Mundial. Allí se mostrará la verdadera cara de un
gobierno faccioso, antidemocrático, sin principios.
(guillermo.favela@hotmail.com)
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