sábado, noviembre 19, 2011

¿Quién tendrá razón? : Laura Bolaños Cadena



¿Quién tendrá razón?
Laura Bolaños Cadena


¿Los que apostaron por la unidad o los que apostamos por los principios? Concedido: en lo inmediato, ellos. Formar un frente unido ofrecerá mayores posibilidades de lograr un segundo lugar honroso. Aunque ese sitio estuviera hasta cierto punto garantizado. El PAN se ha ganado a pulso el sótano en cuanto a votos. Pero esto no excluye el arduo trabajo de reconstruir la izquierda. El mundo no se acaba en julio de 2012 –a pesar de las profecías mayas-. El país va a continuar, los problemas que enfrentamos van a continuar. Tendremos que lidiar con un gobierno que seguirá las mismas políticas económicas panistas, al fin y al cabo fue el PRI quien las comenzó. El priísta copetudo con mayores posibilidades de tomar el relevo, ya anunció con toda claridad sus intenciones de entregar a la IP mexicana o extranjera, sectores clave de la economía. El petróleo, desde luego. Tal vez el “cambio” se reduzca a decir menos cantidad de estupideces –eso creíamos cuando Fox terminó su sexenio y ya vimos que Calderón le hace la competencia- o tal vez a cambios de táctica en la cuestión del narco. PRI y PAN representan los mismos intereses. El PRI ya ni siquiera defiende el laicismo, Carlos Salinas dejó muy bien situada a la Iglesia Católica.
La izquierda tiene ante ella todo el trabajo. No sólo recuperar el terreno perdido sino cimentarlo de tal forma que la propaganda enemiga no pueda causar un daño tan profundo como el ocasionado durante y sobre todo después de las elecciones de 2006. Y eso sólo se consigue de una manera: creando conciencia política en el pueblo mexicano. Y no la vamos a crear con gente sin principios que desprestigia al movimiento.


El deslinde se dará tarde o temprano.

Un gesto digno

Marcelo Ebrard se comportó con dignidad personal y política al reconocer la preferencia por Andrés Manuel de los que intervinieron en la elección interna. Sólo eso ya lo hace acreedor al aplauso. Son muy pocos en nuestro país, si es que los hay, capaces de un gesto así. El propio Cuauhtémoc Cárdenas, que elogió la actitud del jefe de Gobierno del DF en este caso, no tuvo tal comportamiento en la campaña de 2006. Respondió con un silencio hosco, rencoroso, a la designación de Andrés Manuel para la candidatura presidencial de entonces. Contribuyó, con su despecho, a restarle votos al tabasqueño.

Al maestro con respeto

El maestro Edur Velasco tiene ya un mes en huelga de hambre demandando que el gobierno federal destine 2 por ciento del producto interno bruto a la educación en lugar del 0.6 por ciento actual. Su esfuerzo es loable y contribuye a atraer la atención sobre una urgencia de primer orden para nuestro país, donde según datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un 25% de jóvenes mexicanos entre 25 y 29 años no estudia ni trabaja.
Es comprensible la indignación que lleva a Edur Velasco a su protesta solitaria. Pero no es con acciones individuales como la suya, aunque se acerquen a lo heroico, que el gobierno actual va a cambiar su política. A los gobiernos de derecha no les interesa la educación popular. No les interesa la cultura. Al contrario, todo eso les estorba. Es su tendencia natural.
La huelga de hambre de un solo individuo no los va a conmover. Cuando mucho, si llega el momento en que la salud y aun la vida del ayunante estén en riesgo y se dejen oír las protestas por la situación, lo llevarán a una clínica para atenderlo y algún funcionario irá a darle unas palmaditas. El maestro se repondrá, se irá a su casita y tan tan. El gobierno seguirá dedicándole el 0.6% del PIB a la educación.
Hace poco unas decenas de electricistas del SME estuvieron equis días en huelga de hambre en el Zócalo exigiendo solución al atropello que el gobierno actual cometió con ellos, dejando a 25 mil personas sin trabajo. El mismo que describimos arriba fue el resultado de su protesta. No los dejaron morir como hizo Margaret Thatcher con los presos irlandeses hace años, pero no les solucionaron nada. Tales protestas no conmueven a nuestros funcionarios. Hay que obligarlos. ¿Cómo? Por medio de la acción política de millones de mexicanos. La lucha cívica pacífica.
Nadie dice que sea fácil lograr esa movilización, pero fácil o difícil es lo único que puede cambiar este país.
Querido y respetado Edur: no necesitamos héroes muertos, necesitamos organizadores vivos. Usted debe tener un radio de acción. Emplee sus heroicos esfuerzos en despertar conciencias y unir voluntades. Ya hay organizaciones políticas confiables donde se necesitan personas como usted.

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