JAVIER PUGA MARTÍNEZ
La obra del Viaducto Zaragoza, que el gobierno del estado de Puebla construye en una parte de la zona monumental de la capital, irá a los tribunales federales para que a través de un amparo sean detenidos los trabajos de construcción, mismos que registran ya un avance del 38 por ciento.
Asimismo, se pedirá al Congreso de la Unión, al Congreso del estado y a las contralorías de estatal su intervención ante las ilegalidades cometidas por la administración de Rafael Moreno Valle, por el ayuntamiento de Puebla y por la delegación local del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), por permitir el inicio y el avance de este segundo piso vehicular sin contar con la autorización que marca la Ley sobre Protección a Monumentos y Sitios Históricos.
Además, este día se presentará un grupo de investigadores y académicos en la sesión de cabildo para exigir al presidente municipal de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, que deje de lado su pasividad ante el gobierno estatal, y actúe con decisión para frenar este proyecto.
A estas conclusiones llegó el foro “Diálogos por la Ciudad”, que se realizó este miércoles en la Universidad Iberoamericana, en donde académicos y especialistas en materia de conservación del patrimonio histórico y edificado analizaron la obra del Viaducto Zaragoza.
Este foro fue escenario del repudio y la indignación en contra el ayuntamiento de Puebla por haber liberado dos de tres licencias solicitadas por la administración de Rafael Moreno Valle para esa obra, aun cuando ésta no ha sido autorizada por el INAH luego de que así lo confirmó el secretario de Obras del municipio, Felipe Velázquez Gutiérrez este martes.
En la primera mesa de análisis participó el regidor presidente de la Comisión de Obra Pública del cabildo poblano, el perredista David Méndez Márquez, quien reconoció que la Secretaría de Gestión Urbana y Obra Pública del ayuntamiento panista de Puebla sí liberó esas licencias de construcción sin el aval de la institución federal.
Los asistentes se quedaron atónitos cuando escucharon del regidor que las licencias de obra mayor para el Viaducto Zaragoza, firmadas por el director de Desarrollo Urbano Juan Carlos Olmedo Molina, tienen son “irregulares” ya que tienen dos cláusulas de restricción que no se respetaron: la primera, que no puede iniciarse ningún tipo de obra hasta que el gobierno posea la autorización del ayuntamiento capitalino; y la segunda, que es necesario en este caso el aval del INAH.
La reacción de los académicos se debió a que la obra en este momento lleva un 38 por ciento de avance y el documento, donde supuestamente el INAH la avala, simplemente no existe.
Para justificarse, Méndez Márquez agregó que en la misma sesión solicitará al cabildo que sea abra una investigación en contra de Olmedo Molina, para que sea aclarado bajo qué criterios autorizó las licencias de construcción a pesar de las restricciones de la propia licencia.
Al perredista, que es uno de los principales defensores de la gestión de Rivera Pérez, se le hizo una serie de señalamientos de por qué siendo titular de esa comisión no emitió una postura firme de rechazo al viaducto, a lo que, institucional, respondió que con la petición que hará hoy en cabildo “se está actuando con responsabilidad y en cumplimiento de la ley” por parte del gobierno municipal, además de que comentó que “si existe congruencia en los tres niveles de gobierno, se podrán encontrar soluciones que no afecten el patrimonio, en congruencia con el cambio democrático” que se decidió con el triunfo de la actual coalición gobernante.
¿Una obra necesaria?
Para Edmundo Gutiérrez, investigador del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), la obra del Viaducto Zaragoza simplemente no tiene justificación. Por un lado, es “absurdo” que se pretenda construir un segundo piso para una vialidad que supuestamente tiene un aforo de 3 mil autos por hora, cantidad que es mayor a la que tiene el aforo de la autopista México–Toluca en el periodo vacacional, que no llega ni siquiera a 2 mil 500 autos por hora.
Tan sólo el puente que pretende construir la administración estatal para unir la 2 Norte y el bulevar 5 de Mayo tendría un costo de un millón 108 mil pesos por menos de un kilómetro de distancia; “sería el kilómetro más caro de la historia”, comentó.
Gutiérrez aseveró que si lo que pretende resolver el gobierno del estado es el traslado de autos del norte al sur de la ciudad, el Viaducto Zaragoza es totalmente innecesario, ya que existe el Periférico y otras vialidades aledañas que pueden ser mejoradas y agilizar el tránsito de automovilistas de un punto a otro, no llevando más autos al Centro Histórico de Puebla, donde sólo llegaran a un “cuello de botella”, causando más contaminación y más problemas viales.
Con el costo total del viaducto, más de 2 mil millones de pesos, podrían resolverse los problemas de escasez de agua de la capital poblana, comentó el investigador, quien criticó que en vez de ello el gobierno estatal prefiere favorecer a una minoría con automóvil, en detrimento del patrimonio edificado, en vez de resolver los problemas de fondo de la ciudad.
Aunque la justificación del gobierno del estado es resolver un problema de congestionamiento vial, en este momento, en la zona de obras de la Calzada Zaragoza y la Diagonal Defensores de la República no existe ningún embotellamiento o tráfico excesivo, a pesar de que sólo existe un carril de paso, lamentó.
Moreno Valle no vio el proyecto
La doctora en Historia del Arte e investigadora de la UAP Montserrat Gali Boadella señaló la incongruencia que existe por parte del gobierno municipal, que por un lado combate a los comerciantes informales por invadir la vía pública pero no hace nada cuando grandes empresas constructoras –como las que trabajan en el Viaducto Zaragoza–, que también invaden la vía pública aun cuando carecen de autorización alguna.
Para Gali Boadella, las tropelías que se están cometiendo con la construcción de este viaducto sólo puede responder a un desconocimiento total por parte del gobernador, Rafael Moreno Valle, del proyecto vial y puso en duda que el mandatario realmente haya visto y analizado el viaducto. “Estoy casi segura que le metieron un tremendo gol”.
En ese sentido, expresó su preocupación de que Moreno Valle sea rehén de las empresas privadas que harán con este viaducto un “negociazo”, pues existen datos que indican cómo las empresas constructoras de capital español se han ido apoderando de la obra pública en México, y en el caso del Viaducto Zaragoza, no es la excepción.
Lamentó que en el circulo cercano del mandatario no exista alguien que le diga que le “vendieron un disparate” con esa obra, pues si bien ese viaducto es una obra de ingeniería avanzada está colocada en un pésimo lugar que terminará convirtiéndose en un “monumento a la incapacidad”, pues no existe una explicación para hacer bajar vehículos en la zona de Los Fuertes de un puente de más de 13 metros de altura. “Sólo con resbaladilla”, comentó.
La experiencia de Cholula
La antropóloga Anamaría Ashwell retomó la experiencia que padecieron los habitantes de San Pedro Cholula, cuando el gobierno de Mario Marí Torres decidió ampliar la carretera al aeropuerto de Huejotzingo. El resultado: la destrucción del patrimonio arqueológico de una de las ciudades más importantes de Mesoamérica y la introducción de más automóviles al centro de Cholula, convirtiendo ese lugar en un estacionamiento, todo avalado por la firma de un arqueólogo del INAH.
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