sábado, enero 07, 2012

El enemigo a vencer : Laura Bolaños Cadena



Laura Bolaños Cadena
El enemigo a vencer



Uno de los pesos muertos que arrastramos como sociedad es el escepticismo. La falta de confianza en nuestra propia capacidad para mejorar al país, que nos ha llevado a una abulia política bastante difícil de combatir. No se puede hacer nada, de nada sirve votar, de todos modos van a poner al que se les dé la gana, no hay ni a quién irle, todos son iguales, etc. Lo único que nos queda es el berrinche infantil: la abstención. Azotamos con el látigo de nuestro desprecio a esta partida de canallas que nos gobierna. Y ya, nos quedamos muy conformes creyendo que los detentadores del poder van a resentir muchísimo que les demos la espalda. Pinches políticos, no merecen otra cosa.
Tan dignos ciudadanos no se ponen a pensar cuánto ayudan con esta actitud precisamente a los que pretenden herir con su desdén. En este país –no sé si igual en los demás– la abstención no pesa. Ni pesa ni les afecta a las mafias incrustadas en los mandos. Al contrario, la abstención disminuye la oposición. Y no construye nada. No significa ningún peligro para la clase política dominante, merma posibilidades a lo que podría constituir un contrapeso y les deja manos libres a los aprovechados de siempre para actuar en todos los terrenos. Les ayudamos a ser los representantes legales del país, dentro y fuera.


El PRI debió mucho de su permanencia en el poder a ese escepticismo. Por tanto, lo fomentaba y logró extenderlo. Quienes tienen edad para ello, recordarán que el día de las elecciones era pura y simplemente un día más de asueto. En gran mayoría sólo votaba una pequeñísima fracción de los ciudadanos. El PRI contaba con los acarreados más todos los votos corporativos. La oposición de verdad, cuando empezó a darse, era casi simbólica. Y el gobierno, encantado. Los abstencionistas le hacían los mandados. El abstencionismo es una posición derrotista y sólo ayuda al enemigo.

Construir liderazgos

No tenemos líderes, dicen. Los líderes tampoco surgen de la nada ni se hacen solos. Nosotros tenemos que forjar a nuestros dirigentes con nuestras iniciativas, con nuestro empuje. El líder se coloca delante de las multitudes, pero si éstas no lo impulsan, tampoco las hará avanzar. Hay que apoyar presionando, criticando; proponer, sostener y aplaudir pero también señalar errores. La falta de crítica crea dictadores. La democracia se construye desde adentro de los propios movimientos.

La democracia no nace, se hace

Si en dos ocasiones ganó la oposición de izquierda y por medio de fraudes descarados no se le permitió llegar al poder; si en otra se ejerció el “voto útil” que dio paso al panismo con nefastos resultados, eso no significa que, en definitiva, en México sea imposible un cambio hacia un gobierno democrático que vea, efectivamente, por los intereses del país. ¿Fácil? No, no lo será. Pero si no lo hacemos nosotros, nadie nos lo va a regalar.
No sólo nos va a costar mucho el cambio sino, una vez obtenido, será apenas el inicio de las dificultades a vencer. Pero no las vencerá un hombre solo. No existe el mesías, ni grande ni chiquito, ni tropical ni de ningún otro clima. Una vez en el poder, empiezan las mayores complicaciones para llevar a efecto los cambios. Y éstos sólo pueden hacerse entre todos.
La democracia se construye, no se crea por decreto. Y sus enemigos de dentro y fuera no se rinden. Harán todo lo posible por hacer que fracase. Por eso no depende de una sola voluntad. En ninguna parte es fácil construir la democracia. Donde más o menos se practica es en países donde hay una larga tradición de lucha por los valores democráticos, lucha que fueron cimentando paso a paso. No les cayó por gracia divina.
En países como México con apenas pequeños avances, está todo o casi todo por construir. Y no lo vamos a lograr de la noche a la mañana. Tenemos que ir avanzando, consolidando lo que se gane y no desanimarnos por pequeñas y aun grandes derrotas. Así es como se ha alcanzado lo poco que tenemos y así es como iremos adelantando.

Sí hay opciones

El único proyecto nacionalista de país es el de Andrés Manuel. Es el único líder limpio y con visión del futuro con que contamos. El único que no nos decepcionó cuando estuvo en el poder; que cumplió sus promesas; que no se corrompió. ¿Por qué creen que no le permitieron llegar a la Presidencia? El peligro, el grave peligro de que hubiera arribado a la Silla, era para ellos. Si luego los errores no tan graves que cometió fueron magnificados por el enemigo y se optó por la táctica de borrar su presencia, no lo consiguieron del todo. Lo apoyaremos para que siga creciendo y desarrollando el movimiento que ha sabido mantener contra viento y marea. Para que sigamos construyendo nuestra opción democrática. Para que México llegue a ser el país que deseamos. Venceremos a los enemigos de nuestra patria, pero para esto hay que vencer, ante todo, el escepticismo y el derrotismo que corroen nuestras propias fuerzas. No es para mañana, pero lo lograremos.
Son mis mejores deseos para este año que comienza.

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