domingo, agosto 14, 2011

La Brigada Blanca y hasta el BARAPEM de regreso : Por María Teresa Jardí


La Brigada Blanca y hasta el BARAPEM de regreso
 Por María Teresa Jardí


Todos los fantasmas de nuestras pesadillas han sido levantados de sus tumbas y se encuentran de regreso. Y la pregunta es: ¿Existirá algún mal que Calderón no logre imponer en el nuestro país para mal de los mexicanos? Traídos todos directamente está claro de su inconcebible ignorancia de la historia. Pero también del infierno en el que vive quien se sabe ilegítimo que apenas a usurpar alcanza lo que la ciudadanía, que además lo desprecia, no le otorga en las urnas.
Cuando se sabe que una persona es gafe se cambia de acera. Cualquiera sabe que lo gafe se pega. Lo poco que hubieran podido lograr los investigadores de la UNAM en nada va a tornarse. Una vergüenza es el planteamiento de Jorge Carpizo en el sentido de que las reformas que proponen en materia de seguridad pueden servirle a un GENOCIDA para acabar ¿cómo? ¿Legitimándose quien llegó usurpando el puesto que la inmensa mayoría en las urnas no le concediera? ¿De verdad pueden creer los investigadores universitarios qué puede reivindicarse un individuo que sobre sus espaldas carga el asesinato impune de más de cincuenta mil personas? Amén de varios miles de desaparecidos. Y si lo creen: pobre UNAM. El beso del diablo para Carpizo y el golpecito que basta en el hombro para Narro como crónica anunciada de la nada en que van a quedar las propuestas, tardías, de los universitarios.
La Brigada Blanca, escuadrón de la muerte al estilo de los hombres de negro que García Luna encabeza y quizá también de los “policías” de la federal procuradora y por lo visto también de eso que coloquialmente seguimos llamando “policía de los estados”, a sabiendas de que en México no tenemos policía.
La Brigada Blanca o peor aún el BARAPEM al servicio de la inmoral derecha prianista, a la que estorban, visto está, los poetas, asalta encapuchada y de madrugada, la casa, de quien quiera. Es el mensaje que manda lo ocurrido a Efraín Bartolomé y otras personas que por tratarse de hombres y mujeres comunes y corrientes deben aceptar los allanamientos a su morada y callarse el abuso y los robos sin una disculpa y sin importar el tamaño del agravio infringido por quienes tendrían que estar destinados a cuidar a los ciudadanos.


Una afrenta a todos los mexicanos el que para “lograr la “captura” de un exmilitar o expolicía, además entrenado por los kaibiles, a los que trajo aquí la infame clase política que el país desgobierna, para entrenar a militares y policías. Una afrenta que para detener a una de nuevo de la tumba haya levantado, quien, ya está siendo reconocido a nivel internacional como genocida, a la Brigada Blanca. Porque eso es lo primero que viene a la mente, al escuchar la primera nota sobre el brutal asalto, de madrugada y realizado por encapuchados, en el fondo la cobardía también es su divisa, que de ser cierto que son del Estado de México, igual portaban ropa con el logo, de sus iguales federales, que hasta al BARAPEM también nos regresan.
El pasado con todo el horror ya vivido de regreso traído a México por el genocida prianista que el Poder Ejecutivo usurpa.
Sabia que es la historia, nos hace saber que la usurpación siempre es inaceptable, porque quien llega usurpando es un cínico capaz de cualquier cosa.
¿Existirá algún horror que Calderón no vaya a impulsar en México en el tiempo que le queda? En México, un país, nuestro país, que, por Calderón, usurpando, está siendo destruido de tal manera, que la crónica anuncia que para el pueblo mexicano se ha cancelado la posibilidad de vida digna para lo que queda del siglo que recién empieza.
No se necesita ninguna sapiencia. No hay que darle más vueltas al asunto que incluso por diáfano también espanta.
Cualquier criminal de altos vuelos es o ha sido militar o policía y es ahí donde hay que buscar si se trata de parar a la delincuencia con la que al país la clase política ahoga en sangre para mejor corromperse porque ya ningún abuso le basta.

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