Julio Hernández López
Astillero
Debatir de verdad
Más allá del promocional
Sin sujeción a notables
Langosta, coyotas, Graco
Será importante que los candidatos presidenciales no
impidan a los electores conocer de manera directa y sin artificios lo que
piensan respecto a los principales problemas del país. Aun cuando su impacto en
la gran masa ciudadana pueda ser atenuado e incluso deformado mediante trucos
mediáticos posteriores, el debate entre los cuatro aspirantes formales podría
aportar elementos sensatos de juicio, más allá del torbellino de promocionales,
discursos y poses que están caracterizando la primera etapa de las campañas
electorales.
Dos de esos aspirantes, Andrés Manuel
López Obrador y Gabriel Quadri, están dispuestos a presentar la menor
resistencia a la posibilidad de una discusión abierta. El tabasqueño es sin
duda el mejor dotado de todos ellos para la confrontación de ideas a partir de
experiencias propias de gobierno y, aun cuando su amorosidad táctica podría
llevarle a moderar su vocación por la polémica firme (un ejemplo de ella se
produjo en 2000 en el noticiero nocturno de Joaquín López Dóriga, que enyoutu.be/nsb5j7zoMsk puede verse,
frente a Diego Fernández de Cevallos, en un choque ganado por el perredista a
pesar de la ampulosidad de quien apodan El jefe), lo cierto es que
el abanderado de las izquierdas encontrará las mejores condiciones para su
discurso si el formato que se llegue a aprobar permite libertad, frescura y
espontaneidad. Para el representante del Panal, el investigador Quadri, será
ganancia todo lo que signifique una oportunidad de trastocar el casillero en el
que va en firme cuarto lugar, irremediablemente alejado del trío que forman
PRI, PAN y PRD.
La principal resistencia a un debate
abierto está, desde luego, en Enrique Peña Nieto, en función de su presunto
rango de puntero casi inalcanzable, según las diversas casas de encuestas que
han apuntalado esa percepción, y de su inocultable y cotidianamente demostrada
deficiencia no sólo en términos argumentativos sino incluso de memoria,
prosodia y formación política y cultural en general. El ex gobernador del
estado de México busca, a través de sus representantes, la sujeción del debate
que se realizará el próximo 6 de mayo a cartabones que eviten poner aún más en
evidencia sus limitaciones que, en casos como el de la pasada Feria
Internacional del Libro de Guadalajara, le llevaron a terrenos de ridículo y pitorreo
imparables.
Aun cuando tiene una evidente capacidad
escénica, sobre todo en cuanto al sostenimiento del micrófono en alguna de sus
manos y en el paseo sobre foros y templetes para aparentar contacto y dominio
de la audiencia, Josefina Vázquez Mota tampoco está bien dotada para la
polémica pública. Hasta ahora ha podido salir adelante echando mano del famoso
tarjeteo proveniente de su equipo de asesores, y en general se defiende
repitiendo datos y conceptos relacionados con la actividad pública que ha ido
memorizando, pero la escritora de ¡Dios mío, hazme viuda, por favor! proviene
de la cultura del esfuerzo en pro de la vacuidad cultural e ideológica,
sustentada en la filosofía de la autoayuda y la superación personal,
especializada en el mucho hablar y poco decir, en el bla, bla, bla que no para
pero que tampoco aporta nada sustancial. Un debate libre y fuerte resultaría
terriblemente peligroso para la panista.
Y, sin embargo, no todo ha de dejarse al
libre juego de la producción mediática, el espot largamente preparado y la
simulación escénica. Justamente porque la auténtica confrontación de ideas está
siendo sustituida de manera apabullante por los poderes de modelación
electrónica de la conciencia colectiva es que resultan imprescindibles las
oportunidades de concurrencia de los candidatos ante escenarios plenamente
políticos en los que las ideas y las posturas de cada cual deban ser planteadas
sin adulteración ni armado previo.
Otro riesgo latente reside en la tentación
de someter tales debates (que solamente serán dos) a un cuestionario presentado
en días anteriores por un grupo de intelectuales, académicos, políticos y
comentaristas. Como es natural en todo ejercicio político, la redacción de las
preguntas planteadas conlleva definiciones e intenciones. Firmadas incluso por
miembros destacados del equipo de AMLO (entre ellos, algunos que han sido
propuestos para integrar su gabinete, obviamente en caso de triunfo), ciertas
preguntas significan una forma de validación de lo que hoy practica el calderonismo
(en materia de seguridad pública y permanencia del Ejército en las calles, por
ejemplo) y de promoción de decisiones económicas supuestamente modernizadoras
(uno de esos casos, el de la política energética).
Siendo un ejercicio parcial y con aspiraciones
de ser satisfecho en su propio seno (los firmantes de ese desplegado invitaron
a los candidatos a presentarse ante ellos para desahogar el temario), en esos
mismos términos debería ser cumplido, sin pretender convertirlo, por el peso de
los convocantes, en materia obligatoria de examen público. Someter los debates
venideros a una línea de interpretación de notables, y circunscribir las
respuestas de los aspirantes a los límites e intereses expresados en ese
cuestionario particular, representaría un retroceso y reduciría las
posibilidades de esos debates que, habrá que insistir en ello, tan necesarios
son, en términos de amplitud y frescura para contrarrestar aunque sea en mínima
parte el proceso de dominación ejercido por las televisoras.
Astillas
Vázquez Mota come tacos de langosta para demostrar que
no tiene problemas alimentarios crónicos y que goza de excelente salud, sólo
con problemas de baja presión… Peña Nieto come coyotas en Sonora, a donde llegó
acompañado de Manlio Fabio Beltrones, quien sería el líder de la cámara federal
de diputados si el PRI consigue mayoría de curules… López Obrador levanta la
mano a Graco Ramírez, candidato a gobernar Morelos, mientras convoca a
zarandear a los mexicanos para que despierten de la pesadilla nacional… Y, ya
que está disponible en Youtube la nueva comalada de promocionales de candidatos
presidenciales, que comenzará a difundirse en tv a partir del próximo viernes,
¡hasta mañana!
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