El cambio por venir : Virginia González Melgarejo

El cambio por venir
Por: Virginia González Melgarejo

En un proceso no muy democrático que digamos, denunciado por militantes y adherentes como se nombran los panistas del país, surgió la precandidata del PAN a la presidencia de la República, la gris y desdibujada Josefina Vázquez Mota, quien ahora se erige como la tercera a bordo en la carrerea presidencial, la batalla que está por venir.
Como en todo combate, es menester que los dirigentes preparen a los militantes con quienes comparten los proyectos y las propuestas, que serán promovidas y difundidas entre los ciudadanos para ganar su voto. Todo está listo para iniciar las campañas electorales que culminarán con la jornada electoral del primer domingo de julio próximo.

Los huestes panistas y priistas están siendo reclutadas para ser capacitadas en toda clase de marrullerías electorales, previamente y por supuesto el mero día de la elección, pues quien pretenda creer que esas añejas practicas electorales de compra y coacción del voto quedaron en el olvido, puede observar la desaseada elección en el blanquiazul, convertida en una muestra del “México que aún es posible”. El domingo pasado, los tres equipos panistas estuvieron denunciando durante su jornada padrones rasurados, rifa de automóviles entre los primeros 100 votantes, boletitos canjeables por electrodomésticos, acarreo cínico de votantes tal y como se pudo apreciar aquí en Puebla capital, en donde camiones de servicio público y turístico llegaron repletos de personas provenientes de las juntas auxiliares al jardín del Carmen, con la promesa de incorpóralas a los programas sociales a cambio de su voto, y otras linduras que durante el día de la elección se señalaron en diferentes estados del país, tanto a favor de Cordero como a favor de doña Chepina. Es lamentable que estas cosas sucedan, pero es aún peor que se las minimice, pareciera que lo de hoy es ganar “haiga sido como haiga sido”.
A estos actores políticos se les olvida que hay un gran sector de la población que está harto, justamente, de esa simulación y corrupción; hay todavía ciudadanos que creen en la democracia verdadera, en el respeto absoluto a la voluntad popular y, justamente, esos ciudadanos se están agrupando en el movimiento progresista que se prepara con todo para defender y cuidar el voto ciudadano, pues no olvidamos que en 2006 hubo ciudadanos que se prestaron, por ejemplo, a borrar un numerito en las actas de casilla, reportar 56 en lugar de 156, total que tanto es tantito, o colocar votos válidos en el sobre de votos nulos, consejos distritales de “ciudadanos” que se negaron a limpiar la elección, y eso no se olvida, así que la batalla que viene, será un parteaguas en la historia de este país, en la que se pretende, por primera vez, que ciudadanos preocupados por el destino de este país, mexicanos de gran valía, sin ningún otro interés que lograr la transformación pacifica de México, conformen un ejercito no para robarse los votos, sino para cuidar que todos absolutamente todos los votos se cuenten y se cuenten bien.
Para muchos mexicanos, no hay la menor duda: “El cambio verdadero está por venir.”

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