jueves, mayo 05, 2011

JAIME ORNELAS DELGADO : Una vez más “muere” Bin Laden

TENDAJÓN MIXTO
Una vez más “muere” Bin Laden
JAIME ORNELAS DELGADO

Nuevamente y de manera muy conveniente, después de haber prestado, tanto vivo como muerto, múltiples servicios a EU, el Premio Nobel de la Paz, Barack Obama, anuncia con bombo y platillo el asesinato Osama Bin Laden, muerte que además de oportuna se mantiene con la misma vaguedad que en sus anteriores “muertes”.

La carrera de Bin Laden al servicio de EU se inicia cuando la CIA lo convierte en el líder de las fuerzas que resisten la invasión soviética a Afganistán; luego, ya transformado en personaje virtual, George Bush lo designa culpable del 11 de septiembre de 2001, haciéndolo blanco de todas las iras de los estadounidenses y, ahora, su muerte resulta oportunísima, porque sucede cuando arreciaba una campaña de la derecha estadounidense para descalificar a Barack Obama divulgando que no era norteamericano, el triunfo de Obama sobre Bin Laden hizo que se olvidara tan severa acusación, sobre todo en un país tan chovinista como EU. Pero además, Obama arranca su campaña en pos de su reelección en condiciones de “héroe nacional”, siguiendo la misma estrategia de George Bush: los triunfos mediáticos contra el “terrorismo”, el enemigo más temido de los estadounidenses; la vaguedad, por su parte, se refiere a que los “heroicos marines” no mostraron el cadáver del líder del terrorismo mundial, pues piadosamente “fue sepultado en el mar”. Sin embargo, parece que ahora sí Bin Laden después del “servicio cumplido” dejará de ser el mayor enemigo de nuestro tradicional modo de vida cristiano y occidental. Ya habrán de encontrar otro.

El Bin Laden virtual surgió a partir del 11 de septiembre de 2001 como una creación de la CIA, con el fin de convocar a la unificación de los estadounidenses, que siempre han tenido necesidad de un enemigo común para reforzar su nacionalismo ramplón, que el lunes pasado alcanzó su máxima expresión. A partir de la creación del Bin Laden virtual, éste tuvo, como la de ahora, oportunas “apariciones”. Por ejemplo, en 2004 vuelve a los medios para asegurar la reelección de George Bush y que se olvidaran los votos planchados de Miami que le dieron el triunfo. Era más importante la lucha contra el “terrorista” que amenazaba al mundo “que EU tiene la obligación de defender”, que el fraude electoral.

A partir de ahí se fue desvaneciendo de las pantallas, y varias veces fue anunciada “de manera extraoficial” su muerte, hasta que en 2007 nada menos que el entonces presidente de Francia, Jacques Chirac anunció la “primera muerte oficial” de Bin Laden. El agente de la CIA, el pakistaní Musharraf, confirmó la especie francesa y prácticamente Bin Laden desapareció totalmente de la escena, con lo cual esa muerte, victoria de Occidente por supuesto, en las postrimerías de la administración Bush parecía que sería la última.

Pero no, ahora dicen los estadounidenses que lo mataron en un oportuno “tiroteo en una casa de Islamabad”, y sepultaron su cadáver en el mar siguiendo el rito musulmán. Al parecer la aburguesada inactividad de Osama Bin Laden lo convirtió en un agente ya inservible para el gobierno de EU; era más redituable Bin Laden muerto que vivo.

Todo esto marca el fin del capítulo iniciado el 11/9, cuya autoría intelectual se atribuyó a Bin Laden, acontecimiento que provocó un cambio radical en la política de seguridad dentro de EU (que facilitó la aprobación de la Ley Patriótica y otras que permiten al gobierno el espionaje interno y limitar los derechos individuales e incluso algunos constitucionales en el combate al terrorismo) y una reformulación profundamente belicosa de la política exterior estadounidense, marcada por “una guerra mundial contra el terrorismo” que justificó “los ataques preventivos” contra cualquier objetivo fuera de EU si Washington lo consideraba terrorista, así como la invasión de Afganistán e Irak. Pero si bien termina este capítulo, se abre un segundo que Barack Osama ya anunció en los siguientes términos: “No debemos olvidar que la batalla para poner fin a Al Qaeda y su consorcio de terror no acaba con la muerte de Bin Laden. Ahora, hay que redoblar esfuerzos”.

¿Qué podrá significar para México esta segunda parte de la “guerra mundial contra el terrorismo”? Primero es posible que se identifique a la delincuencia organizada como “terrorismo” (el gobierno de EU dice que se rescató una computadora de Bin Laden, y ya sabe usted lo que eso significa), lo cual podría ser el pretexto para un despliegue militar directo y sin ambages en las partes más conflictivas de la República, lo que sin duda más de uno proclamaría como necesario y aplaudiría a rabiar con el argumento de su derecho a realizar un operativo militar en cualquier lugar o país si éste representa un riesgo para la seguridad interna de EU. La ejecución de Laden violando la soberanía de Pakistán, gobierno que ni siquiera fue consultado o siquiera avisado de la operación, prueba que la posibilidad de que esto ocurra es más real y cercana de lo quisiéramos creer.

Una victoria más

Más para el festejo de los estadounidenses: los bombardeos a Trípoli ocasionaron la muerte de tres peligrosos terroristas: un hijo y tres nietos de Omar Kadafi.

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