Julio Hernández
López
Astillero
Josefina se tambalea
Felipe abraza al salinismo
Margarita, en la reserva
Nubarrones en el IFE
Felipe Calderón extendió su mano franca al priísmo
salinista mientras Josefina Vázquez Mota se tambaleaba en público.
Funeral de Estado para un ex presidente
que formó parte destacada del elenco de tres colores al que en anteriores
arrebatos el hoy ocupante de Los Pinos ha acusado de terribles crímenes (cuando
menos políticos y económicos) contra la nación.
Gesto de notable urbanidad política del
gobierno en turno, con el telón de fondo de la contienda electoral en curso.
Calderón, el que va de salida, acaba saludando en el contexto mortuorio a
Salinas de Gortari, el que viene de regreso, o cree que está en camino de hacerlo,
como tutor capilar.
Horas antes, Josefina Vázquez Mota sufría
mareos y se asomaba a la posibilidad de un desmayo como años atrás, cuando se
enteró durante un acto público de que el frío y pragmático Calderón la acababa
de botar de la Secretaría de Educación Pública.
Primero dijo que estaba agripada
(¿Agri-Pina?) y más delante atribuyó el incidente a problemas de la presión (no
precisó si se refería a la política). Pero allí quedaron las imágenes de la
candidata presidencial panista esforzándose por continuar con su discurso,
plena de fatiga y no solamente por estar peleando contra los adversarios
naturales, sino también o sobre todo contra los internos, deteriorada por las
prácticas alimenticias minimalistas, por el nerviosismo derivado de saber que
todo lo que va haciendo conspira para hacerla quedar mal y por las crecientes
versiones de que el alto mando de su partido (el que está en Los Pinos,
obviamente, no el que de manera figurada encabeza Gustavo Madero) podría estar
negociando un desenlace electoral favorable al mismo grupo al que Calderón
daría horas más tarde el Abrazo de Palacio Nacional o, en otro escenario de
telenovela, la sustitución de la aspirante nunca deseada ni bien aceptada.
Haiga sido como haiga sido, el incidente
josefino suscitó de inmediato fundadas dudas respecto de la resistencia que un
político en funciones debe tener y demostrar, no sólo para el buen cumplimiento
de sus deberes, sino también en razón de la imagen que necesita proyectar hacia
sus representados y sus interlocutores poderosos. Vázquez Mota ha cometido
demasiados errores a partir de variables no cuidadas o deficientemente
atendidas, como si su ejercicio político fuese aún de un nivel de aficionados o
así lo quisiesen exhibir y enfatizar ciertos colaboradores dados al boicot o
como si todavía hubiese un plan B en espera de más tropiezos o males de salud
que llevasen a la frágil Josefina a dejar la plaza libre para otra carta en
mejores condiciones.
Salta de inmediato como propuesta natural
de relevo quien quedó en segundo lugar en la contienda interna, el ex
secretario de hacienda, Ernesto Cordero, que ahora encabeza la cómoda lista
nacional de aspirantes de blanco y azul al Senado. Pero el dócil personaje ni
siquiera ha tenido oportunidad de perder el capital político que presuntamente
había acumulado al buscar la candidatura presidencial, pues nunca tuvo de
verdad bonos propios, sino una acumulación artificial de fuerzas proporcionadas
por el calderonismo que hoy siguen en manos de éste y no del presunto candidato
oficial evidentemente improvisado.
Podría sonar mejor, en caso de hacerse
imprescindible la remoción de la candidata Vázquez Mota, el mantener la cuota
de género. La ancestral sabiduría componedora del priísmo le llevó a sustituir
a candidatos a legisladores (inhabilitados a causa de los porcentajes de
hombres y mujeres que por ley deben cumplir los partidos en sus listas de
aspirantes) con la parentela cercana, de manera destacada con hermanas y
esposas. Justiciero sería, se podría considerar en Los Pinos, en dado caso, que
si el partido en el poder federal debiera cambiar de gallina a mitad del guiso
(así gusta denominarse la ex secretaria de desarrollo social y educación
pública, en contraposición de los gallos que son sus contrincantes),
lo hiciera colocando compensatoriamente a otra mujer.
Por ejemplo (sólo por mencionar una
hipótesis tomada al azar), el relevo podría ser Margarita Zavala Gómez del
Campo, de quien el esposo Calderón ha hecho un gran elogio político en su
reciente comparecencia ante el Honorable Congreso del Tercer Grado, el programa
de análisis político de Televisa en el que incluso se permitió el detalle de
aceptar que sí se ve en la posibilidad de ser el consorte de quien en 2018
podría presidir el país, es decir, obviamente su propia esposa. Las buenas
prendas políticas que Felipe encuentra en Margarita servirían más en esta
coyuntura que seis años más tarde (podría pensar tan agradecido cónyuge
promotor). Pero, obviamente, todo esto no son más que meras especulaciones casi
de tipo médico, dependiendo de la evolución del cuadro de problemas físicos (no
se hable de los políticos) que sigan aquejando a la mareada Josefina.
Astillas
A pesar de las declaraciones entusiastas, una zona de
alto peligro está localizada justamente en el Instituto Federal Electoral, cuyo
consejero presidente, Leonardo Valdés Zurita, cree posible conjurar las
amenazas vigentes con palabrería y diagnósticos. El proceso de capacitación del
personal electoral enfrenta diversos obstáculos que, al igual que otras fases
del proceso de organización de los comicios venideros, podrían servir de
pretexto para desacreditar resultados e incluso para detonar tempranos
conflictos… La cumbre norteamericana realizada ayer en Washington buscó, entre
otros objetivos, alinear la postura de los aliados mexicano y estadunidense
(con la parte canadiense en condición de virtual testigo, de circunstancial
acompañante) rumbo a la Cumbre de las Américas que se realizará del 14 al 15
del presente mes en Cartagena de Indias, donde la mayoría de los países allí
representados impulsarán un debate a fondo en busca de corregir las políticas
bélicas contra el narcotráfico, como las que en México se han aplicado bajo
supervisión gringa… ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
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