Carlos
Fernández-Vega
México SA
Argentina recobra lo propio
El Estado retoma las riendas
PSOE, alineado con Rajoy
Argentina recupera su soberanía energética
y retoma las riendas de YPF, una empresa del Estado privatizada por Carlos
Menem a finales de los 90. De tajo, la mandataria Cristina Fernández de
Kirchner ordenó acabar conlas maniobras, presiones y extorsiones ejercidas
por Repsol, en el entendido de que resulta necesario modificar la lógica
especulativa y cortoplacista que caracteriza a la principal firma petrolera de
nuestro país bajo la conducción de esa trasnacional española, a fin de
ponerla al servicio de las necesidades del país y del modelo productivo con
inclusión social”.
Se acabó: YPF para los
argentinos, y Repsol que le llore a sus gerentes Juan Carlos y Mariano Rajoy,
pues de continuar esta política de vaciamiento y no inversión, Argentina
se hubiese convertido en un país inviable por políticas empresariales y no por
falta de recursos, subrayó la mandataria. Así, oficializó el envío al Congreso
de un proyecto de ley (Recuperación de la soberanía hidrocarburífera) que
plantea la expropiación por parte del Estado de 51 por ciento de las acciones
de YPF, sin que esas acciones puedan ser vendidas sin autorización mayoritaria
del Legislativo, al tiempo que designó a dos interventores estatales en dicha
empresa petrolera. Tal porcentaje se repartirá entre el Estado nacional y las
provincias que integran la Organización Federal de Provincias Productoras de
Hidrocarburos, de tal modo que les corresponderá 26.01 y 24.99 por ciento,
respectivamente.
Argentina retoma lo que
en México cinco inquilinos de Los Pinos al hilo, y ahora, tres candidatos al
hueso mayor, han pretendido, pretenden, ceder al gran capital, sin lograrlo a
plenitud, todavía. Al hacer pública la decisión de su gobierno de recuperar lo
que a los argentinos corresponde, Fernández de Kirchner destacó su intención de
queYPF se convierta en política de Estado, que no pertenezca a un solo
gobierno. Esto que tanto nos costó, un duro aprendizaje en números, disgustos,
broncas, presiones y extorsiones. Cuántas maniobras vimos, colas impulsadas por
los medios de comunicación. No tiene que ver con partidos ni facciones
políticas sino con un país sustentable que tenga desarrollo y crecimiento.
Y tocó un punto
fundamental: somos el único país de Latinoamérica, y casi del mundo, que
no maneja sus recursos naturales. Por primera vez desde que se desnacionalizó
YPF en 1998, en el año 2011 nos convertimos en importadores netos de gas y
petróleo, con un déficit de 3 mil 29 millones de dólares. Es la primera vez en
17 años que Argentina tiene que hacerlo; un motivo más fuerte para tomar esta
decisión es que desde la privatización Argentina se convirtió en importador de
gas y petróleo; la reducción en el saldo comercial fue entre 2006 y 2011 de 150
por ciento; en 2011 se produjo la importación de 9 mil 300 millones de dólares
en combustible. El problema fue la desnacionalización, que atraviesa desde los
sectores más primarios hasta los de mayor valor agregado. La importación de
hidrocarburos durante 2011 casi iguala el superávit comercial de Argentina ese
mismo año.
De allí a las cifras: de
1999 a 2011 la utilidad neta de YPF fue de 16 mil 450 millones de dólares
(íntegramente para bolsillos privados), y la empresa distribuyó dividendos por
13 mil 246 millones (poco más de 80 por ciento de las ganancias). Y después el
recordatorio: las empresas que están radicadas aquí son empresas
argentinas, que a nadie se le escape eso, y no nos molestan las rentabilidades
sino que no reinviertan. Toda empresa argentina, cuyas acciones sean
extrajeras, mientras acompañen el crecimiento del país vamos a seguir
trabajando codo a codo. Entonces, las empresas argentinas bajo jurisdicción de
los tribunales argentinos, y no de los caprichos de la Zarzuela ni de la
Moncloa.
Por cierto, el gerente
Mariano Rajoy llega hoy a México a buscar aliados en contra de la
decisión del gobierno argentino. Y lo mejor del caso es que el secretario
general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, “llamó esta tarde al presidente de
Repsol, Antonio Brufau, para mostrarle ‘todo el apoyo’ del ‘socialismo’ tras la
decisión del gobierno argentino de expropiar el 51 por ciento de las acciones
de YPF. Ha dejado de lado sus diferencias con el gobierno de Mariano Rajoy para
cerrar filas en este caso. El PSOE está a la espera de conocer las decisiones
que tome el gobierno de Rajoy al respecto. El partido que lidera Pérez
Rubalcaba ha reiterado que ‘respaldará al gobierno en las medidas que tenga que
tomar en defensa de los intereses de las empresas españolas” (Clarín).
Y en Madrid, el cabreado
gobierno gerencial “salió ayer en tromba y condenó rotundamente la decisión del
gobierno argentino de nacionalizar el 51 por ciento de la filial argentina de
Repsol. El ministro de Industria, José Manuel Soria, avanzó en conferencia de
prensa que el Ejecutivo español trabajaba desde el mismo lunes por la tarde en
unas medidas ‘claras y contundentes’, que se darán a conocer en los próximos
días, aunque no especificó ninguna. Soria denunció que la medida decidida por
la presidenta Cristina Fernández es un gesto de hostilidad contra España y contra
el gobierno de España. Tanto Soria como el ministro de Asuntos Exteriores, José
Manuel García-Margallo, dedicaron un rosario de descalificativos a la
expropiación. García-Margallo (…) declaró que se trata de una medida
‘arbitraria’ y ‘dañina’, que supone la ruptura de ‘la relación de amistad y
cordialidad’ que había unido hasta ahora a ambos países” (El País).
Sin menospreciar la
experiencia mexicana, Argentina es un ejemplo sobresaliente del saqueo
económico y el despojo social resultante de la política privatizadora puesta en
marcha desde los 80 en América Latina. Allá la dictadura, Alfonsín y,
especialmente, Menem. Aquí de Miguel de la Madrid a Felipe Calderón, cinco al
hilo. Y en ambos países la depredación sistemática de los bienes nacionales por
parte de los asociados grupos de poder político y económico. Nunca más los
sectores estratégicos de las naciones deben quedar bajo control y usufructo de
esa mafia que, con diferentes nombres, es la misma en prácticamente todo el
planeta.
Las rebanadas del pastel
Y ante todo esto, qué hará el siempre
hábil y claridoso director general de Pemex, Juan José Suárez Coppel, quien por
la libre duplicó la participación accionaria de la paraestatal en Repsol. Pues
él tiene la solución porque, dice, la trasnacional españolatendrá que hacer lo
que tenga que hacer para tratar de proteger los derechos de los accionistas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario