miércoles, septiembre 14, 2011

Política económica antimanufacturera : Rogelio Ramírez de la O



Rogelio Ramírez de la O
Política económica antimanufacturera


El sector privado productor de bienes se tardó cuando menos un decenio,
pero al fin tanto la Concamin como la Cámara del Acero y el Consejo
Nacional Agropecuario (CNA) han levantado la voz contra una política sin
rumbo que sólo parece tener como objetivo reducir las tarifas a la
importación.

Esto sucede cuando en el mundo, incluido EU, los gobiernos despertaron
al desmantelamiento de sus industrias. La crisis estadounidense, en gran
medida, se debe a la falta de solvencia de su clase media, cuyos
salarios se estancaron en décadas, entre otros, porque perdieron
industrias y empleos al exterior. Hoy descubren que la solución no está
en los servicios, aun contando con los servicios más avanzados del mundo.

De ahí la insistencia del presidente Obama y líderes empresariales para
impulsar las manufacturas. Por eso la meta de duplicar exportaciones
para 2015 y la intención del presidente de que “la próxima generación de
manufacturas debe desarrollarse” en su país.

Esto es una revisión al dogma de libre comercio a toda costa. Una
explicación es que ya se dieron cuenta que esta “libertad” de comercio
es con países cuyos gobiernos apoyan a su industria con subsidios y
créditos mucho más amplios que los que permiten las reglas multilaterales.



De paso están revisando otro dogma, y admiten que para dirigir los
apoyos gubernamentales tienen que escoger a qué industrias dárselos —o
sea, escoger ganadores—. En las palabras del presidente de Dow Chemical,
dirigente de la Asociación (con el gobierno) Avanzada de Manufactura:
“Yo no dejaría al libre mercado la decisión sin antes definir lo que
quiero que sea de la industria manufacturera en los próximos 20 ó 30 años”.

Hay que repetir, aunque debiera ser obvio, que la manufactura tiene
características únicas como generadora de dinamismo, pues transforma
materiales físicos en productos, lo que implica una tecnología. Como la
transformación involucra un sinnúmero de componentes y situaciones en
cada línea de producción, así también son las oportunidades para
innovar. De ahí que sea el sector que más ingenieros utiliza, lo que le
agrega un potencial de creatividad que no se encuentra igual en los
sectores primarios o en los servicios. Por lo mismo, es el sector que
mayores salarios y potencial de productividad tiene.

Cuando Ross Perot se opuso al tratado de libre comercio de Estados
Unidos con México su argumento fue que absorberíamos todos sus empleos
manufactureros. Se equivocó al suponer que nuestro país haría lo más
inteligente y aprovecharía el tratado para maximizar su papel como
centro manufacturero. Más tarde su lugar lo ocupó China y ahora ese
mismo país nos vende 46 mil millones de dólares y nos compra sólo 4 mil.

El gobierno federal comete un primer error en no tener un diagnóstico de
la situación industrial global y de los errores de sus propias
políticas, y un segundo error en no escuchar la voz de alarma de la
industria o confundirla con simples lloriqueos. No: la industria paga
precios de monopolio por muchos servicios y energéticos muy caros, tiene
pobre y costosa infraestructura y ahora, para colmo, un mayor costo por
la inseguridad.

Un buen diagnóstico no haría de la reducción de aranceles el objetivo
central del gobierno, mucho menos cuando el mundo tiene un gran exceso
de capacidad y su principal problema es la falta de empleo.

Siendo las manufacturas la fuente de empleos de casi 4 millones de
asegurados en el IMSS, debería el gobierno ver a los industriales como
los socios que cualquiera quisiera tener para una verdadera estrategia
de desarrollo a largo plazo. ¿Nadie se lo ha dicho?

rograo@gmail.com

Analista económico

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tiene razón el Dr. Ramírez. No obstante, también deberían decírselo a su candidato, AMLO, que ataca a los manufactureros un día sí y otro también.