martes, octubre 04, 2011

Dos de Octubre, ejecutado : María Teresa Jardí



Dos de Octubre, ejecutado
María Teresa Jardí


No es sólo que se encuentre mayoritariamente olvidado el Dos de Octubre. También ha sido desaparecido de los libros de historia. Tirado brutalmente a la basura como se está haciendo con el resto de lo que se soñara un México libertario.
El avance de todo lo logrado por el Movimiento Estudiantil del 68 ha sido ejecutado por la derecha panista. Aunque el retroceso brutal, hay que decirlo, haya empezado con la derecha priísta e incluso más atrás con priístas ideológicamente incalificables como el expresidente Luis Echeverría, con quien empezó la baja en la educación escolarizada, como empleado de la CIA que se asumiera el también responsable de la masacre estudiantil del 2 de Octubre.
De Echeverría, en adelante, México ha sufrido sólo enemigos como desgobernantes. Salinas, impulsor del neoliberalismo, imponiendo un tratado sin cuidar los intereses del pueblo mexicano, como hicieron los otros estados firmantes del mismo.
Ernesto Zedillo llegó dando un golpe de Estado a la Corte que hoy se asume cortesana de lo que le ordena un usurpador, al que ordena un Papa nazi que además es defensor de pederastas.
Ernesto Zedillo, además de ser el que convirtiera la justicia en venganza, también es el que inicia el regreso de los grupos paramilitares, que hoy a lo bestia, con la derecha panista como cabeza usurpadora del Poder Ejecutivo, se crean desde el desgobierno para masacrar al pueblo que sobra en aras de poder mantener el control del dinero las familias mafiosas adueñadas del poder y de la empresa.


Lo que hoy se le revierte a Zedillo con la magnitud de lo que ese crimen propicia, demostrando que los errores se pagan y no hay legitimación que valga cuando se lleva por delante la vida de los otros. Lo mismo que va a pasar con Calderón, que no se va a salvar, que nadie lo dude, de ser juzgado como el genocida en que asumió convertirse nada más llegar usurpando al poder. Pero eso no sirve de consuelo. La proliferación de los grupos paramilitares propicia para el futuro inmediato una situación atroz para el país.
Es muy fácil crear un grupo paramilitar y sentarlo ante la telebasura frente a botellitas de agua diciendo que son “Mata Zetas”; frente a un pueblo al que antes se le ha ejecutado también la cultura, asesinado la historia y arrebatado la memoria; que tolera que las autoridades apliquen la pena de muerte de facto. Es muy fácil frente a una sociedad ahogada con la sangre de los cien mil, que deben rondar ya como cifra realista, ejecutados en sólo cinco años de desgobierno fecalista. Feliz debe estar García Luna del desempeño de su ejército paramilitar que viste de negro. Pero los paramilitares para los pueblos garantizan no sólo la muerte, también la extorsión, la violación, el secuestro...
La impunidad, garantizada, a esa forma de criminalidad permitida, es el plus otorgado a los que aceptan convertirse en paramilitares a manera de pago por realizar la más baja tarea que se puede concebir para quien nace siendo humano.
Pasó con la Brigada Blanca, cuyos miembros tuvieron que asesinarse entre ellos cuando ya no pudieron ser controlados por quien los mandaba y por quien los comandaba.
El peor de los crímenes atroces cometidos por la derecha panista es, sin duda, la paramilitarización del país. Sólo se entiende que haya quien busque ser relevo del usurpador porque aquí ya nada es lo que debiera ser. No es fácil combatir a un escuadrón de la muerte. ¿Quién podrá combatir los muchos que actúan ya a lo ancho y largo del país? No nos hagamos ilusiones. En México hoy no hay nadie capaz en el corto plazo de lograr el control de los paramilitares.
A cuarenta y tres años de aquel 2 de Octubre en que un gobierno atroz masacrara una manifestación estudiantil, los derechos ganados por ese movimiento gozoso con el que se celebraba la fiesta que la búsqueda de libertad propicia, uno a uno, incluyendo el derecho a la vida y a la manifestación libre de las ideas, están siendo, junto con los jóvenes pobres de los que se hace una limpia, ejecutados, por la misma derecha preocupada por la suerte de los no nacidos. Lo que resulta muy útil para encubrir el alma asesina que a la derecha acompaña.
A cuarenta y tres años del Dos de Octubre del 68 la derecha panista ha convertido a México en un país ahogado en la sangre de sus hijos. Ahora somos una nación hecha añicos, con una sociedad deseducada que no atina a entender que no son solamente los criminales los que la asesinan.

No hay comentarios.: