Jorge Carrillo Olea
Preocupa reacción intolerante del PRI
La lección de la Ibero
Por sencillez de lenguaje se enuncia al PRI pero en justicia se debería
hablar de su presidente, de su secretario de organización, del diputado
Luis Videgaray y, por supuesto, del candidato, aunque otros muchos
nombres no se refieran aquí. Todo ello para comentar cómo sorprende
observar cuántos y cuán profundos análisis se han dado, sí a raíz del
comportamiento de estudiantes de la Ibero durante la visita de Enrique
Peña Nieto, y sobre otros hechos no.
Seguramente mi enfoque está equivocado al entender que lo más
trascendente no fue la guerrilla estudiantil sino la reacción de la
parte ofendida. ¡Los muchachos son así!, ¿no lo sabían? No vale una gota
de tinta el describirlos. Estuvieron mal, claro que sí, pero así son
cuando se les incita. Y no habría que mencionar la herencia política
negativa de la que hoy es poseedor e imagen Peña. No, simplemente hay
que entender el ambiente negativo que precedió su visita y las torpezas
que se cometieron.
El colmo fue el querer llenar medio auditorio con chavos simulados,
léase acarreados, para establecer un cinturón de seguridad entre los
asistentes y el candidato. También lo fue el querer desde muy temprano
controlar el acceso. Se actuó con una insensibilidad y una mecánica
propia de quien organiza un acto en la CTM. Nada más faltaron las
matracas y el Huapango de Moncayo.
Sí es cierto, las cosas ya se venían preparando por ciertos alumnos, eso
ya se sabía. No sólo lo sabían los equipos de Peña sino el propio
rector, ¿entonces? Todo se explica en dos frases: 1. Los muchachos, aun
sin justificación, suelen ser así, y un político curtido sabe que, por
lo menos en apariencias, hay que darles la razón. Enfrentarlos es un
imperdonable error. 2. Los que ya revelaron desde hoy los colmillos
fueron a quienes al principio llamamos el PRI. Su intolerancia a los
hechos fue peor que la reprobable de los muchachos.
¡Que se investigue quién lo organizó!, pidió el PRI. Investigar es sólo
la antesala de sancionar, si no para qué se investiga. El presidente del
partido, persona suave de carácter opinó: “La Ibero ya no es la
universidad respetuosa y crítica que solía ser, hay un
‘envenenamiento’”. Añadió: “Un puñado de jóvenes que no son
representativos de la comunidad de la Ibero asumió una actitud de
intolerancia respecto a los planteamientos que hacía nuestro candidato”.
Esto es, sugirió un compló, como se dice por otras voces. En él es un
signo esquizofrénico muy lamentable.
Si esa intolerancia del PRI es muestra de lo que viene, y parece que sí,
por otras múltiples muestras de que Peña Nieto es de piel muy delgada,
es motivo de grave preocupación. De esta manera, si los hechos de la
Ibero significan o anuncian una vuelta a la intolerancia, al rechazo a
lo distinto en las formas de pensar y de actuar, entonces sí estaremos
en verdad de vuelta a la prehistoria.
Ahora hay razón para sostener graves preocupaciones de que se avecinan
tiempos difíciles para todo aquello que se etiquete como disidencia,
disconformidad con lo que piensan o hacen los semidioses. Eso puede ser
motivo de persecución. La intolerancia es una actitud irrespetuosa hacia
las opiniones o conductas diferentes de las propias, en este caso a las
del poder. En el terreno de las ideas políticas se caracteriza por
fijeza a ultranza en las propias posiciones que se juzgan absolutas e
inquebrantables. El intolerante considera que ser diferentes equivale a
no ser iguales en cuanto a derechos y por ende hay que negarlos.
Creo que ésa es la lección de la Ibero que ya pasó por derecho propio a
poseer un registro en los anales electorales. La actitud de los jóvenes
no es perdonable, hay que objetar que sólo por jóvenes tengan derecho a
la inflexibilidad, pero hay que entender que así es la juventud ante
algunas circunstancias. La vieja historia de David contra Goliat.
Siempre les será atractivo ofender al poderoso aunque esto sea
reprobable.
Lo que difícilmente se aplaude, y menos si es el anuncio de algo
venidero, es la actitud del PRI. Se les supone maduros, curtidos,
sabios, previsores y serenos. No lo fueron.
hienca@prodigy.net.mx
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